Un vecino de Almagro
con la guitarra al hombro
Sebastián
Haedo, productor y cantautor, se presenta
en salas alternativas de la ciudad y va
camino a grabar su disco debut. En diciembre
cierra su primer año de recitales
con una fecha en pleno Abasto.
Bien puede ser un estudio
de grabación, con parlantes por doquier,
guitarras en el suelo y varias otras colgadas
de las paredes, pero una segunda mirada
expone las dimensiones de la habitación
y concluye que se trata un comedor, una
especie de sala de ensayo que está
las 24 horas abierta para el momento en
que Sebastián Haedo tenga una nota
para afinar, una canción para escribir.
Así pasan los días
de este músico, compositor y productor
que va camino a cerrar este primer año
de presentaciones en vivo. Su relación
con los pentagramas y acordes viene de larga
data: junto a una familia con músicos,
estudió en el Conservatorio Piazzolla
y también se formó como autodidacta
en guitarra, bajo y piano.
En cuanto a detonante,
a momento disparador, Haedo cuenta una anécdota
relacionada con su primer trabajo discográfico,
camino a concretarse el próximo año:
“Tiempo atrás grabé
unos temas. Hace poco los escuché
para ver qué me parecían.
Oírlos en perspectiva me convenció
de mejorarlos, darles mayor entidad y así
hacer un disco”.
Con ese norte bien marcado,
el presente de Sebastián se vive
con los decibeles bien arriba: “Este
año empecé con las fechas
en vivo, van más de veinte recitales
en los que me presenté como solista
con la banda que toca conmigo y en otras
presentaciones donde fui invitado. Disfruto
de mucho, de la producción, la elaboración
de las canciones, de trabajar con el grupo,
donde más que cesionistas son músicos
involucrados en el proyecto, y los colegas”.
Con esta impronta, ha
realizado presentaciones en espacios alternativos
del Abasto y alrededores como el Bar Emergente
y el Teatro El Mandril. “Armar lista
de temas es un desafío complejo y
entusiasma porque van ligados los temas
a distintos momentos de mi vida; se trata
de sentimientos que se conjugan cada vez
que estoy arriba de un escenario”,
sintetiza.
En cuanto al circuito
de teatros y centros culturales que hay
en la ciudad, como músico y productor
rescata “el crecimiento” y “el
esfuerzo” que se pone en cada espacio.
“Ves la voluntad de abrir sus puertas
a los artistas, si bien habrá que
pulir aspectos de prolijidad, hay que resaltar
la intención de hacer acuerdos donde
se prioriza el vínculo y el respeto
entre músicos y referentes de salas;
no está ese lucro por llenar un lugar
y vender, eso reconforta y alegra”.
¿Qué será
del proyecto del músico Sebastián
Haedo de aquí en adelante? Mientras
piensa en el verano como momento de “vacaciones
de los vivos, pero no de los ensayos y producción
de canciones”, el plato fuerte donde
van todas las energías es para “poder
sacar el primer disco entre abril y mayo”.
“Ya están los demos, modificar
los formatos, hasta el diseño está”,
se entusiasma.
En el mientras tanto, este “inquieto”,
tal como se define, de la música
cierra este primer año sobre escenarios
y giras urbanas con un recital en el Bar
Emergente (Gallo 333) que se hará
el ocho de diciembre por la noche. Un poco
para celebrar todo lo vivido con su público,
otro poco para brindar por lo que está
por venir.
J.M.C.