¡Volvió
la fiesta!
El líder
de la alianza Cambiemos, Mauricio Macri,
resultó finalmente presidente de
la Nación. De este nuevo gobierno
podemos decir que es una larga hilera
de CEOs de diferentes empresas.
Hay casos en que
las designaciones hicieron más
ruido, como el del rabino Sergio Bergman,
que pasó al frente del Ministro
de Medio Ambiente, pese a que reconoce
“no entender nada de medio ambiente”.
Otras carteras
hablan por sí solas: designar a
un tipo como Alfonso Prat Gay, como ministro
de Hacienda muestra un poco hacia dónde
apunta este modelo. Su currículum
cuenta que trabajó para una firma
acreedora de Argentina, JP Morgan, y es
el administrador de la fortuna de Amalita
Fortabat que derivó millones a
Suiza. Es más, Graciela Ocaña
lo denunció de haber fugado 790
mil millones del Banco Central.
A Laura Alonso,
le ofrecieron la Oficina Anticorrupción
(pese a no ser abogada como pide la ley).
Aclaremos que Alonso es la presidenta
de la ONG Voces Vitales Argentina que
recibió 100 mil millones del financista
Paul Singer (¡principal querellante
de los fondos buitres contra nuestro país!).
Que designe a
la brasileña Isela Constantini,
CEO de General Motors, para dirigir Aerolíneas
Argentinas (pese a que la ley pide que
quien la dirija debe tener nacionalidad
argentina) llamó la atención.
O que el asesor
del gobernador Jorge Sobisch (Neuquén)
cuando mataron en represión al
docente Carlos Fuentealba, Eugenio Burzaco,
vaya como secretario de Seguridad.
Y, es llamativo,
que Oscar Aguad vaya como ministro de
Comunicaciones, estando procesado por
defraudación al estado y malversación
de fondos.
En fin, la lista es larga, no quiero aburrir.
Muchos nombres reconoceremos de la gestión
porteña de Mauricio Macri (Guillermo
Dietrich, Hernán Lombardi, Esteban
Bullrich…).
Perdón,
pese al vinito no quiero olvidarme, Patricia
Bullrich, quien durante la Alianza recortó
el 13% a jubilados y empleados públicos,
bueno, va como ministra de Seguridad.
Y ya debutó enviando un contingente
de gendarmes contra una marcha que convocó
Milagro Salas, el micro se accidentó
en la ruta, fallecieron 43 uniformados.
Ah, y en la marcha no hubo disturbios.
Apenas asumió
el gobierno el presidente Macri ¡firmó
29 decretos! No me explayaré en
todos por una cuestión de espacio
pero uno consiste en violar la Constitución
(art. 99) y el art. 10 de la Ley de Servicios
de Comunicación Audiovisual, una
de las más valiosas de la época,
para controlar el AFSCA, que hasta hace
dos minutos era un organismo autárquico
y autónomo. La respuesta popular
fue y seguirá siendo audible y
multitudinaria.
Al Ministro de
Economía le ordenó pagar
a los fondos buitre que de este modo acceden
a su 1608% de interés por unos
añitos de usura.
Y vuelve otro
mega préstamo.
¡Una buena
para los que más tienen! Los latifundistas
dejarán de pagar retenciones (salvo
la soja que le bajó a 5%). Y pese
a las promesas, el impuesto a las ganancias
para nosotros continúa, solo que
ahora hay que “pagarlo con alegría”
dijo el presidente.
Y los subsidios
a los servicios vuelan para el año
que viene, así que para la cuenta
de luz y gas, a multiplicar.
Bueno, a no quejarse,
de algún lado tiene que entrar
la guita que no pagan los que explotan
la tierra.
Y luego se viene
la quita del cepo... pagaremos, lo que
hasta hace minutos costaba nueve, quince
pesos. En otras palabras ¡40% de
devaluación en un rato cuando llenes
tu changuito!
Como para
unir a todos los argentinos (en su contra)
Macri decidió “nombrar en
comisión” a dos candidatos
-Carlos Fernando Rosenkrantz y Horacio
Daniel Rosatti- para ocupar el cargo de
ministros de la Corte Suprema de Justicia
de la Nación. La medida causó
sorpresa ya que el mecanismo previsto
para la designación de los miembros
del máximo tribunal del Poder Judicial
lo debe con aprobación de la Cámara
del Senado. Si lo hubiese hecho su antecesora
la hubiesen destrozado.
A esta altura
no sé ya si “la grieta”
es porque unos pretenden incluir y otros
solamente cuidar a los qué más
tienen. Cada vez me convenzo más
de que se produce cuando el lente enfoca
diferente según quién haga
qué.
Gracias a Dios el cipayo
vendido, el del logo agresivo del “fuck
you” que instigó e instigó,
prometió irse a Miami. Es que acá
ya cumplió su función. Sus
terribles deudas de hace diez años
milagrosamente no existen más.
Las desmentidas de su TV show deberán
ir por otro programa. Me pregunto, ¿si
el periodismo militante es 678, entonces
el otro sería periodismo mercenario?
¡Viva
el cambio de la alegría!
¡Va a estar buena la patria*, perdón
la honestidad!
¿No, Griesa?