Alta posicionamiento en buscadores y directorios Abasto

            

Agregar a Favoritos | Buscar | Preguntas | Mapa del sitio | Contactar |

INICIO GUIABASTO HEMEROTECA CARTELERA LINKS CONTACTO BUSCAR

 


   


 

Una investigación reciente compara el avance de ciertas
enfermedades y el uso de los transgénicos y los agrotóxicos

Una tesis escalofriante:
la invasión transgénica
y el deterioro de la salud

Nancy L. Swanson, de la Armada de EE.UU., al jubilarse inició una investigación. Difícil imaginar mejor aplicación de su tiempo y su capacidad. Abordando una cuestión tan escabrosa como trascendente: el deterioro de la salud humana.
A Swanson le preocupaba la incorporación de alimentos transgénicos a la dieta humana llevada a cabo de modo tan desproblematizado, como si se tratara de una modificación de detalle o de orden administrativo. Es decir, tuvo la misma reacción que tuvimos muchos que tomamos contacto con la cuestión y rechazamos su secreteo y la nonchalance con que las empresas y los organismos públicos avanzaron con “la novedad”.
    La cuestión brotó al combinar la proliferación de enfermedades (nuevas o “renovadas”), y cierta insatisfacción ante los métodos asumidos por las autoridades públicas estadounidenses para habilitar el ingreso de los alimentos transgénicos a la dieta humana.
    Swanson no podía comparar simultáneamente dietas transgénicas y dietas convencionales porque los fabricantes de alimentos transgénicos jamás aceptaron el etiquetado y no hubo quien pudiera torcerles el brazo, con lo cual no hay forma de comparar grupos humanos alimentándose con transgénicos y otros haciéndolo sin ellos.
    A Swanson le quedó únicamente el recurso de comparar en términos cronológicos, distintos momentos, en este caso de la historia reciente de EE.UU.
Ante nada, registró los alimentos transgénicos aprobados por la FDA (por su sigla en inglés, la Dirección Federal de Alimentos y Medicamentos). Vio que eran muchísimos para forraje o comida para animales, pero también varios para consumo humano: alfalfa, canola, maíz, melón, papaya, ciruelas, papas, radicheta púrpura, arroz, soja, remolacha, tomate, trigo…
    El listado que acabamos de ver se refiere a vegetales que, aunque con diferencias en los momentos de implantación -la más vieja o "decana" es la soja, desde mediados de los '90, al momento actual constituyen algo más del 90% del consumo total de alimentos vegetales en EE.UU. (sin temor a equivocarnos, podríamos estimar para Argentina, algo por el estilo).
     Swanson establece los términos de la cuestión. “[…] aumento de comida transgénica en la provisión de alimentos, al mismo tiempo que un aumento de aplicaciones de herbicidas basados en glifosato. Cada vez más investigaciones revelan los efectos cancerígenos y de disrupción endócrina del Roundup a dosis más bajas que las autorizadas como residuos hallados en alimentos transgénicos.”

Un curioso y penoso paralelismo:
venenos rurales y enfermedades

Yendo al análisis emprendido ante el desarrollo de diversas enfermedades, en EE.UU., Swanson ha verificado que la expansión de cánceres de tiroides se ha disparado junto con la implantación de vegetales transgénicos “aptos” para el uso de glifosato: extraña coincidencia, a menos que abonemos la teoría probabilística del conocido estadígrafo y matemático Carlos S. Menem que se refiriera a “la casualidad permanente”…
    Entre 1977 y 2009 la tasa de cáncer de tiroides se ha triplicado, con una incidencia ligeramente mayor entre mujeres. Pero no se trata sólo de cánceres de tiroides…
    Respecto de los cánceres de hígado y vesícula, el aumento es de un orden similar, pero la incidencia en varones es francamente mayor.*
    En el caso de “ataque agudo de riñón” de casi 5000 sufridos en 1996 los estadounidenses han pasado a unos 22000 en 2009. Swanson señala, como en tantas otras enfermedades, la llamativa coincidencia en el trazado de la gráfica de la enfermedad y la del uso del glifosato.
    En obesidad, la población ha casi duplicado sus casos entre 1995 y 2009.
Hipertensión y nefritis, para el mismo período (1995-2009) casi se han cuadruplicado.
    Abordemos el caso del autismo, valiéndonos de uno de los gráficos presentados por Swanson. En las décadas del '60 o '70 no llegaba al 1 por diez mil, y sigue con esa frecuencia en la del '80 y hasta entrados los '90. En 1995 tiene un salto escalofriante al 2 por mil (se multiplicó por 20)... y en 2010 había llegado al 11 por mil (se había multiplicado por 110). Swanson presenta varios gráficos con autismo; nosotros transcribimos el de los enfermos en el tramo etario de 6 a 21 años.

