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El restaurante Alé
Alé, en camino de recuperación...
Cooperativas como solución
La cadena de restaurantes de Los Chanchitos:
Alé Alé, Don Battaglia,
La Soleada y Mangiata están en
camino de recuperación por vaciamiento
de parte de sus dueños. Acá
un encuentro con gente del primero.
El restaurante Alé Alé se
encuentra ubicado en la Avenida Estado
de Israel al 4500, cuenta con 40 empleados
y funciona allí desde hace 15 años.
Pero a principios del 2013 la situación
cambió completamente. “El
4 de enero un supervisor les avisó
a dos compañeros que iban a cerrar
el restaurante”, cuenta Sergio Cano,
jefe de cocina del restaurante, y agrega:
“La noticia corrió y el viernes,
cuando entramos a trabajar, reclamamos
a la empresa que vinieran a darnos una
explicación, pero no vino nadie.
Paramos todo ese fin de semana, pero igual
no vino nadie. Al día siguiente
decidimos tomar el local”.
Sí bien
el caso de Alé Alé no es
el único, los otros restaurantes
-Don Battaglia (Av. Raúl Scalabrini
Ortiz 802), La Soleada (Monroe 1800) y
Mangiata (Av. Ángel Gallardo 1008)
- que pertenecen a la misma cadena Los
Chanchitos, han tomado la misma medida.
“El 10 de febrero se tomó
Battaglia, al otro día se tomaron
La Soleada y Mangiata. Están los
cuatro autogestionados, pero cada uno
en forma independiente y asesorados por
el Hotel Bauen”, aclara Cano.
-¿Cuáles fueron las causas
para decidir autogestionarse?
-Empezamos a ver movimientos raros, estaban
haciendo un vaciamiento. Los precios que
traían eran más caros. Ellos
tenían una distribuidora que se
llamaba Oja, y se encargaba de repartir
a todos los locales las mercaderías
de almacén y frescos. Compraban
por mayor y revendían a los locales
a precios altísimos.
-¿Cuál
es la relación que tienen con los
proveedores?
-Del primer día que tomamos el
local, llamamos a los proveedores y le
explicamos la situación. Nosotros,
desde ese mismo día que compramos
la mercadería le pagamos en efectivo
(cobran únicamente de contado a
sus clientes). No tienen problemas y seguimos
con los mismos proveedores. Cada tanto
vienen y nos reclaman por la deuda que
les deben los dueños anteriores,
pero no somos parte de eso.
Alé Alé,
a diferencia del resto de los restaurantes,
tienen una orden de desalojo por parte
de los propietarios del local. “Nos
enteramos que el contrato de alquiler
estaba vencido desde hacía siete
meses, y que habían hecho un convenio
de desalojo para el 31 de diciembre del
año pasado. El dueño del
local no quiere renovarnos el contrato
porque dice que lo tiene vendido, y nos
pide para comprarlo un millón trescientos
mil dólares”, relata Sergio,
y agrega: “Nosotros no nos queremos
cambiar porque tenemos nuestra clientela,
si nos vamos a otro lugar tenemos que
empezar de nuevo”.
En el mes de abril,
como informó la revista El
Abasto, el restaurante logró
conseguir la matrícula para trabajar.
El espacio físico y la organización
para trabajar lo tienen, lo único
que les falta es solucionar el conflicto
con el propietario del local. “Las
ganancias dan para pagar el alquiler,
comprar la mercadería y pagar los
sueldos, el restaurante siempre trabaja”,
asegura Cano.
Vimos en nuestro
país ejemplos de cooperativas,
como el Bauen, que hasta el día
de hoy sigue funcionando. Cada vez más
los empleados deciden autogestionarse
como solución frente a los problemas
que le corresponden a los empleadores.
Por ese motivo toda la sociedad debería
apoyar este modelo, y no quedarse atrapados
en la estructura empleador/empleado como
el único sistema laboral posible.
Federico Aizen
Empresas
recuperadas hoy y aquí
Según una nota de este mes en el
diario Tiempo Argentino en el país
funcionan unas 350 empresas recuperadas
que emplean a más de 25 mil personas.
