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Los Estados Unidos –a través de su Central de Inteligencia, el Departamento de Estado, el Comando Aéreo Estratégico y la NASA– tuvieron en Argentina dos centros operativos para realizar operaciones encubiertas de espionaje aéreo-estratégico.
   Uno de ellos estuvo en el Aeropuerto de Ezeiza en Buenos Aires y operó entre 1958 y 1960. El otro, permaneció en el Aeropuerto El Plumerillo de Mendoza desde 1965 hasta 1974.
   Durante esos 16 años, los acuerdos bilaterales de cuarto oscuro, firmados a puerta cerrada y de espaldas a la opinión pública -y por fuera de los mecanismos parlamentarios-, fueron una moneda corriente. Dictaduras y gobiernos constitucionales dieron su acuerdo para que los Estados Unidos desplegaran en nuestro territorio una parte sustancial de su operativo global de vigilancia tanto sobre China continental como de la ex URSS.
   Hoy, es poco lo que se sabe de aquellas operaciones y más lo que se desconoce. Muchos secretos bien guardados que aún esperan salir de los laberintos burocráticos en que fueron ocultados bajo el sello “TOP Secret”.

Esa mañana del 15 de noviembre de 1957, el general se vistió con un traje “anti G”, se calzó el casco y se ajustó el paracaídas. En una acelerada instrucción, el Capitán William Scott le explicó el uso de los sistemas de radio, oxígeno y cómo operar su asiento eyectable. Luego, aquel personaje se trepó a un flamante North American F-100 Super Sabre y voló a más de 1300 Km por Hora sobre la Ciudad de Buenos Aires, donde rompió la barrera del sonido y también varios cientos de vidrios de los ventanales porteños convirtiéndose en el primer “presidente” en volar un avión supersónico. Era nada más y nada menos que el Gral. Aramburu, quien dos años atrás, había derrocado al Presidente constitucional Juan Perón, clausurado el Congreso y depuesto a los jueces de la Corte Suprema.
   Ese “glorioso” día –en Ezeiza- se llevaba a cabo la “XII Semana Aeronáutica”, cuya inauguración estuvo a cargo de Isaac Rojas, “vicepresidente provisional” de la fusiladora. Luego de las palabras de rigor, el General Paul Emrick -Jefe de la Delegación y Comandante de la 6a División del Comando Aéreo Estratégico- afirmó en su discurso que “La Fuerza Aérea de los Estados Unidos está en condiciones de bombardear cualquier parte del mundo”. Claro está, ya tenía como base de operaciones –entre otros países- a la Argentina. Cualquier parte del mundo, era obviamente la ex Unión Soviética. Ese día, comenzaba el capítulo más sombrío de la “Guerra Fría” para nuestro país.
   El 27 de septiembre de 1957, el decreto ley 11.849 creaba una “Comisión Organizadora de la XII Semana Aeronáutica”. Se fijó como fecha del acontecimiento el 10 de noviembre mediante la resolución 1.264/57. Normalmente, el evento se realizaba en octubre, pero “algo trascendental” exigió posponerlo para noviembre. El 4 de octubre los soviéticos habían lanzado el “Sputnik” y a nadie se le escapaba que donde iba un satélite perfectamente podía colocarse una cabeza nuclear y apuntarla contra Norteamérica. Los “rusos” -en la paranoia con que se flagelaban los “yankees”- estaban en condiciones de dar un “ataque nuclear”. El cohete “Vanguard” recién sería lanzado en diciembre. Había que hacer algo urgente y Estados Unidos lo hizo en Argentina. Una demostración de la capacidad estratégica global de su Fuerza Aérea en un escenario propicio para exponerla ante la URSS y el mundo.
   ¿Por qué si no un evento de restringida importancia mereció un decreto presidencial? ¿Acaso se encubrían operaciones estratégicas de carácter bélico dentro de los usuales desfiles y acrobacias aéreas? La presencia del General Curtis Le May -Subjefe del Estado Mayor de la USAF- no dejaba duda.
   La fuerza de tareas norteamericana estuvo compuesta por 34 aeronaves, 350 pilotos, una torre de control móvil, un radar portátil y un nutrido personal militar y civil. Las “estrellas” fueron los 6 enormes bombarderos B52. Todas las naves principales habían sido diseñadas para penetrar el espacio aéreo soviético y someterlo a bombardeo atómico. Pero hacía falta una prueba y una demostración de la capacidad del Comando Aéreo Estratégico de los Estados Unidos para asestar un golpe mortal en caso de guerra nuclear. La operación llevó por nombre “Quick Kick” (patada fulminante) y Buenos Aires fue la elegida. Los enormes bombarderos estratégicos, fueron reabastecidos en vuelo y probaron que podían llegar a Moscú. Con una represalia atómica. Lo que nunca jamás se dijo hasta la fecha, es que la Capital del país fue sobrevolada por varios aviones que transportaban un arsenal de bombas nucleares.


