El robo de
Buenos Aires de Gabriela Massuh y
¿Comunas o descentralziación?
de Silvia Garrido y Daniel Portas
La historia
porteña de los últimos años
hecha libros
Entre
la participación ciudadana, la
especulación inmobiliaria y la
controvertida política pública,
El robo de Buenos Aires de Gabriela Massuh,
de Editorial Sudamericana, y ¿Comunas
o descentralización? de Silvia
Garrido y Daniel Portas, editado por PROSA,
son dos testimonios de época.
Desde 2007 gobierna
el PRO la Ciudad, desde ese entonces se
configuró una forma de vivir en
la Ciudad, un puñado de prioridades
que desde el poder se hicieron políticas
de largo plazo. En principio parecieron
modos aislados. Desalojos, ausencia de
lógicas urbanas inclusivas, descentralización
y participación vecinal a paso
lento, sesiones de fin de año controvertidas
en la Legislatura y varios otros tópicos
se hicieron insignia.
Ahora, rumbo a un 2015
que marca una nueva etapa política
—ni fin de ciclo ni ruptura—,
empiezan a aflorar textos que repasan
cómo hemos vivido los porteños
y bajo que normativas políticas
se forjaron las prioridades desde los
poderes del estado local.
En primer lugar, las
próximas elecciones implican la
votación de la segunda camada de
representantes comunales. Llega a su fin
el primer mandato de las 15 Juntas Comunales
que ejercieron la descentralización
tal como lo estipulaba la Ley 1777.
Sobre este aspecto,
al cual damos cobertura mes a mes desde
los barrios de Balvanera, Almagro, Boedo
y San Cristóbal, llega un libro
donde se condensa todo el espíritu
y dinámica descentralizador.
¿Comunas o Descentralizacón
de Silvia Garrido y Daniel Portas, editado
por PROSA, que fue presentado a fines
de noviembre en la Manzana de las luces
en compañía de representantes
comunales, entre ellos la referente de
la Junta Comunal de Abasto, María
Suárez, se muestra como la oportunidad
de profundizar el debate que lleva muchos
años en la Ciudad de Buenos Aires
y hoy se consolida como uno de los pilares
del estado porteño, más
allá de las desavenencias operativas,
presupuestarias y políticas.
Según sus autores,
intenta expresar, describir y reflexionar
sobre el proceso de Descentralización
desde sus comienzos, cuando se concibió
la idea de descentralizar como una de
las políticas públicas de
la Reforma del Estado, hasta la actualidad.
Asimismo, Garrido y
Portas detallan: “Dado que nos propusimos
abordar el tema Comunas desde muchos ángulos:
el político, el administrativo,
el histórico, escenarios a futuro
y otros, fue que concebimos esta publicación
como una sumatoria de artículos
que se completen en sí mismos y
vertebrados por una idea común,
aportar al pleno desarrollo de los gobiernos
comunales. Creemos, en la descentralización
del poder central en gobiernos locales,
porque mejoran la calidad democrática
de una ciudad y porque mejora cualitativamente
su gestión administrativa”.
El segundo de los libros
para tener en cuenta sobre esta época
en que nos ha tocado vivir a los porteños
está escrito por la ensayista Gabriela
Massuh y se titula “El robo de Buenos
Aires”. Al cierre de esta edición,
la presentación formal se iba a
hacer la primera semana de diciembre en
el marco del Consejo Consultivo Comunal
13, en la Sede comunal de la calle Cabildo.
Massuh habla de la evolución
de una ciudad con fuerte identidad a través
de los rasgos fuertes de cada barrio y
que desde el nuevo milenio se convirtió
en una “ciudad igual a sí
misma, pretenciosa y excluyente”.
Ante una consulta de
Revisa Ñ, la autora de este trabajo
evoca uno de los ejes que convierten a
Buenos Aires en una Ciudad para pocos,
hostil a sus vecinos de toda la vida,
pero friendly para turistas y adinerados
de otras latitudes: “Tenemos
la misma cantidad de habitantes que en
1946, tenemos casi un 30% de departamentos
vacíos, de inmuebles ociosos nuevos,
y tenemos 500.000 personas con déficit
habitacional. Esa cifra no cierra por
ningún lado. Es decir, no se puede
tener 500.000 personas con déficit
habitacional y 400.000 departamentos vacíos,
es imposible. Hay algo corrupto.
Entonces, llega una
conclusión de Massuh que alarma
de cara al futuro: “Se construye
no para vivienda, sino para invertir los
excedentes, ya sea de la soja o para tener
los intereses que el mundo financiero
no está dando. Si uno invierte
en ladrillos, la ganancia es mayor. Conviene
comprar departamentos, tenerlos vacíos
y después decidir: venderlos o
no venderlos”.
Y, en pocas líneas,
describe el verdadero mapa porteño,
que no se trata de límites de esquina,
de trazas de subte o divisiones políticas:
“La gente joven se ha ido a los
countries porque es más barato
vivir allá porque la ciudad, con
tanta especulación, se ha vuelto
carísima. Entonces alquilar es
dificilísimo, y comprar, solamente
si se tiene dinero. La burbuja inmobiliaria
en España estalló con el
12% de vivienda ociosa. Nosotros estamos
llegando al 30%. Con la diferencia de
que en España había créditos
y acá es dinero sacado del colchón.
“Tenemos que terminar
de creer que tener la torre más
alta de América Latina es una forma
de progreso. No es un emblema. Es Dubai,
y Dubai es el infierno”, concluyó
Massuh para describir los peligros a los
queda expuesta la población capitalina
ante pretenciosidades sin rumbo, ante
deseos de progreso que se ven satisfechos
con medidas efectistas o simples espejitos
de colores. Ahora, a las puertas de una
nueva etapa política, se cierra
el ciclo 2007-2015 con más interrogantes,
con más desafíos y, sobre
todo, con el sinsabor expectativas para
el bienestar común que no fueron.
Sin lamentarse, mejor
agarrar los libro, leer y estar atentos;
aún queda mucho por luchar.
J.M.C.
Yerba mate
libre
Yerba
mate libre, de Guillermo
De Pósfay es un libro
que se vende en las redes alternativas
de comercio. Data del 2003. La propuesta
es simple y muy interesante: en un futuro
inmediato la yerba está prohibida
y tomarse un mate pasa a ser algo dificilísimo
e ilegal. Cualquier paralelismo en relación
con otra planta hoy prohibida, la marihuana,
sin duda no es casualidad… La historia
se centra en el protagonista y su gran
amor, Henna. Vislumbraremos lo inhóspito
de nuestra urbe a nivel laboral así
como social. Recordemos que está
narrada en épocas de asambleas
con lo cual hay cierto activismo no partidario
y libertario con lo que el protagonista
se mezcla. En un momento dado se hace
vendedor (dealer) de yerba mate y la solución
a todas las represiones y prohibiciones
la encontrarán en la jungla, junto
a otros autoexcluidos del sistema junto
con aborígenes.
El libro es atrapante
y vale la pena. Considero que no le hubiese
venido mal una corrección de estilo
generalizada –aunque ortográficamente
no está mal– y un diseño
más llevadero. Evitaría
así ciertos saltos que desconectan
el hilo del lector. Por todo lo demás
me saco el sombrero por Guillermo De Pósfay
y su alma libre.
R.S.