Igualdad a la Constitución
porteña
A 20 años
de su sanción, hablamos con quien
fue abogado en Gays por los Derechos Civiles
y que con Carlos Jáuregui redactó
el artículo 11, conocido como cláusula
antidiscriminación. También
organizó Marchas del Orgullo, que
el 28 de junio cumplen 25 años.

Suena el teléfono.
La campanita del viejo aparato a disco despierta
al abogado Marcelo Feldman. Tiene veintitantos,
se recibió hace poco y dice que su
primera militancia está en levantar
ese teléfono y escuchar, ahora que
en los primeros años del menemismo
el presidente dice que la homosexualidad
es contra natura, los medios hablan del
VIH-SIDA como “Peste Rosa” y
la policía puede encerrar en Devoto
a varones que “caminen, miren o hablen
raro”. Una respuesta política
a tanta represión fue la Marcha del
Orgullo, cuya primera jornada por la “Libertad,
Igualdad, Diversidad” fue el 28 de
junio del 92. También pesó
la acción de agrupaciones como Gays
por los Derechos Civiles, en cuya oficina
de la calle Paraná ahora retumba
la llamada que Marcelo está por atender.
Gays DC, creada en el 91 por Carlos Jáuregui,
impulsó en el Congreso el matrimonio
igualitario y ante la falta de eco luego
pidió reivindicaciones contra la
discriminación por orientación
sexual en los textos constitucionales del
94 (Nación) y 96 (CABA). Pero todavía
falta mucho para eso y Marcelo sólo
dice “Hola” y espera. Al otro
lado de la línea, como un mensaje
de botella que atravesó mares de
silencios y violencia, se desencadenan historias
sobre abuso, palizas en nombre de la ley,
rechazo familiar o problemas de salud sin
respuesta del estado.
Con
las leyes, en las calles, ante funcionarios
y sobre todo hombro a hombro con sus compañeros,
Marcelo fue protagonista. “Un montón
de cosas las aprendimos sobre la marcha.
Éramos cuatro abogados, tomábamos
turnos y cada uno trabajada de lo que podía”,
recuerda. “Veíamos al estado
como enemigo, había que sacarle y
pelearle derechos. Íbamos a la noche
a sacar al colectivo trans de las comisarías,
hacíamos amparos para que las obras
sociales entregaran medicación porque
si no te morías”, agrega.
Los años
en que Feldman empezó su militancia
el país vivía grandes cambios
organizativos. Tras el Pacto de Olivos entre
Menem y Alfonsín, se modificó
la Constitución Nacional en 1994.
Su articulado establecía que la Ciudad
de Buenos Aires iba a ser autónoma
y tenía que tener un Estatuto o Constitución.
Por eso, el 19 de julio de 1996 abrió
la Asamblea Estatuyente que en la Biblioteca
Nacional el 1 de octubre iba a sancionar
la Constitución porteña.
Luego de una activa
militancia que no tuvo repercusiones para
incluir reivindicaciones en la reforma del
94, las agrupaciones LGBT intervinieron
en el debate porteño. Parte de la
letra que hoy rige la vida en Capital Federal
fue consecuencia de la acción política
de Feldman, Jáuregui y tantos otros
y otras que lucharon para garantizar derechos.
“Éramos una especie de envión
lejano de lo que hoy es la Federación
LGBT. Operaron para incluir una clausula
que nos incluya”, dice sobre el artículo
11.
“En sus últimos
meses de vida, en el departamento de Gays
DC, Carlos Jáuregui redactó
junto al Doctor Marcelo Feldman, el texto
que conformaría la cláusula
antidiscriminatoria”, según
argumentos legislativos para un reconocimiento
a la sede ubicada en Paraná 157.
Parte
de la letra que hoy rige la vida en Capital
Federal fue consecuencia de la acción
política de Feldman, Jáuregui
y tantos otros y otras que lucharon para
garantizar derechos.
En el debate sobre la articulación
de la futura Constitución, la constituyente
María José Lubertino dijo:
“La no discriminación por razones
de género y de «orientación
sexual», en el convencimiento de que
hacemos un aporte al derecho constitucional
argentino y latinoamericano, pues esta va
a ser la primera Constitución de
la región que contenga explícitamente
estos dos conceptos”. Por esto, Buenos
Aires fue tomada como amicus curiae para
otras constituciones en varias ciudades
del continente.
Ubicado en el Libro
Primero “Derechos, garantías
y políticas especiales”, reza
el artículo que “todas las
personas tienen idéntica dignidad
y son iguales ante la ley”. “Se
reconoce y garantiza el derecho a ser diferente,
no admiténdose discriminaciones que
tiendan a la segregación por razones
o con pretexto de raza, etnia, género,
orientación sexual, edad, religión,
ideología, opinión, nacionalidad,
caracteres físicos, condición
psicofísica, social, económica
o cualquier circunstancia que implique distinción,
exclusión, restricción o menoscabo”,
agrega el texto oficial. “La Ciudad
promueve la remoción de los obstáculos
de cualquier orden que, limitando de hecho
la igualdad y la libertad, impidan el pleno
desarrollo de la persona y la efectiva participación
en la vida política, económica
o social de la comunidad”, concluye.
Según el
libro Orgullo. Carlos Jáuregui, una
biografía política de Mabel
Bellucci, “el 20 de agosto de 1996
fallecía Jáuregui a causa
del sida. Al día siguiente la comisión
de derechos y garantías de la Convención
Estatuyente aprobó el proyecto de
ley firmado por él junto con Marcelo
Feldman”. El artículo 11 fue
votado por unanimidad y en homenaje a Carlos
Jáuregui el 30 de agosto.
A la par de la aprobación de la Constitución
porteña con este artículo
pionero en reivindicación de derechos,
el 26 de septiembre la Convención
Constituyente, a pesar de las presiones
de distintos sectores del poder, aprobó
la eliminación de los edictos policiales,
los cuales quedaron sin efecto al año
siguiente.
“A la distancia
es importante. En el momento era lo que
hacíamos todos los días”,
sintetiza Feldman sobre el legado hoy vigente
en la Constitución porteña.
Por aquel entonces también era uno
de los organizadores de las Marchas del
Orgullo, que tenían eje entre Congreso-Plaza
de Mayo.
Si bien dice que
no fue de la primera hora, se hizo activo
organizador durante mucho tiempo. “Ahora
se hacen en noviembre, pero las primeras
eran el 28 de junio, pleno invierno. Eran
con carteles hechos a mano. Las semanas
previas lo nuestro era hacer carteles. Los
abogados hacíamos habeas corpus en
blanco por si caíamos detenidos”,
recuerda y se alegra que este año
la convocatoria cumpla un cuarto de siglo:
“Me encanta que las marchas sean multitudinarias”.
El 28 de junio en
la Legislatura de la Ciudad se hará
un acto para evocar los 25 años.
Además el expediente 1625 de Pablo
Ferreyra (FpV) llama a colocar una placa
en donde funcionaron las oficinas de Gays
DC, “un espacio de gran dimensión
política e histórica para
la ampliación de derechos en nuestra
ciudad”, según fundamentos.