EL ESPÍA

A principios de la década de 1950 la Fuerza Aérea de Estados Unidos llevó a cabo un concurso para producir un nuevo avión de reconocimiento estratégico cuyo fin específico fuera espiar la capacidad militar de la Unión Soviética. La empresa Lockheed Aircraft Corporation presentó un modelo que fue desechado por los altos mandos. Allen Dulles, a cargo de la CIA, le vio el lado positivo. Le llevó la idea al presidente Eisenhower y en un abrir y cerrar de ojos obtuvo 22,5 millones de dólares y también la aprobación para que el primer escuadrón de 20 naves Lockheed U-2 “Dragon Lady”, fuera comandado directamente por su organismo.

Allen Dulles venía de actuar en la Oficina de Servicios Estratégicos con sede en Berna –Suiza- durante la Segunda Guerra Mundial. Allí, desarrolló sus cualidades de “espía maestro”. Se le deben acreditar tres operaciones secretas para tratar la rendición de las fuerzas alemanas, con el objetivo de que no lo hicieran ante el ejército soviético ( obtuvo información clave sobre los cohetes V1, V2 y el primer avión del mundo a reacción: el Messerchsmitt Me 262). Finalmente, fue el hombre clave en la “Operación Paperclip”, por cuyo medio Dulles reclutó a los mejores científicos nazis, ocultando sus antecedentes, para que pusieran su experiencia y conocimientos al servicio del complejo industrial-militar estadounidense.

Ya en plena guerra fría, Allen Dulles especializó a la CIA en operaciones encubiertas para defender los intereses geoestratégicos de EEUU en el mundo. Entre asesinatos de líderes y golpes de Estado, fue el responsable de la “Operación Ajax” (derrocamiento de Mohammed Mosaddeq y coronación del monarca Sha Mohammad Reza Pahlavi). El motivo: darle el petróleo de Persia (hoy República Islámica de Irán) a la Inglesa British Petroleum Company. Orquestó la “Operación PB/Success”, el golpe de Estado contra Jacobo Arbenz de Guatemala. El motivo: defender los intereses de la empresa United Fruit Company de la cual él y su hermano eran accionistas.

Allen Dulles reclutó desde asesinos de la mafia a ex policías para conformar un Escuadrón de terrorismo internacional. La “Operación 40” al mando de Henry Kissinger. La invasión a Cuba, el asesinato de John Lennon y la emboscada al Che Guevara, operaciones en el Congo, en Laos, en Vietnam, los fraudes electorales en Miami, el tráfico de drogas y armas y el asesinato de Kennedy, son algunas de las perlas históricas de sus agentes.

Los aviones espías (U2 y RB57F) actuaron en la “Operación Crowflight” y “Quick Dip” cuyas bases estuvieron en Ezeiza y El Plumerillo bajo la máscara de la NASA, desde 1958 hasta 1971.



