Encuentro de coleccionistas
en Abasto
Feria Ciruja
Integrantes de
un grupo en Facebook se reúnen
una vez por semana en las escaleras del
ex Mercado Proveedor. Intercambian y venden
figuras de acción y coleccionismo
a precios económicos. Hacen lo
mismo una vez al mes en el teatro de Gascón
104.
Las escaleras del Mercado
de Abasto y las redes sociales tienen
una relación intensa: de los tiempos
de floggers y demás “tribus
urbanas” de la década pasada
hasta el presente, donde decenas de coleccionistas
se reúnen una vez por semana para
comprar y vender figuras de acción
al mejor precio.
La dinámica
de por sí es pintoresca. Por caso,
los viernes a media tarde miembros de
la “Feria Ciruja”, grupo en
Facebook con casi cuatro mil adherentes,
se juntan en las escaleras de la calle
Ancohrena, que dan al pasaje Gardel. Con
casi un año de vida sus participantes
mechan coleccionismo, camaradería
y un culto del segunda mano que contagia
a grandes y chicos.
Un rito en plena
calle
Con un aire a mercado de pulgas y feria
efímera de variedades, algunos
integrantes ondean carteles con su nombre
de usuario o User. Unos lo llevan en la
mano, otros apelan a la practicidad y
se lo pegan en el pecho, mientras repiten
su apodo en voz alta y arengan con sus
bolsos para encontrar a sus respectivos
compradores. Durante gran rato son atracción
de taxistas y automovilistas que surcan
con lentitud sobre Anchorena, por no mencionar
a los ya clásicos turistas, compradores
del shopping y vecinos de Abasto.
Mientras ondea
un cartel hecho en cartulina y pintado
con fibra negra, uno de los participantes
de la Feria explica la modalidad de contacto
que culmina en esta escalera del Mercado:
“El acuerdo inicia en Facebook:
uno sube la foto de un producto y en los
comentarios el que quiere llevárselo
tiene que escribir “Mío”;
otros te hacen ofertas, regateo. Luego
se concreta la compra o intercambio acá”.
“Es que
así conseguís figuras a
un precio por debajo de lo que piden las
comiquerías o páginas de
compraventa; para los que coleccionamos
es una gran ayuda para dar con modelos
difíciles, discontinuados”,
agrega al explicar el gran número
de seguidores en redes sociales, replicado
en la concurrencia de este viernes por
la tarde.
Si uno se detiene a
ver con detenimiento, asoman los tesoros
que convocan a los adherentes de la Feria
Ciruja, el variopinto de esta propuesta:
una persona con un caballito de “Mi
pequeño Pony” sin cabeza,
pero de tamaño familiar; un joven
pelilargo inspeccionando con ánimo
quirúrgico un Godzilla sin brazos;
una chica otaku con un diorama gigante
(son como escenarios decorados para montar
muñecos, ejemplo un ring para poner
figuras de boxeadores); combos de muñecos
rescatados del polvo acumulado de la década
del noventa; y muchos otros más.
También
en Almagro
Este rito, cuentan sus hacedores, se repite
una vez a la semana en las escalinatas
del Abasto. Además, cada mes se
reúnen en el teatro de Gascón
104 (al lado de nuestra vieja redacción
que funcionó en Mate Amargo). Este
sitio es espacioso y los encuentros mensuales
conllevan la misma dinámica de
Abasto. Al ser tan grande muchos integrantes
de la Feria tiran mantas en los pisos
del lugar. Además de encontrarse
con sus clientes, venden otros objetos
de colección.
La experiencia
de buscarse entre la multitud en los recovecos
de Gascón 104 lleva una pequeña
pizca de juego: no sabés en qué
momento te vas a encontrar, si vos a la
persona con la que quedaste o ella a vos.
Esa pizca lúdica es un buen entre
para quienes se suman por primera vez.
Uno adivina al ver las charlas entre colegas
que luego la dinámica vira en camaradería
o incluso amistad tras tantas ferias vividas.
Cirujas y compañeros
Una vez terminadas las reuniones, semanales
o mensuales, muchos usuarios suben fotos
de su “botín”. Ese
es el espacio de festejo y agradecimiento
por una nueva jornada. Hay chistes entre
usuarios y un clima ameno. Algunos agregan
una anécdota a cada foto. Por ejemplo,
un participante muestra a su hija de cinco
años jugando con un caballo de
felpa que consiguió en la Feria,
etiqueta al vendedor y le agradece. Al
instante se agolpan los comentarios y
felicitaciones.
Así en
esa foto como en la dinámica misma
de la Feria queda en evidencia que el
coleccionismo es un rasgo común,
todos se apoyan para hacer creer este
hobbie, pero además hay un fuerte
componente de compañerismo y complicidad,
algo que supera un simple trato comercial
vía redes sociales. El gusto por
atesorar rarezas vira hacia una forma
de vida, una forma de pasar tardes, de
organizarse, de festejar el encuentro
con semejantes.
J.M.C.