AUTISMO Y GLIFOSATO APLICADO A SOJA Y MAÍZ TRANSGÉNICOS

La columna de la izquierda nos da el número de enfermos de autismo y la de la derecha, la cantidad de glifosato aplicado a maíz y soja transgénicos por cada mil toneladas.
   Las barras señalan la cantidad (anual) de casos de autismo y la línea quebrada el monto de glifosato usado.
   Observe el lector la coincidencia de ambas trazas.

La diabetes se ha extendido entre 1980 y 2009 de unos 500 000 casos nuevos anuales a casi 1 800 000, es decir, otra vez, casi cuadruplicado.
   La estadística total, de diabéticos nuevos y crónicos, entre 1980 y 2010, implica el pasaje de 5 millones a bastante más de 20 millones de afectados.
   La fertilización asistida también se ha cuadruplicado entre 1999 y 2008. Pero este caso se hace más patético si pensamos en el cortísimo período estudiado: en apenas 9 años hubo que cuadruplicar la atención médica.
   Swanson nos informa que la enfermedad de alzheimer ha pasado entre 1990 y 2010 del puesto trigésimosegundo al noveno en cuanto a la cantidad de muertos. Prácticamente se ha más que decuplicado entre la década del '80 y 2010. Y particularmente, la muerte por alzheimer: de 2 por cien mil a entre 25 y 30 por cien mil. Se ha multiplicado por 15 en menos de 30 años…
   Repare el lector en el ritmo vertiginoso de agravamiento. No es un 10%, un 30% de aumento; estamos hablando con casi todas las enfermedades de aumentos de 300% o 1000%...
   Lo que nos muestra Swanson es una llamativa coincidencia entre el aumento en el uso de agrotóxicos y los decesos, como en este caso por alzheimer.
Se trata de aumentos de muertes con una intensificación feroz, como si se tratara de una epidemia, solo que en estas enfermedades no existe contagio… lo vemos en muchas enfermedades. Por ejemplo, con parkinson y demencia senil.
La investigadora ha encontrado significativas ligazones: por ejemplo, la curva de varios trastornos intestinales sigue exactamente el mismo recorrido, la misma gráfica que la expansión del maíz Bt. En este caso, en apenas 20 años -de 1990 a 2010- los trastornos se han quintuplicado.

¿Es el uso de venenos causa para el aumento de estas enfermedades o son meras simultaneidades?
Un elemento legitima fuertemente la correlación: son los estudios médicos (existentes aunque escasos) de quienes se han atrevido a diagnosticar el origen de las enfermedades reseñadas en diversos pacientes expuestos más o menos directamente al contacto con los cultivos transgénicos.**

Los OGMs son parte de un problema: no toda ni parte de la solución
Vimos como Swanson ha recorrido (nosotros lo hemos hecho sumariamente) una verdadera lista de muertes prematuras, de enfermedades altísimamente correlacionados con alimentos transgénicos.