Operación Crowflight

El día 16 de noviembre de 1957, el general Aramburu, luego del matinal vuelo supersónico, comunicaba a las 19:40 hs. que las elecciones se realizarían el 23 de febrero de 1958 y que se haría entrega del poder el 1 de mayo.
   Luego del cierre de la XII Semana Aeronáutica, los lazos de la Libertadora con Estados Unidos pasaron por el mejor momento. Atrás quedaron las políticas exteriores del peronismo que con su “tercera posición” incomodaba los planes intervencionistas del Departamento de Estado contra los gobiernos de la región. Muestra de ello, fue el Decreto Ley 4161 que en su artículo 1 prohibía "La utilización de imágenes, símbolos, signos, expresiones que sean representativas del peronismo", e incluía una lista de vocablos entre los que se encontraba... "tercera posición”.


   Aquellos hechos de noviembre del '57, fueron los primeros en reconocerse como política de Estado. Años antes, hubo una interminable serie de “colaboraciones” secretas. Las balas y bombas que masacraron a argentinos en el bombardeo de Plaza de Mayo, fueron aportadas al Almirante Isaac Rojas por la flota británica apostada en las Islas Malvinas -según denunció Oscar Alende en el Congreso de la Nación y luego confirmado por Scalabrini Ortiz-. La ingerencia de Estados Unidos en el Golpe de Estado del '55, quedó corroborada en la figura del entonces embajador Spruille Braden. Dos años después, la “Libertadora” les devolvía favores dentro del escenario de la Guerra Fría.
   Es así que luego de la gigantesca demostración bélica que hiciera la Fuerza Aérea Estratégica de los Estados Unidos en Ezeiza, la CIA -al mando de Allen Dulles- logró que Aramburu aprobara el desarrollo del “Proyecto Crowflight” en el país. De ese modo, Argentina fue el primer Estado que ofreció a la Central de Inteligencia su territorio para ser usado como base de operaciones encubiertas de espionaje aéreo estratégico.
   De este modo, el 11 de septiembre de 1958, llegaron a Ezeiza 3 aviones U-2 junto a todo el personal civil y militar. Luego de seis meses, el secreto de la misión norteamericana se levantó. El 18 de marzo 1959 se realizó en Ezeiza la primera presentación de los Lockheed U-2 “Dragon lady”, ante la prensa mundial. En el acto, el Mayor Richard Atkins, se limitó a repetir la farsa de las cándidas “investigaciones atmosféricas”. Por último, el jefe de la misión, Coronel John Shidal informó que los vuelos, durarían un total de dieciocho meses. La misión, ya contaba con la máscara operativa de la NASA.
   Quien resultó electo en los comicios de febrero de 1958, fue el Dr. Arturo Frondizi. Las operaciones “Crowflight” continuaron realizándose durante todo su mandato hasta el mes de mayo de 1960. El Diario Clarín informaba el viernes 13 de mayo que 3 aviones habían llegado a Ezeiza para continuar con la “Operación Crowfligth”. Los aviones no eran otros que los “Dragon lady” U2. El primero de mayo, había sido derribado en territorio soviético un U2 y su piloto Francis Gary Powers tomado prisionero. La tensión entre Moscú y Washington llegó al máximo. El escándalo del espionaje norteamericano sobre la URSS con aviones U2, llevó a Arturo Frondizi a suspender el “Proyecto Crowflight” con base en Ezeiza. La guerra nuclear estaba a las puertas.
   
