Sobre la autosuperación
Podemos ser mejores de
lo que somos
“Si
realmente quiero mejorar la situación,
puedo trabajar en lo único sobre
lo que tengo control:
yo
mismo.”
Stephen Covey
Hoy en día tenemos
al alcance de la mano un sinfín
de herramientas para mejorar, cambiar,
o superarnos. En otras palabras ser mejores
seres humanos y mejorar nuestra calidad
de vida. Como nunca antes en la historia
de la humanidad el hombre tiene a su entera
disposición un arsenal de material
y posibilidades de enriquecer y desarrollar
para bien su vida. Psicología,
counceling, coaching ontológico,
cursos de liderazgo personal, autoestima,
yoga, grupos de ayuda, espiritualidad,
etc. A su vez estas disciplinas poseen
una variada oferta de libros, CDs, videos
por internet, talleres, conferencias…
la lista es enorme.
Hay muchas personas que
se dieron cuenta y comenzaron a hacer
un trabajo a conciencia con ellos mismos,
aprovechando al máximo el tiempo
que están viviendo.
Pero también hay
multitudes de personas que aun no se han
dado cuenta que en sus manos está
la gestión de cambio que tanto
necesitan. En lo profundo de su corazón
creen que son así como son y que
no hay posibilidades de cambiar y ni siquiera
lo intentan.
Existen personas que cargan
con problemas emocionales, psicológicos
o existenciales durante años, pero
no hacen nada para superarlos, solo invierten
tiempo y energía en mejorar su
vida exterior: trabajo, dinero, casa o
estética, solo para dar algunos
ejemplos. Es tan absurdo como sufrir de
dolor de muelas y no acudir al dentista
y creer que el dolor va a pasar solo.
En otras palabras es doloroso ver la cantidad
de ofertas y opciones para mejorar y tanta
gente que no las aprovecha.
¿Porqué
mejorar?
Como decíamos en el número
anterior, la vida es un cambio permanente.
Desde que el hombre está en la
tierra, viene desarrollándose.
También sucede en los animales,
como lo afirmó Darwin en su teoría
sobre la evolución de las especies.
Parece que las leyes de la naturaleza
le indican al hombre que hay que avanzar,
crecer, cambiar, mejorar. Es como caminar
en la nieve, hay que avanzar permanentemente,
porque quedarse implica hundirse. Y en
la vida cuando no avanzamos no solo nos
quedamos estancados, si no también
nos hundimos. O sea, que es antinatural
no evolucionar. Hoy en día por
las calles de la ciudad vemos hombres
y mujeres estancados, resignados, entregados
a la rutina y a la monotonía con
que esta los envuelve. Vivos, pero sin
vida, hace rato que están entregados
a una mediocre existencia y solo con objetivos
materiales y superficiales.
Tristemente escucho cada
vez más gente decir la desgraciada
frase: “Es lo que hay”. Frase
que implica resignarse y cerrar toda posibilidad
de cambio, como que no hay más
nada por hacer.
El desafío más
grande que un ser humano tiene es primeramente
consigo mismo. La necesidad de autoconocerse
a fondo, con sus luces y sombras, saber
lo que hago bien y me gusta y hacerlo,
descubrir cual es la pasión de
la vida y entregarse de lleno para escribir
la propia leyenda, como enseña
Paulo Coelho en El Alquimista. Superarse,
no competir con nadie, sabiendo que “La
lucha es de igual a igual contra uno mismo”
(Juan Carlos Baglietto, “El témpano”).
Desechar el pensamiento
mágico que las cosas se van a arreglar
solas, que ya vendrán tiempos mejores
y cosas por el estilo, quien piensa así,
espera que los cambios se produzcan en
el afuera, cuando en realidad los verdaderos
cambios comienzan en nuestro interior.
Como se dijo infinidades de veces: “Cambia
tu forma de pensar y cambiará tu
forma de vivir”.
Elimina de tu vida todo
juicio sobre ti mismo que te limite, no
digas: “¡Yo no cambio más!”,
“¡Soy igual a mi papa!”,
“¿A esta altura?”,
“Ya soy así!”, etc.
No somos un producto terminado, no somos
“así” definitivamente.
Como lo postula la ontología de
lenguaje; estamos siendo, día a
día podemos diseñar nuestra
vida.
Por eso cuando nos superamos,
estamos conectados con la naturaleza de
la vida y estamos llenos de vida, mas
allá de los problemas diarios.
Cuando mejoramos nuestra autoestima crece,
nos damos cuenta que podemos, confiamos
en nosotros mismos, tomamos los errores
del pasado como aprendizajes y todo esto
se nota en nuestro entusiasmo. Hasta cambiamos
el humor, el tono de voz y la mirada.
No
somos un producto terminado;
estamos siendo,
día a día podemos diseñar
nuestra vida.
Todos tenemos un inmenso
potencial por descubrir, la mejor versión
de nosotros mismos aun no ha visto la
luz.
No importa todo lo que
tengas que cambiar, lo importante es tomar
la firme determinación y comenzar
a trabajar fuerte en áreas débiles
y oscuras que todos tenemos. La buena
noticia es que todo lo que te propongas
trabajar en tu vida lo podes lograr. Aquello
que no te agrada y sabes que te hace mal
es posible modificarlo.
Esto no se soluciona solo
con un par de libros y afirmaciones positivas,
pero tranquilo, tenés toda la vida
por delante. Te vas a sentir muy bien
con vos mismo y te lo van a gradecer muchísimo
todos los seres queridos que te rodean.
Es más, casi nadie te lo dice,
pero quien te quiere desea lo mejor para
tu vida espera que cambies y que mejores
como persona.
Facundo Cabral dijo: “Procura
ser feliz si no andarás amargando
a todo el barrio”.
Como Coach personal, en
cada persona que atiendo, observo un antes
y un después cuando han decidido
superarse a sí mismo.
¡Así que
vamos! Animate, tomá el control
remoto de tu vida y comenzá a trabajar
en tu superación. Como te dije
al principio de la nota. Tenemos al alcance
de la mano un sinfín de recursos
y herramienta para lograrlo. Solo hay
que poner de nuestra buena voluntad.
El mundo
y los que te rodean a diario te lo van
a agradecer.
Carlos
Murúa
COACH PERSONAL
[email protected]