Plásticos y transgénicos operan como enormes esterilizadores planetarios
¿Juegos de aprendiz de brujo?, generando consecuencias impensadas?, o por el contrario, ¿planes de achicamiento poblacional, arteramente programados?
Si uno repara en la forma en que los alimentos transgénicos se han colado en nuestras vidas, tanto en las sociedades en que vivimos como en nuestros comporta-mientos cotidianos, en que se ha hecho tan pero tan difícil decidir si uno quiere o no comer transgénicos, tenemos que llegar a la segunda hipótesis. No puede haber habido tanto descuido con groserías conceptuales como el concepto de “sustancialmente equivalentes”. Es demasiado penoso considerar que ese nivel argumental expresa una calidad intelectual espontánea, verdadera, que apenas entonaría con el nivel intelectual del menemato de la Argentina de los '90, con su sarta impúdica de ignorancias y falsedades.
   Las autoridades sanitarias y bromatológicas creen salvado el aspecto informativo presentándole al consumidor cuadritos informativos, algo que religiosamente figura en todo alimento envasado, dándonos una impresión de responsabilidad. El refresco que viene provisto de JMAF; jarabe modificado de alta fructosa… lo de modificado alude a modificación transgénica. Pero está dicho con un recato... El frasquito de tentadora mermelada patagónica reza: “Endulzado con AM”; pocos lectores pueden inteligir que se trata de almidón transgénico.
   Hay que complementar este cuadro recordando que en 1996, tres biólogos también norteamericanos, Theo Colborn, John Peterson Myers y Dianne Dumanovski, relevaron preocupantes pérdidas de fertilidad y fallos de la sexualidad en muchísimas especies de la fauna de EE.UU. (incluida la especie humana), y otras enfermedades producidas por la ingestión (involuntaria, claro) de termoplásticos (que migran de los envases a los contenidos, alimentos).***

La corrupción rampante

La parte final de artículo de Swanson repasa el estado sanitario actual de EE.UU. (actual en este caso es nuestro presente; abril 2013) y revela que las estadísticas nos daban un 12,8 % de enfermedades infantiles en 1994, el momento en que se inunda el mercado con alimentos transgénicos, y que en 2006 ese porcentaje se ha más que duplicado, 26,6 % (asma, obesidad, problemas de comportamiento y aprendizaje). Guarismos sin precedentes -afirma Swanson- en la historia de EE.UU.
   
Su conclusión es que las decisiones públicas, de la FDA “se han basado en consideraciones políticas, no científicas”.
   El trabajo de Nancy Swanson nos pone una vez más ante una gran estafa, en rigor una gran jugada imperial usando “los alimentos como armas de destrucción masiva” (Paul Nicholson) –aspecto clave que Swanson no aborda-. Nos recuerda, sí, la existencia de controles más presuntos que reales, y nos deja ante una pregunta que entendemos imperioso responder: ¿hay una política atrás de esta comida, masiva, barata y chatarra, para cuerpos cada vez más dependientes?

Luis E. Sabini Fernández
[email protected]

* Remitimos al lector al original, en inglés, “Genetically Modified Organisms and the Deterioration of Health in the United States”, Seattle Examiner, 24 abril 2013.
** Los alimentos transgénicos han tenido hasta ahora dos atributos principales (en sus primeros 15 o 20 años): se ha hecho la transgénesis Bt para incorporar un veneno, un nematicida a plantas, y se ha hecho la RR para permitir el uso “generoso” de un herbicida. Los “fundamentos epistemológicos” han sido que un veneno nematicida sólo ataca gusanos y que un herbicida sólo mata hierbas… Algunos sospechamos de tan severas fronteras dentro de la vida. Sospechamos que se nos hace partícipes ignaros e involuntarios de un cierto envenenamiento difuso. Que Swanson con su investigación está sacando, una vez más, a luz…
*** Our Stolen Future. Hay traducción al castellano, Nuestro futuro robado. Ecoespaña, Madrid, 2001.


My Great Web page

Revista El Abasto, n° 162, diciembre 2013


 

Webstats4U - Web site estadísticas gratuito El contador para sitios web particulares
Contador gratuito

 

Copyright www.revistaelabasto.com.ar - Mientras mencione la fuente permitimos su reproducción.