Como si nada de todo esto hubiese pasado, el domingo 15 de mayo de 1960, y por “invitación” de la Secretaría de Guerra del gobierno argentino, arribaba a Ezeiza una delegación de científicos del Departamento de Defensa de Estados Unidos, presidida por el Dr. Herbert F. York como así también un grupo de instructores militares de elite, asesores y técnicos del ejército norteamericano. Herbert York en ese momento se desempeñaba como Director de Investigación e Ingeniería de Defensa, la principal oficina de desarrollo de armas estratégicas del departamento de Defensa de los Estados Unidos. Tenía bajo su dirección a 3 mil empleados y administraba un presupuesto de 55 millones de dólares. En 1952, fue director del laboratorio de armas nucleares, donde se elaboraron -bajo su coordinación- los misiles nucleares Polaris. Era en esos años, un “gran jefe” en el Pentágono y un consejero de armas estratégicas en Washington DC. Entre aquellos ilustres físicos, venía Edward Teller (a quien apodaban “El padre de la Bomba H”). Sería el asesor que entusiasmaría después a Ronald Reagan con el escudo antimisiles conocido como “Guerra de las Galaxias”.
A escasos días del incidente del U-2, Estados Unidos había entrado en alerta máxima, esperando una probable represalia soviética. No tiene explicación alguna que el jefe del arsenal nuclear anduviera por Buenos Aires dando “conferencias”. Menos aún, que lo acompañaran tantos científicos del Pentágono. Muchas menos explicaciones existen sobre la comitiva de instructores militares de elite del Ejército Norteamericano. Algo tan extraordinario como misterioso cubría la presencia en Argentina de aquellos ilustres huéspedes.
En un Documento desclasificado del Departamento de Estado se pueden entender algunos interrogantes: a) se “reanudan” las operaciones realizadas en Ezeiza bajo otra denominación, b) dos nuevos “proyectos” serán “continuación” del anterior; el “Crowflight” de 1958, cuya nueva “aprobación” fue concedida por el Gobierno Argentino el 26 de febrero de 1960. De aquí se desprende que la dictadura de Aramburu dio la primera aceptación de estas operaciones y segundo, que apenas asumido el Gobierno de Frondizi, se ratificó su prosecución, c) los nuevos proyectos se realizarán en el Aeropuerto El Plumerillo de Mendoza y cuyas denominaciones son “Quick Dip” y “Skin Diver” respectivamente, d) que los aviones ya no serán los Lockheed U-2 de las operaciones anteriores, sino los Martin / General Dynamics RB-57F Canberra, pertenecientes al “58th Weather Reconnaissance Squadron”, e) Por la fecha (17 de septiembre de 1965) las operaciones fueron autorizadas bajo la presidencia de Arturo Illia, f) la operación de ambos “proyectos” tiene el status de “secreto”.

U2 es un juego de palabras, ya que su pronunciación en inglés suena igual a "tú también" (you too). Pero la historia del espionaje aéreo, nada tiene que ver con la banda de rock irlandesa del vocalista Bono. U2 es la denominación del avión que la Lockheed Aircraft Corporation construyó para la CIA.
    Hoy, es un dinosaurio de la Guerra Fría. Volaba a 22.000 metros de altura, la parte baja del espacio exterior. Inalcanzable para interceptores y misiles soviéticos. Los pilotos de estas naves, vestían un traje similar al que seis años después usarían los astronautas. A esa altura el agua hierve a menos de 40º. Esto podía hacer que la sangre del piloto se evaporara si no estuviera apropiadamente protegido. De hecho, fueron los primeros en ver la circunferencia terrestre. Sus misiones duraban entre 8 y 10 hs. de vuelo, recorriendo en una sola misión más de 8.000 Km.
    Si se toma en cuenta que en esa época no había satélites, se comprenderá el rol clave que estas naves tuvieron en los tensos años de la posguerra. Debido a las implicaciones políticas de un avión militar sobrevolando el espacio aéreo de un país hostil, sólo los U-2 de la CIA llevaban a cabo estas operaciones encubiertas. Los pilotos debían renunciar a sus cargos militares antes de unirse a la Central de Inteligencia como simples civiles.


   Unas preguntas elementales han quedado sin respuestas. ¿por qué los Estados Unidos eligieron la Argentina para los primeros vuelos fuera de su territorio?, ¿Qué tenía de especial nuestra ubicación geoestratégica para mantener las operaciones durante 16 largos años? ¿Somos concientes hoy de que en nuestro territorio hubo dos “bases aéreas” de la CIA desde donde se realizaban operaciones de espionaje que violaban las normas del derecho internacional público y/o aeronáutico contra países “hostiles”? ¿Podríamos haber sido un blanco de ataque nuclear por aquella razón?
   En el Aeropuerto El plumerillo de Mendoza, los norteamericanos dejaron un hangar que hoy usan los cuatro aviones Piper 31 Cheyenne de lucha contra el granizo. De su presencia en Ezeiza no han quedado huellas.

