Marcelo Correa, director
de “La noche del piropo”
Exótica:
la marquesina
del humor y el talento
“La
noche del piropo" es el nuevo espectáculo
de la compañía que los primeros
y terceros domingos del mes se presenta
en El Baruyo, Belgrano y Boedo. Charla con
Marcelo Correa, su director, quien afirma:
“El teatro independiente es creatividad,
nuestro espectáculo vorágine
y emoción”.
Una paisana en el
Paraná navegando el escenario y de
su rostro escondido entre trenzas alevosas
sale una entonación lírica
que reformula clásicas y populares
canciones del repertorio nacional. Abajo,
el desconcierto, el delay para anexar los
mundos que se cruzaron generan el aplauso
y la comicidad. Con esta vuelta de tuerca
pasan sketches, números de baile,
transformismo; un diálogo incesante
y vertiginoso de distintas ramas artísticas
fluyendo en tiempo real. “Hay que
llevar la escena hasta la verdad, te va
a conmover como persona”, señala
el director teatral Marcelo Correa, responsable
de Exótica Producciones.
“Esa creatividad
es la que el público aplaude. El
artista es border, la genialidad va de la
mano de la locura, sino no hay creación”,
define y acto seguido para a hablarnos de
“La noche del piropo”, espectáculo
que se desarrolla los primeros y terceros
domingos del mes desde las 20.30 en El Baruyo
de Belgrano y Boedo.
Tras el éxito aclamado por público
y crítica, “Marabú,
un embrujo de humor y plumas”, llega
este nuevo show, una “atmósfera
intimista y de extrema vanguardia”
se desarrolla este Café Concert,
“compuesto por una serie de cuadros
humorísticos, 3 artistas en escena
(humoristas-transformistas), telegramas
e invitados especiales, con un original
y creativo vestuario contemporáneo
y de las diferentes décadas desde
los años 50'”. Junto a Correa,
la idea, puesta y dirección general
también está a cargo de Alejandro
Borgatello.
“Durante casi
dos horas los monólogos más
desopilantes, los sketches más divertidos,
los personajes más imprevisibles,
las canciones que te harán recordar
aquellos momentos más inolvidables
de tu vida, el público vivirá
un show diferente y singular”.
En primer lugar,
a ojo de buen teatrista experimentado, Correa
lanza elogios a la idea y concreción
de El Baruyo: “Funciona de miércoles
a domingos y la idea es que arranque los
martes. Tiene de todo, rock, transformistas.
Es un local que se está haciendo
conocido. Es una sala que está bien
montada, muy bien preparada tanto para el
público como para los artistas; es
un placer ver cómo reformaron esa
casona de fines de siglo XIX. Es un síntoma
en el barrio: Almagro está creciendo
al ritmo de estos nuevos emprendimientos,
que lejos de achicarse por la burocracia
de las habilitaciones apuestan por lugares
cada vez más bellos”.
Una Historia exótica
¿Cómo inició este proyecto
que hoy fusiona lírica, humor, baile,
puesta en escena sin marear y generando
la empatía de los públicos?
Correa hace memoria y arranca: “Empecé
a trabajar en 2009. Exótica es una
fusión de cantantes liricos, tenores
con transformistas. Arrancamos con funciones
para amigos, luego la repercusión
fue buena. Primero pensaron que juntar dos
mundos como lo lírico y el transformismo
era imposible. Arrancamos en El Baruyo,
la gente no lo podía creer. Fue bárbaro”.
La idea circular
que da haber empezado en el Baruyo y continuar
hoy en día luego tuvo su continuación
ante el desafío el próximo
espectáculo: “Montamos mas
espectáculos y no daba la capacidad
del lugar. Marabú tuvo 150 cambios
de vestuario”. “Buscábamos
un camarín con teatro”, bromea
sobre su llegada al Moulin Bleu de la calle
Corrientes, la avenida del teatro porteño.
Además, cuenta con orgullo la llegada
a la costa atlántica: “Fuimos
a Mar del Plata con dos funciones por semana
en enero. Fuimos nominados a la Estrella
de Mar como mejor Music Hall en 2011 y 2012”.
Detrás de
escena
Correa estudió teatro, entre otros,
con Omar Pacheco, de la vecina sala La Otra
Orilla (Urquiza 124, sí, todo queda
en el barrio), también es profesor.
