En el ex edificio del
Batallón 601 habrá una universidad
Cambio de inteligencias
El edificio de
Callao y Viamonte, donde operaron servicios
de inteligencia de varias dictaduras,
ahora será un edificio de estudios
de la USAL, mientras que su planta baja
tendrá locales comerciales. Desde
Barrios x Memoria y Justicia Balvanera
recuerdan que hay una ley por la cual
se tienen que preservar lugares donde
sucedieron hechos emblemáticos
del accionar de la represión ilegal.
El edificio (Callao
N° 692 y Viamonte N° 1816) tiene
nueve pisos, una arquitectura de lo más
paqueta, digna de la avenida Callao y
Barrio Norte (aunque está situado
en Balvanera). Lo que se esconde dentro
es parte de la historia más negra
del país: allí funcionaron
los servicios de inteligencia de varias
dictaduras.
Puertas para adentro
se dieron hechos como el secuestro del
cadáver de Eva Perón durante
la mal llamada Revolución Libertadora.
Aparte de ser uno de los lugares clave
en el desarrollo del Plan Cóndor,
allí operaron “los detestables
automóviles Ford Falcon sin patente,
con sus deleznables Grupos de Tareas a
cuestas” que idearon secuestros
y detenciones integrantes del Batallón
601.
“Existen
denuncias de que a ese lugar fueron llevados
ciudadanos secuestrados para ser interrogados,
torturados, y luego trasladarlos a Centros
Clandestinos de Detención Tortura
y Exterminio (CCDTyE)” detallaron
desde Barrios x Memoria y Justicia Balvanera.
Entre sus víctimas nombran a Laura
Creatore, Carlos Capitman y Rafael Perrotta...
Luego de la vuelta
democrática, funcionó este
batallón hasta el año dos
mil, cuando fue disuelto, durante la presidencia
de Fernando De la Rua. Ese edificio era
público hasta ese entonces, cuando
se desafectó y pasó a manos
privadas. Hay versiones que aseguran que
ex militares lo compraron, otros rumores
indican que en el último tiempo
se retiró valiosa información
que comprometía a miembros de este
ex Batallón.
No obstante, este
edificio emblema del Terrorismo de Estado
quedó trunco en la céntrica
esquina. Su historia quedó inerme,
hasta ahora.
En el presente,
las puertas de este edificio están
cerradas y se escuchan sonidos de obras.
La novedad es que un cartel sobre la fachada,
aparte de cartelería alusiva, da
cuenta de que la Universidad del Salvador
“está demoliendo y refaccionando
internamente el edificio”, según
los vecinos de Balvanera.
Se supo que son trabajos para albergar
a más de cinco mil estudiantes
en los pisos superiores.
En tanto, en la
página de la inmobiliaria Toribio
Achával se confirma que habrá
un emprendimiento de alquiler de un “importante
local a la calle de 682 m2”. “Desarrollado
en Planta Baja, Entrepiso, Subsuelo, A
estrenar. Edificio Universidad del Salvador”,
aclaran al respecto del anuncio que pide
23 mil dólares en concepto de alquiler
y dan un tiempo de cuatro a seis meses
de entrega. “En principio la idea
es alquilar 1/2 inquilinos (682 mts. o
341 mts.”, aclararon al respecto.
Esta sería
la nueva configuración del edificio
del ex Batallón 601.
Sin embargo, en
Barrios x Memoria y Justicia Balvanera
advierten por las obras que pueden alterar
la edificación: “Solicitamos
la inmediata suspensión de las
obras, preservando pruebas y el valor
histórico de los espacios donde
se decidió la desaparición
o muerte de miles de personas. Pedimos
que se investigue cómo llegó
ese edificio público a manos de
la Universidad del Salvador, después
de estar cerrado por más de una
década. Los avisos publicitarios
dicen que será habitado por más
de cinco mil alumnos de la universidad
y llamativamente el cartel de obra dice
que el destino de uso del edificio será
un hotel”.
Imponente edificio de estilo
academicista proyectado por el arquitecto
Oscar Schoo Lastra.
Esta
historia también tiene su costado
legal. De este modo, los vecinos de Balvanera
llaman a los “Poderes Públicos
de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires y del Estado Nacional a cumplir
con la Ley 26 691”, la cual declara
“Sitios de Memoria del Terrorismo
de Estado a los lugares que funcionaron
como centros clandestinos de detención,
tortura y exterminio o donde sucedieron
hechos emblemáticos del accionar
de la represión ilegal desarrollada
durante el terrorismo de Estado ejercido
en el país hasta el 10 de diciembre
de 1983”.
En diálogo con este medio, desde
Barrios x Memoria y Justicia Balvanera
confirmaron que no hubo comunicación
oficial entre ellos y autoridades de la
universidad, a contrapelo de la colocación
de una baldosa hace algunas semanas en
la Facultad de Ciencias Sociales.
De todos modos,
más allá de la “silenciosa
diplomacia” que se ejerce desde
la USAL, como dijeron los vecinos, “el
Estado, por la ley citada, está
en su potestad de intervenir”. También,
sostienen, se puede contar con la intervención
de la Legislatura porteña, con
alguna declaración de protección
estructural o patrimonial.
Los vecinos lamentaron
la situación actual, pero llamaron
a mantener viva la memoria y comprender
el peso de lo que se vivió dentro
de ese edificio: “No se le puede
birlar la historia a los estudiantes que
allí irán y hacer como que
no pasó nada en esos pasillos.
En ese lugar en vez de hacer defensa para
la Nación, se defendieron intereses
ajenos y se recabó información
para atacar contra el pueblo”.
Hoy valdría
agregar, para defender a los buitres de
ayer...
J.M.C.