“La génesis
de la primera Marcha del Orgullo tiene su
punto de encuentro en la calle Paraná
157 de esta ciudad -más precisamente
en el departamento F- donde por aquellos
años funcionaba la sede de la organización
Gays por los Derechos Civiles”, añaden.
El volante de invitación a la marcha
decía: “Por primera vez en
la Argentina, siete asociaciones de lesbianas
y gays nos unimos para recordar el inicio
de nuestra lucha en contra de la discriminación
y la represión. La identidad sexual
debe ser resguardada por una legislación
inspirada en los Derechos Humanos y Civiles”
y era firmado por Grupo Isis, Iglesia de
la Comunidad Metropolitana, Transdevi, Gays
DC, Cuadernos de Existencia Lesbiana, Convocatoria
Lesbiana y SIGLA.
Tras años
de trabajo político, Marcelo Feldman
asegura que es necesario contar con una
ley nacional de antidiscriminación
por orientación sexual y seguir de
cerca las políticas sanitarias sobre
VIH-SIDA: “La ley de identidad de
género está bárbara,
pero ¿qué pasa si dejan de
dar servicios de salud o medicación?
Vamos a tener una hermosa ley con muchos
cadáveres. ¿¡Qué
me importa la ley de matrimonio si permiten
que haya despedidos por orientación
sexual!? Vamos a tener matrimonios muertos
de hambre”.
Al momento de charlar
con él la sociedad se enteraba la
muerte de Gino, quien con 24 años
se mató porque su familia al parecer
rechazaba su orientación sexual.
“Hay familias que rechazan en el siglo
XXI a un hijo gay. Casos así veía
cuando arranqué. Este hecho lo podría
haber escuchado en ese entonces. Pasaron
muchas cosas, muchas leyes y aún
así estas cosas todavía pasan”,
dice Marcelo. El teléfono aún
suena.
J.M.C.
Mejoras
en la Plaza Jaúregui
Hace poco más de medio año
subimos una nota al portal contando el pedido
de los vecinos para que se mejore la Plaza
Jaúregui, que evoca al célebre
activista LGBTI, ubicada en Cochabamba 1730.
Denunciaban falta de higiene y vandalismo.
La situación continúa igual.

Imperio
homofóbico
El neoyorkino, Omar Saddique Mateen,
de 29 años –descendiente de
afganos– fue identificado como el
autor de la masacre de la madrugada del
12 de junio en la disco gay Pulse, Orlando,
Florida. Su objetivo fue matar a todos como
pudiera. En total acribilló, con
su rifle AR-15, a 50 personas e hirió
a otras 53, algunas de los cuales podrían
no sobrevivir. La pesadilla duró
tres horas, hasta que un grupo de élite
de la policía pudo abatirlo.
* * *
En ese mismo país,
pero en Arizona, el pastor evangélico
Steve Anderson dijo: “Muchos
hablan de tener un mundo libre de sida para
el 2020. Escúchenme, nosotros podemos
tener un mundo libre de sida para Navidad…
si ejecutan a los homos como la Biblia lo
comanda”.
Revista
El Abasto, n° 192, junio 2016