Aparte de su profesión, respira teatro
y escucharlo hablar sobre el tema es una
función en sí misma. Por eso,
al instante de resaltar el presente de Exótica,
sale al debate cómo se piensa un
espectáculo con tantos elementos
en continua interacción: “Para
formar un espectáculo intervienen
muchos factores. Tratamos de enfocarnos
en el grupo de trabajo, el elenco”.
Este punto es crucial:
“Tenés cantantes, bailarines,
transformistas; podés hacer coreografías,
cantos en vivo, actuados con una apuesta
interesante. Primero se forma el grupo de
trabajo y luego se busca por dónde
ir. Es un gran equipo, no es fácil
encontrar un grupo de gente que se ponga
la camiseta”.
A través
de Marabú, Correa cuenta su gusto
por un espectáculo: “Tuvo 29
cuadros, es un latigazo, vorágine.
Pestañás y tenés algo
diferente. Busca ser creativo, original;
sino me aburro. Te quedas con ganas de ver
más. El público queda muy
emocionado. Del espectáculo queremos
dar un mensaje, para qué sirvió
esto: para divertirme y aprender que esto
es teatro independiente, con pocos recursos
y mucha creatividad se hace algo interesante”.
“Jamás
hubiera pensado estar en Campo de Mayo trabajando
para una fuerza militar”, bromea sobre
los espectáculos privados de Exótica.
“Hace poco trabajamos para Gendarmería
Nacional. Se mearon de risa, la pasaron
fantástico. Eso está bueno.
Trabajamos para eventos de fin de año
del Ejército, Aeronáutica,
Policía; incluso bautismos y fiestas
de quince. Jamás hubiéramos
pensado esto diez años atrás”.
¿Cómo
se aborda y piensa el transformismo para
exótica? “El transformismo
es un arte, nace en oriente con el teatro
kabuki. Las mujeres por ley moral no podían
pisar escenario. Los hombres interpretaban
papeles femeninos. De ahí el transformismo
tiene como dos ramas. Esta el de disco,
boliche, reducto del público gay,
es un estilo cómico, humorístico
que tiene una verborragia subida de tono,
fuerte. En el caso nuestro, como vengo de
teatro, es la intención de usar al
personaje femenino para despertar a través
de un texto la risa de la gente”.
Entre anclajes contemporáneos para
este arte, Correa evoca a Jorge Luz, Batato
Barea, Antonio Gasalla, Carlos Perciavalle
y la movida del Parakultural. “Usan
el recurso del transformar para ver a este
personaje popular la empelada, la maestra,
la depresiva. Es generar comicidad y sensaciones”,
asegura.
Ante todo actores
y artistas. Ya en su rol como profesor,
cuenta: “Enseño teatro y maquillaje.
Cuando un hombre se maquilla por primera
vez, la técnica del espejo, es una
antes y después. Descubren su mujer.
Todos tenemos parte masculina y femenina,
muchos hombres no la conocen por prejuicio
por idiosincrasia. Este proceso despierta
angustias, o nuevas búsquedas o aceptación
de su parte femenina. Perdieron brutalidad
o primitivismo del hombre y lograron otra
sensibilidad”.
“Al publico
lo inquieta”, señala pero la
vivencia también se hace intensa
sobre tablas: “Es encontrar algo pendiente”.
Aparte del maquillaje, Correa habla de la
“Técnica del despojo, el actor
para incorpora a un personaje tiene que
despojarse de todo lo mundano, entre eso
la ropa ahí estas vos con tu cuerpo.
Es fuerte es como el médico cuando
tiene que trabajar con un cadáver,
ahí muchos dicen esto no es para
mí. Vos te tenés que enfrentar
con tu cuerpo. Sos vos y después
con el otro”.
En definitiva, para
Correa “ser actor es exorcizar”
situaciones, sentimientos, anécdotas.
De ese momento tan íntimo de una
persona sobre tablas, esta compañía
encabezada por Correa avanza en combinar
diversas artes y generar dentro de una sala
un clima donde el humor, donde la risa y
el deslumbramiento están bien en
alto en la marquesina de Exótica.
Juan Manuel Castro
[email protected]