Para comprender la pujanza del sector cabe
mencionar que el gobierno nacional recientemente
presentó en Tecnópolis una
Guía de Recuperadas.
A pesar de este reconocimiento,
en estos días los trabajadores de
la Cooperativa Gráfica Mom
(calle Mom 2862 en Pompeya) están
“resistiendo un intento de desalojo
con la policía y la mafia judicial
en las puertas de su imprenta”.
En estos años hemos
conocido a través de la revista muchas
empresas recuperadas por la zona, como IMPA
y Brukman y mantenemos relaciones con un
par: Maderera Córdoba que gracias
al esfuerzo de sus trabajadores que se decidieron
tomar el toro por las astas y formar la
cooperativa que permitió la recuperación.
Mientras gran parte del trabajo de imprenta
nuestro, hoy por hoy, lo viene realizando
Cooperativa Impresiones Barracas. En ambos
casos el planteo fue similar: vaciamiento
de la patronal y lucha por permanecer con
puestos de trabajo. Lo que no tiene precio
es ver las caras de los trabajadores hoy
por hoy, que dejando atrás la dependencia
al patrón, están entre conformes
y felices con ser parte del emprendimiento.
Hotel
Bauen
El hotel fue proyectado en el año
1976, y construido en 1978 -ante el Mundial
de Fútbol- por la empresa Bauen S.A.
Su construcción se dio a través
del préstamo -que no fue pagado-
del Banco Nacional de Desarrollo. En el
año 1997 sus directivos realizaron
una operación de venta al grupo económico
Solari S.A., de origen chileno, que gestionó
al hotel hasta el año 2001 cuando
se decretó la quiebra dejando a los
trabajadores en la calle. El 21 de marzo
de 2003 se llevó a cabo la recuperación
del hotel gracias a sus empleados y con
la ayuda del Movimiento Nacional de Empresas
Recuperadas. Hoy el Bauen (Avenida Callao
360) es un referente del movimiento de empresas
recuperadas.
Maderera
Córdoba
En 2004 se creaba en este barrio la cooperativa
de trabajo Maderera Córdoba (Avenida
Córdoba 3167) cuando los trabajadores
de la entonces sociedad anónima que
quebró se organizaron para llevar
adelante la empresa y preservar sus fuentes
de trabajo. En estos años de lucha
y trabajo cooperativo y solidario no solamente
han sabido sortear los obstáculos,
sino que al día de hoy están
saldadas las deudas y han aumentado la cantidad
de trabajadores que viven de dicha empresa.
De los trece iniciales están hoy
trabajando dieciocho.
Maderera Córdoba
de Trabajo Ltda. tiene a su vez su Bachillerato
desde el 2004, inspirada en sus precursores
vecinos del IMPA.
Como anecdótico
cabe agregar que ante la última gran
inundación en La Plata la UPEA (Unión
Productiva de Empresas Autogestionada) convocó
a sus diferentes actores para dar una mano
y desde la Maderera Córdoba no solamente
donaron madera sino que también mano
de obra para un comedor comunitario.
Impresiones
Barracas
Un inmenso taller hoy cooperativo en la
zona sur, donde se encuaderna y se imprime
el interior de esta revista, supo ser parte
del imperio gráfico Conforti, donde
una planta se recupera en el 2001 como Cooperativa
Gráfica Patricios y recién
en el 2009 la parte de Confortguías,
ya para ese entonces con el nombre de Inverprenta,
quiebra y es recuperada por sus trabajadores
convirtiéndose en Impresiones Barracas
Cooperativa de Trabajo Ltda. (Osvaldo Cruz
3091).
Si bien el comienzo fue
muy duro lograron rearmar su clientela,
volvieron a trabajar con un banco, el Credicoop,
además de renegociar un nuevo contrato
de alquiler del espacio de 2500 m2. En cuanto
a equipamiento técnico han incorporado
una encuadernadora, una nueva torre de enfriamiento
de agua para la rotativa, un equipo de CTP
(Computer To Plate) y lo último es
una inmensa impresora plana.
También se han
generado puestos de trabajo para nuevos
compañeros.
Revista El Abasto, n°
155, mayo 2013.
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