Instrumento de sumisión
de países
En los canjes de deuda
de 2005 y 2010, Argentina logró
una adhesión del 93% de los inversores
para reestructurar una deuda en mora.
La propuesta no fue aceptada por unos
fondos buitres que apelaron a diferentes
tribunales internacionales. “El
pecado original”, como dice Alfredo
Zaiat (en un artículo de Página/12)
es que esos bonos tenían una cláusula
que, de no cumplirse las leyes argentinas
(lo cual no sucedió con el default),
se regirían por tribunales de otros
países.
Desde hace más
de una década está demostrado
que la Argentina está pagando y
la muestra más clara es que el
93% (Exchange Bondholder Group, Fintech
y Euro Bondholders) de esos bonistas están
cobrando luego de los canjes de deudas
mencionados. Solamente el 7% apelaron.
En todo el mundo, incluso en Estados Unidos,
existen leyes de quiebra o bancarrrota
que facultan a una empresa en default,
a reestructurar su deuda con el acuerdo
de los titulares del 66% de las acreencias.
Lamentablemente no sucede lo mismo cuando
se trata de países. Y hay quienes
usa eso a su favor...
Estos buitres,
que compraron bonos de deuda en default
a precio vil y ahora pretenden cobrar
con intereses desmesurados, tuvieron reveses
por ésto en varios tribunales europeos.
Pero su socio investido en forjador de
justicia, Thomas Griesa, dio el visto
bueno exigiendo que Argentina pague. Que
de abonar todo, y en tal caso sumar a
los otros para que sea justo, implicaría
quedarse con la mitad de las reservas
lo que pondría al país en
una situación muy frágil.
Ahora los litigantes pueden obtener órdenes
de embargos sobre los fondos que el país
transfiere a Nueva York para honrar su
deuda regularizada.
La posición
argentina es defendida expresamente por
Francia, México, Brasil y parlamentarios
británicos, que entendieron que
se trata de una preocupación de
carácter global. Pero así
no lo entendió la Corte Suprema
estadounidense porque el caso volvió
al mismo juez buitre –luego de nuestra
apelación– que nuevamente
falló en contra de un país
entero.
Según nuestra
presidenta, Cristina Fernández
(en cadena nacional): “No es un
problema económico, ni siquiera
financiero o jurídico” lo
que se está definiendo con este
fallo “es la convalidación
de un modelo de negocios a escala global,
una forma de dominación mundial
en base a la especulación, a los
negocios con títulos y derivados,
para poner de rodillas a los países
y a su población: basta que haya
gobiernos dispuestos a ceder a las presiones
de este poder financiero” para que
éste imponga las condiciones en
su provecho.
En el caso del
fondo buitre NML Capital Ltd, unos de
los que lideran la demanda contra Argentina
en Nueva York, compraron los bonos argentinos
después del default de 2001, pagando
48,7 millones de dólares por ellos,
y ahora la Justicia neoyorquina le reconoce
el derecho al cobro de 832 millones de
dólares por los mismos. “Una
ganancia de 1600% en dólares en
pocos años; yo creo que ni el crimen
organizado consigue esa tasa de retorno
en tan poco tiempo”, subrayó
Cristina.
Esta vuelta no
es necesario tener una lectura de izquierda
-ni ser víctima de un bombardeo-
para entender que el imperio se maneja
según sus propios intereses, pisando
sin consideración al pueblo ajeno
que fuere. El modelo americano se impone,
ese que olvida lo esencial y sostiene
que el dinero hace girar al mundo. Está
en nosotros mantener la unión nacional
y salir lo más airosos que podamos
de esto. Y diferenciar, al momento de
votar, quienes -como nuestro jefe de gobierno-
dicen que hay que hacerle caso en todo
a un juez de otro país como Griesa
y quienes plantean que gobernar implica
mantener los pantalones puestos y negociar
una salida digna para el país.
E incluso, quienes plantean rever toda
la deuda...
Rafael Sabini
¿Quiénes
son los buitres mayores?
Kenneth Dart fue el primero
en comprar bonos de la deuda Argentina
en default por 800 millones de dólares,
también fue el primero en demandar
al país ante el juez Thomas Griesa.
Dart, uno de los grandes magnates estadounidenses,
es conocido en el mundo financiero como
“el padre de los fondos buitres”,
título que se ganó cuando
en 1992 puso contra las cuerdas al gobierno
brasilero. Además fue por la deuda
de Turquía, Kazajstán, Ecuador
y Grecia. Ha sido hallado con sobrefacturación
y fuga de divisas. También se abrió
camino en las inversiones inmobiliaria
a través de la compra y venta de
hipotecas a punto de caer por falta de
pagos. Cuando en 1993 ganó unos
90 millones de dólares por los
que debía pagar 34,5 al fisco decidió
que era mucho, y empezó a evadir
hasta que tuvo que exiliarse para evitar
la cárcel. Desde entonces, renunció
a su ciudadanía y adoptó
como patria los paraísos fiscales
Islas Caimán y Belice. En Estados
Unidos, a diferencia de Paul Singer, es
persona no grata.
Primero que nada hay que
entender que Paul Singer que
es un respetado ciudadano estadounidense.
Que genere, mediante su fondo buitre NML
Capital, su gran fortuna exprimiendo países
empobrecidos no implica que no la reparta
en el suyo.
Tiene la Fundación Paul E. Singer
y la Familia, que apoya proyectos de caridad
y educativos. También ha apoyado
causas como el matrimonio homosexual.
Singer también firmó el
Compromiso de Dar, que implica que los
individuos que más tienen donan
parte de su dinero para contrarrestar
la diferencia económica tajante
que genera el sistema.
También colabora con organismos
de la Policía de Nueva York. Y
ha donado más de $14 millones para
una variedad de causas militares... Un
verdadero patriota.
Lo mismo que está haciendo a la
Argentina ya se lo hizo al Perú
y al Congo.
Paul Singer se ha especializado tanto
en la materia que creó el American
Task Force Argentina, un grupo lobista
encargado de persuadir jueces, legisladores
y medios de comunicación.