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Los muchachos peronistas
El historiador y teatrista Jorge Gómez
fiel a su sana costumbre de encarar sus
propias producciones abordando diversos
hechos históricos como lo hiciera,
en su momento, con la reconocida Bibliocastas,
donde abordaba el tema de la quema de
libros durante la dictadura o como lo
hizo con Ni muerto has perdido tu nombre,
adaptación de la novela homónima
de Luis Gusman; ahora decidió meterse
con, algo crucial para cualquier argentino:
el peronismo. Pero Gómez elije
meterse con una de los peores momentos
de este movimiento, aún cuando
el mismo General vivía, como lo
fue la vuelta de Perón a la Argentina
el 20 de junio de 1973 y lo que fue conocido
como la Masacre de Ezeiza. Así
a cuarenta años de aquel hecho
trágico en la historia de nuestro
país Jorge Gómez arremete
como dramaturgo y director y concibe esta
obra suya: Limbo Ezeiza.
De por sí, no
es nada desdeñable esta postura
inicial de Gómez de elegir este
tema para contar, ya que muchos militantes
que fueron, en su momento, tan ilusionados
para recibir a su líder en Ezeiza,
después de haberlo esperado tanto
tiempo, se encontraron allí con
grupos de militantes de la derecha peronista
los que, temerosos, de que este acto de
bienvenida al Pocho pudiera adquirir un
matiz popular que fuera en contra de sus
intereses decidieron, por esto mismo,
emprender una feroz represión,
dándole la muerte a varios de los
que allí habían ido. Este
acto trágico en la historia de
nuestro país, probablemente, fue
uno de los gérmenes de lo que luego,
pocos años después, sería
la terrible represión que conoceríamos
por parte de la Triple A en los oscuros
años de preámbulo a nuestra
última dictadura militar.
A ver, que quede claro,
éste es el punto de partida que
elige Jorge Gómez para contarnos
su Limbo Ezeiza. Y el nombre de su obra,
la parte que dice Limbo, se refiere a
que no se sabe donde está todo
esto que sucedió en lo que, luego,
sería el devenir tanto del peronismo,
por un lado –que supo oscilar desde
las más férreas políticas
neoliberales de los 90 como luego, esta
recuperación del Estado y de la
dignidad de un pueblo, de la mano de Néstor
y, posteriormente, Cristina, desde el
2003 a esta parte– y también
a que si bien diversas alusiones que hacen
los personajes, tanto como el vestuario
hace alusión a la década
del 70; ellos, por momentos, pareciera
que están ubicados en el futuro.
Así hay, por elección, una
postura de elección de atemporalidad.
O, si prefiere, de “futurismo del
pasado”. Por eso, limbo, no se sabe
bien dónde están.
En torno a lo argumental
de este Limbo Ezeiza el autor propone
una típica familia de clase media
argentina. Dos hermanos, uno mayor –que
representa el costado más reaccionario
de la derecha peronista; aunque pintado
bastante turulato, por elección
de Gómez– y una menor, que
representa los ideales más libertarios,
la izquierda peronista; una suerte de
heredera de Eva. Ambos esperan la llegada
del Padre; el cual llegará no se
sabe si vivo o muerto, criopreservado.
Pero el mismo no vuelve sólo sino
que lo hará acompañado de
un siniestro personaje como lo es el Hermano
Daniel, suerte de secretario privado,
oscuro, ambicioso y medio curandero metafísico
también, que será el depositario
de los secretos y cuidados más
sensibles, de este Padre un tanto sensible
y dicharachero, que ahora ha vuelto. Cualquier
referencia entre este personaje del Hermano
Daniel y López Rega no es pura
coincidencia, como podrán deducir.
De esta forma, este espectáculo
tiene varias –lógicamente,
por el mismo mundo con el que se mete–
aristas simbólicas. Ya desde la
escenografía, compuesta por el
reconocido Norberto Laino, se apela a
un montón de elementos iconográficos
sumamente peronistas: banderines celestes
y blancos; un cuadro de Eva; ¡la
llegada del líder en una especie
de cajón que no deja de ser la
vieja Siam bolita! y hasta la vieja máquina
de coser Singer. La música de Leonardo
Favio, en esta obra, donde las escenas
se suceden como cuadros por separados,
hilvanados por el relato cronológico
que Gómez nos propone también
juega su parte en crear este mundo tan
peronista. Que le guste mucho, poco o
nada a cualquiera forma parte ineludible,
del peronismo y del cromosoma de cualquier
argentino. Para ver, entonces, y reflexionar.
Marcelo Saltal
[email protected]
FICHA TÉCNICA. Obra: Limbo
Ezeiza. Autor: Jorge Gómez.
Elenco: Norbertro Trujillo, Rubén
Parisi, Cecilia Ursi y Eduardo Peralta.
Voces en off: Diego Capusotto y Alejandro
Dolina. Escenografía: Norberto Laino.
Asistencia de dirección: Romina Soler.
Dirección: Jorge Gómez. Sala:
El Popular, Chile 2080, tel.: 2051-8438.
Revista El Abasto, n°
159, septiembre 2013
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