Cooperativa La Cacerola
Amasando en Cooperativa
Diciembre del 2001, crisis;
caos; incertidumbre; hambre; piquetes
y el lema que circuló en la sociedad
por ese entonces el “que se vayan
todos”. Ése era el contexto
que vivió nuestro país,
pero a pesar de todo dio inicio a un proyecto
de solidaridad que poco a poco, y con
mucho esfuerzo, fue creciendo hasta llegar
a establecerse como cooperativa, “La
Cacerola” ubicado en la calle Franklin
26 en el barrio de Almagro.
La cooperativa
surgió de la comisión de
desocupados de la Asamblea popular que
funcionó en la Plaza Almagro. “Desde
el comienzo tuvimos la idea de recuperar
el trabajo digno, de carácter autogestivo,
no aceptando la condición de desocupados”,
comenta Silvia Díaz, secretaria
de la cooperativa, y agrega: “Nosotros
nos vinculamos rápidamente con
la fábrica IMPA, de la mano de
ellos entramos al reciente movimiento
de organización de las empresas
recuperadas”.
En junio del 2002 el
Gobierno de la Ciudad de Buenos Aire les
cedió un espacio, que en ese momento
estaba custodiado por el IMPA y se encontraba
en malas condiciones, pero era una oportunidad
para poder construir la panadería.
“En esa época no se podía
alquilar nada, nos metimos adelante ayudados
por gente de la Asamblea, y dirigidos
por un albañil contratado”,
detalla Silvia.
Poco tiempo después
de iniciarse, La Cacerola tuvo la oportunidad
de ingresar al programa de unidades productivas
Solidarias por parte del Gobierno de la
Ciudad de Buenos Aires, que para ese entonces
estaba a cargo de Aníbal Ibarra,
y que consistía en hacer viandas
para todas las escuelas medias del la
ciudad. A pesar de los años el
proyecto continúa funcionando en
la actualidad.
Desde el 2003 la cooperativa
participa de otro programa llamado “Facultad
Abierta”, acordado con la Facultad
de Filosofía y Letras que funciona
hasta el día de hoy. “En
el segundo piso de la universidad tenemos
un stand donde vendemos productos a precios
populares muchos mas baratos que afuera.
Incluso los alumnos de las carreras han
hecho prácticas de estudio dentro
de La Cacerola”, cuenta Díaz.
En los últimos
años la cooperativa ha incrementado
sus servicios de eventos a diferentes
instituciones, entre ellas organismos
del estado; organizaciones del movimiento
cooperativo, sindicales, de derechos humanos
y universitarios. Además participaron
este año en el patio de comida
de Tecnópolis, y en la feria de
economía social en el Instituto
Unzué de Mar del Plata durante
el verano del 2013.
En los inicios de la
cooperativa La Cacerola contó con
11 personas, hoy cuenta con 37 asociados.
“No todos pudieron permanecer en
la cooperativa, muchos han dejado por
no entender el concepto de cooperativa
y otros por diferentes causas”,
comenta Díaz.
La Cacerola, como se
ve, sigue creciendo desde el día
que dio sus primeros pasos y nunca bajo
los brazos. Para el próximo año
tienen pensado varios proyectos. “Comprar
un edificio que está cerca de la
Universidad de Buenos Aires en Constitución,
para trabajar con la comunidad de la facultad,
y como segundo proyecto trabajar fuertemente
en el tema de salud y de una jubilación
digna para los trabajadores autogestivos”,
explica Silvia.
El destino es incierto,
pero se construye desde sus inicios. Creer
en un proyecto y poner el cuerpo son los
primeros pasos a seguir en un trayecto
firme para mantenerse en pie. No todos
pueden, pero aquellos que sí, son
los que lograran llegar mas lejos. “Vos
tenés que competir con todas las
empresas privadas, por lo tanto necesitas
una organización de comunidad que
sea productiva y eficiente”, resume
Silvia Díaz.
Federico Aizen
El desalojo que
no fue
Los trabajadores del restaurante, recuperado
como cooperativa, Alé Alé
resistieron un nuevo desalojo en la noche
del domingo 2 de diciembre. Efectivos
de la Metropolitana desplegaron un operativo
en el acceso al local, donde mantuvieron
vallada la cuadra desde las diez de la
noche hasta la mañana. “En
30 minutos contactamos a diferentes personas,
e incluso vecinos del barrio vinieron
a defendernos, y al instante éramos
como 300 personas”, comenta Sergio
Cano, vicepresidente de la cooperativa.
La cooperativa hizo una propuesta que
será contestada. Se trata del compromiso
de desocupar el lugar en un plazo concreto,
con el INAES y los diputados como garantes
del acuerdo. Habrá que esperar.