Derecho
a pensar por cuenta propia
Un tipo mediático
dijo: "Ante tanto viaje yo también
eligiría vivir en una villa, pero
no entre la vida que tengo y vivir en
una villa". En seguida hubo una seguidilla
de medios y comunicadores (periodistas
les queda grande) que distorsionaron y
mintieron alevosamente las palabras que
habían salido de la boca de Víctor
Hugo Morales. Circularon títulos
como: "Villas para todos y todas",
"No hay pobres, es mil veces mejor
vivir en una villa"... y dicen "citar",
como que el yorugua hubiese dicho: que
vivir en la villa fuese algo "maravilloso"
o que fuera como "vivir en el primer
mundo"... ¡Asco da tanta mentira!
Primero, eschuchemos
la fuente. Luego lo que dicen de eso otros
medios. Por último sabremos quién
es quién.
Sucedió algo
muy parecido con la tergiversación
de la afirmación de Damián
Szifron, director de Relatos salvajes,
quien fue cuestionado por unos dichos
sobre la inseguridad: "Yo, si hubiese
nacido muy pobre, en condiciones infrahumanas,
si no tuviera las necesidades básicas
cubiertas, creo que sería delincuente
más que albañil". Luego
Pablo Echarri en la mesa de Mirtha Legrand
reafirmó e intentó explicar
lo dicho por Szifron cuando habló
sobre la pequeña delincuencia,
insistiendo en que si él no hubiese
tenido oportunidades de desarrollarse
también, posiblemente, hubiese
salido a robar. Podremos no estar de acuerdo,
pero hay que comprender que al sostener
eso el actor no intenta alentar la delincuencia,
sino promover la igualdad de oportunidades.
Lo que dice es que la sociedad debe darle
posibilidades a la gente para su desarrollo
personal. La democracia no es, como pretenden
algunos dinosaurios, un sistema de castas
fijas donde unas familias nacen para servir
a otras. Todos debemos tener posibilidades,
todos debemos poder desarrollar nuestros
saberes, buscar trabajar en lo que nos
gusta, sentirnos útiles y productivos.
Esa es la búsqueda. El estado y
todas las gestiones deben buscar apuntalar
eso. Hasta la gestión de Mauricio
Macri se promociona en la búsqueda
de inclusión con Red Buenos Aires
y otras movidas. Sostener lo opuesto es
estar más a la derecha que la derecha
misma.
Es hora de que los que están en
medios de comunicación dejen de
mentir. Pero la presidenta ha dado más
rienda suelta a la libertad de expresión
con intención de ampliar la democracia.
Así que ahora es la audiencia la
que debe elegir. No sirve seguir enganchados
con comunicadores y medios que nos mienten.
Así como podemos elegir la yerba
que consumimos -no solo por nuestro bolsillo
y su sabor, sino también teniendo
en cuenta su modo de producción-
podemos elegir lo que escuchamos, leemos
o vemos en televisión. Está
en la ciudadanía, en la gente,
en el pueblo, en los consumidores (como
lo quieran llamar según su propia
ideología) la elección.
Y la elección no es solo mediante
un voto cada cuatro años para ver
quién va administrar y dirigir
lo común, sino que es una acción
cotidiana.
Todos sabemos
que es poco feliz engancharnos en mentiras
y repetir como descerebrados. Basta ya
de escuchar tipos que hacen oídos
sordos a la desaparición de personas,
o la toma de una empresa mediante tortura,
mientras hacen hincapié en forzar
frases que no tienen ya el significado
que dio el remitente originario. Si alguien
cae tan bajo, debería tener un
castigo, sino legal, desde el repudio
porque ha deshonrado su profesión
y su propio nombre. Seguir escuchando
alguien así es asumirnos en que
nos tomen por idiotas.
Hoy está clarísimo
para todos ya que tenemos que elegir la
información que viene, que hay
más de un discurso. Es hora de
elegir qué sociedad queremos, pero
no repitiendo las boludeces de uno u otro
bando, sino, pensando y eligiendo cada
cosa, cada vez. Y para eso se pueden usar
los sesos.
Rafael Sabini