Karma
Recuerdo
una vuelta cuando le llamé la atención
a mi hija mayor porque había golpeado
a su hermana menor. Su argumento fue “Todo
vuelve”, en directa alusión
a la canción de Axel, explicándome
que la otra merecía el castigo
porque había sido “mala”
por tal y cual cosa…
Su razonamiento
me pareció bueno, sin embargo,
le expliqué que en ningún
lugar de la canción se hablaba
de cambiar insultos por golpes. Y luego
pasé a explicarle que Axel, así
como la teoría del karma, no apuntan
a la venganza, todo lo contrario a dejar
que las cosas vuelvan por sí solas.
Si alguien se porta mal genera una reacción
en devolución que nada tiene que
ver con justicieros o vengadores. Es simplemente
la vida la que pondrá a esa persona
en el lugar para aprender la lección
que indudablemente merece aprender.
Mi hija en aquel
entonces era una niña pequeña,
pero hay adultos que interpretan los libros
sagrados con la misma literalidad y se
ponen en un lugar de protagonistas que
tampoco les corresponde. Y así
matan o destruyen obras irrepetibles en
perjuicio de toda la humanidad.
Tal vez la famosa
ley donde se pagará “Ojo
por ojo, diente por diente…”
del Viejo Testamento (Éxodo 21)
haya sido pensada de modo literal. Pero
recordemos que se trata de una ley que
describe el trato hacia esclavos -que
por suerte hoy están abolidos-
y donde la mujer, lamentablemente, no
tenía el estatus actual. Hablamos
de un momento en que la Ley del Talión
proponía apedrear “a quien
blasfeme el nombre del Señor”.
El Nuevo Testamento
le da un giro interesante al tema que
lo acerca mucho a la ley del karma oriental.
Lo podemos ver con total nitidez cuando
Jesús dijo: “Vuelve tu espada
a su lugar. Quien esgrime la espada, muere
por la espada”.
Eso se ve también en el Corán
cuando se profesa que “Si haces
el bien, es para ti, y si haces el mal,
es para ti”.
No soy un
convencido de que la humanidad realmente
venga evolucionando como se creía
hace un siglo. Tal vez haya ahí
que detenerse y ver bien de qué
momentos y de qué civilización
hablamos. Lo que sí creo es que
nuestra civilización judeocristiana
de los últimos miles de años
(occidentales) ha demostrado ciertos progresos.
Del mismo modo puedo aseverar que mi hija
comprendió el planteo. Indudablemente
mirar desde la ley del karma descomprime
mucha presión y angustia. Y al
igual que la ley de la atracción
(en realidad es la misma) indudablemente
funciona (aunque, tal vez, no siempre
al ritmo que querríamos).
Rafael
Sabini
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