Las estatuas
de Tita Merello y Goyeneche están
dañadas
Paseo del
Tango:
estatuas dañadas
En
pleno corazón del Abasto, sobre
la cortada Gardel, de las cuatro obras
instaladas el año pasado, dos están
con rajaduras. Se suman al derrotero vandalismo
del último tiempo.
El Paseo del Tango
se renovó con fuerte ímpetu
en los últimos meses. Por un lado,
la Comuna 3 y los vecinos y comerciantes
de la cortada firmaron un acuerdo para
que no haya autos estacionados, tal como
ocurría con una frecuencia escandalosa
a pesas de los carteles de prohibido estacionar.
También se renovó el suelo
y las luminarias, lo que hizo el lugar
más ameno para transitar a pie.
Junto a ello, desde
Participación Ciudadana (Jefatura
de Gabinete), se lanzó un concurso
para que usuarios de redes sociales votaran
por las figuras del tango más representativas
para instalar estatuas suyas sobre la
calle Gardel.
De este modo, entre
muchos otros, se eligió a Pichuco
Troilo, Tita Merello, Roberto Goyeneche
(que también tiene un homenaje
similar en la Comuna 12) y a Alberto Castillo.
Cada cual con emotivas ceremonias y milongas
en plena calle tuvo su presentación
formal.
Desde entonces,
el Pasaje reluce como un punto de encuentro
turístico y vecinal.
Sin embargo, en
una recorrida a fines de febrero comprobamos
que dos de las cuatro estatuas presentes
en la cortada Gardel fueron dañadas.
En primer lugar,
la de Tita Merello es
la que tiene la rotura más alevosa:
en su muslo izquierdo se puede ver una
rajadura en forma de L boca abajo, bastante
levantada.
La otra estatua
dañada es la de Roberto
Goyeneche. Sobre el borde derecho
de su saco hay una grieta, como si se
hubiera cuarteado la resina, que atraviesa
el pecho de punta a punta. Se puede ver
a simple vista que se le aplicó
una especie de adhesivo o cemento de contacto.
No obstante, la rajadura no cerró
y se hace más visible aún
la rotura en la estatua del célebre
cantor.
En cuanto
a las de Pichuco y Castillo,
estaban en mejor estado. No tenían
signos de vandalismo; ni grafitis ni golpes
o tajos. Salvo la de Pichuco que había
sufrido la captura de su micrófono
que fue repuesto.
A principio
de enero ocurrió algo parecido,
más grave, en San Telmo.
Los matutinos porteños dieron cuenta
de cómo fueron vandalizadas las
manos de la estatua que evoca al pianista
Mariano Mores. Toda una
paradoja en la esquina de Chile y Balcarce.
En
febrero, este medio pasó por la
citada esquina y comprobó que habían
vuelto a dañar la figura. En esta
ocasión, rompieron los meñiques
de ambas manos. Más atrás
en el tiempo, se puede recordar la cantidad
de veces que hubo que reparar la estatua
de Olmedo y Portales en Corrientes
y Uruguay. Al igual que la de
Pugliese en la esquina de Corrientes y
Scalabrini Ortiz.
No comprendemos
esas acciones vandálicas hacia
nuestros músicos nacionales...
J.M.C.