Viviana Demaría y José Figueroa
[email protected]


Referencias:
Imágenes
Foto 1. Aramburu ajustándose el traje anti G , a su izquierda, el Capitán de la USAF William Scott (foto: Revista Nacional de Aeronáutica).
Foto 2. El General Curtis Le May -Subjefe del Estado Mayor de la USAF– presentando saludo en Ezeiza junto al General Paul Emrick, Jefe de la Delegación y Comandante de la 6a División del Comando Aéreo Estratégico .
Foto 3. Imagen del Bombardero B52 Superfortress.
Foto 4. Periodistas haciendo cola para abordar un KC-97 Stratofreighter durante la Semana Aeronáutica de Noviembre de 1957 (foto: USIS / Revista Nacional de Aeronáutica).
Foto 5. Imagen del North American F-100 Super Sabre.
Foto 6. Tapa de Diario Clarín. 11 de noviembre de 1957.
Foto 7. Tapa de Diario Clarín. 17 de noviembre de 1957.
Foto 8. Tapa de Diario Clarín. 14 de noviembre de 1957.
Foto 9. Facsimil del aerograma de la Embajada de USA en Buenos Aires sobre “Ouick Dep and Skin Diver”.
Foto 10. Imagen de un Martin / General Dynamics RB-57F Canberra.
Foto 11. Imagen de un Martin / General Dynamics RB-57F Canberra en la pista del Aeropuerto El Plumerillo de Mendoza, tomada por GERALD TREMMEL en agosto de 1971, durante la Operación “Quick Dip”.
Foto 12. Imagen de 2 pilotos sin identificar, al lado de un Martin / General Dynamics RB-57F Canberra, en la pista del Aeropuerto El Plumerillo de Mendoza, durante la Operación “Quick Dip”.
Foto 13. Imagen de un Lockheed U-2 “Dragon Lady” antes de su despegue.
Otras: Diversos “parches” de identificación de todas las operaciones.

Consultados
The George Washington University. The Nacional Security Archives. Documents on the U.S. Atomic Energy Detection System [AEDS], National Security Archive Electronic Briefing Book No. 7. Document 11: State Department Airgram to U.S. Embassy, Buenos Aires, CA-3143, "Project QUICK DIP", 17 September 1965.
National Archives, Record Group 59, U.S. Department of State, Central Foreign Policy Files, 1964-1966, file DEF 18-8 US.
Wikipedia. Allen Dulles Director de la CIA-1953.
Lockheed U-2S - Spy Flight. http://www.spyflight.co.uk/u-2s.htm
The U-2 DragonLady Association Official Website. http://www.u2dla.org/
RICHARD GOULD WOODHULL JR. “Flying High”: Memoir of a Thirty Year Adventure. Xlibris Corporation, 2013.
SRODES, J. “Allen Dulles, The Master of Spies”. Regnery Publishing, 2000.
NICHOLSON, B. “Revealed: secrets of the spies in our skies”. theage.com.au/news 2005.
GALACHER, T. “Operation Crowflight 1960”. Wordpress 2010.
BETANCOR, W. M. Ayer Noticia, Hoy Historia - Historia Aeronáutica Argentina. “La Famosa Semana Aeronáutica de 1957”. Mayo de 2009.
POTENZE, C. L. “Batallas Aéreas de la Guerra Fría Libradas en Argentina”. Gaceta Aeronáutica. Bs. As. 2010.
GELONCH VILLARINO, I. “La Guerra Fría y la Semana Aeronáutica de 1957”. Revista Rumbos Aeronáuticos -Digital-. Junio 2013.


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Revista El Abasto, n° 165, marzo 2014



 

 

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