APORTES
Cortes de luz
Cuesta
creer que en un país territorialmente
fértil, próspero y rico, tengamos
que estar atravesando experiencias tan amargas.
¿Cómo es posible que quienes
nos gobiernan permanezcan indiferentes ante
las devastadoras consecuencias de su inoperancia
y corrupción?; ¿Cómo
pueden permitirse el lujo de culpar a los
usuarios por los cortes de luz, cuando en
realidad son la consecuencia directa de
la falta de contralor? ¿Falta de
tacto o desvergüenza?
Hace días
tenemos temperaturas tan altas como previsibles
para estas fechas. Sin embargo, parecen
no ser tan previsibles para algunos. Y esta
falta de previsibilidad por parte de los
responsables del debido control de la eficacia
del suministro, deja como consecuencia a
cientos de personas (no necesariamente ancianos
o discapacitados motrices) secuestrados
en sus propios departamentos, deshidratados,
privados del mínimo aseo personal
y doméstico, impedidos de concurrir
al médico, a hacer sus propias compras,
o sencillamente hacer lo que les dé
la gana con su vida.
Pero ésta
no es la única consecuencia que deja
esta connivente actitud por parte del Estado:
tenemos miles de ciudadanos perjudicados
económicamente, que han debido tirar
los alimentos comprados con sacrificio a
causa de la inflación y -lo que es
más grave- sus medicamentos. ¿Quién
va a resarcir tantas pérdidas de
quienes son ignorados y negados por parte
de los responsables?
Este tamaño acto de irresponsabilidad
puede costar vidas, pero parece no importar
demasiado.
Es necesario e imprescindible
que el Estado asuma la responsabilidad que
le fue conferida a través del voto
de la mayoría, ese mismo que ha ostentado
infinidad de veces para atribuirse el derecho
a hacer lo que le da la gana.
Es necesario e imprescindible
que tome las riendas del país (o
lo que queda de él), y que tome las
medidas necesarias para evitar los múltiples
padecimientos de la sociedad que está
bajo su tutela. Pero para eso es preciso
que deje de lado la soberbia que le impide
reconocer los errores cometidos y le otorgue
a los problemas la importancia que merecen.
Si esto no ocurre, su solución jamás
tendrá prioridad de agenda ante banalidades
tales como el Fútbol Para Todos,
entre otros.
Hay que saber meterse
en los problemas de la gente, pero para
ello es necesario meterlos en la propia
piel, y al parecer no todos están
dispuestos a pasar de los populares discursos
a los actos concretos en pos del bien común
de los que dicen representar tan noblemente.
Dr. Lucas Jaszewski
Juegos de verano:
sudoku
El sudoku es un rompecabezas
matemático que se hizo conocido en
Japón en 1986 y se popularizó
en el 2005. El objetivo es rellenar una
cuadrícula de 9 x 9 celdas divididas
en subcuadrículas de 3 x 3 con las
cifras del 1 al 9 en cada fila, en cada
columna y en cada “caja”, sin
repetirse.
Aprender a jugar sudoku,
estimula y potencia las habilidades de matemática
y de lógica, además del pensamiento
crítico. Constituyen una herramienta
de aprendizaje porque permite el razonamiento
a través de los ejercicios con variados
niveles de complejidad.
No es necesario
ser un experto en matemática pero
para resolverlos se requiere una combinación
de lógica, razonamiento y reconocimiento
de patrones que se traduce, a lo largo de
la práctica en habilidades mentales
de razonamiento y cálculo.
Las habilidades
mentales que se adquiere con este juego
son más útiles que las que
se adquieren con los videos juegos y la
televisión. Además es un juego
que permite ser compartido por los padres,
algo que es muy beneficioso para los niños.
Los rompecabezas
son ideales para aprender las relaciones
espaciales, habilidad tenida en cuenta por
todos los Test de inteligencia. Es un rompecabezas
porque para resolver un sudoku, es necesario
identificar las filas, las columnas y las
cajas, además de tener que identificar
la interrelación de todos los elementos
al mismo tiempo. Querer explicar la interrelación
de todos los componentes es muchas veces
difícil de enseñar pero de
esta manera se vuelve más natural.
El rompecabezas
guarda cierta lógica porque para
completarlo hay que llenarlo, tanto las
filas como las columnas, por número
del 1 al 9 sin repetir ninguno. No sólo
es importante la lógica sino también
el orden.
Al principio puede
ser difícil pero con el tiempo puede
constituirse en un juego divertido y que
presenta desafíos. Hay varios niveles,
es recomendable comenzar por los niveles
de menor dificultad así el niño
va adquiriendo habilidad y confianza en
sí mismo sin frustración.
Hay en internet páginas que permite
resolver on line y verificar los resultados
en el momento y muchas publicaciones en
revistas y diarios que se pueden trasportar
a cualquier lugar de vacaciones y resolverlas
en familia.
Marisa Sposato