Antorchas y percheros:
íconos de la
crisis
Aumentó el número
de familias que duermen en Plaza Congreso.
De noche levantan grandes fogatas que ponen
sus vidas en riesgo, pero lo prefieren antes
de pasar frío. Hay un perchero solidario
desde hace semanas en Anchorena y Tucumán
y otro en la Casa de la Reforma (Billinghurst
y Sarmiento).
En las noches del
Abasto duermen decenas de personas a la
intemperie. Apenas con alguna frazada, contra
los muros de edificios y en las puertas
de garajes para atajar el viento frío
de la madrugada. Otros van bajo los puentes
ferroviarios y hasta hay quienes se animan
al fuego para que no entumecerse. Abasto,
cuando cierran los bares y teatros, se transforma
en un laberinto gélido por donde
asoman los primeros resquicios de crisis.
Es así desde sus años obreros
y cocoliche, con el Viejo Mercado de puertas
abiertas, un termómetro social.
Fuego,
un mal necesario
Plaza Congreso al anochecer es un descampado,
donde las familias se refugian en garitas
improvisadas con bolsas de consorcio, frazadas
y madera. Muchos están desde hace
añares. Ahora, pleno frío,
su presencia se realza entre el oscuro por
las grandes fogatas que prenden en plena
vereda. A principios de mes uno de los fuegos
trepó tanto que prendió fuego
uno de los miradores de cemento, que dan
sobre Rivadavia, frente al Cine Gaumont.
Al día siguiente se podía
ver sobre el piso de polvo de ladrillo,
apilados uno sobre otro, los muebles que
perdieron los sin techo. El mirador quedó
negro y con algunas cintas del gobierno
porteño para dar cautela sobre la
situación, pero lo cierto es que
quienes prendieron la fogata para no sucumbir
al viento y el frío continuarán
ahí por mucho tiempo más.
Otro sitio donde hay un
nuevo asentamiento es la esquina de Mario
Bravo y Díaz Vélez. Sobre
la avenida, contra el paredón ferroviario,
hay al menos tres casillas de nylon y madera.
Son varias familias de cartoneros, quienes
dejan en un costado sus bolsones llenos
de papel, cartón y plástico
luego de cada jornada. Por las noches se
los puede ver en ronda a un pequeño
fuego que alimentan con ramas de los árboles
linderos. En esta esquina en los últimos
años se instalaron personas en situación
de calle. Muchas veces los vecinos encontramos
a la mañana siguiente restos de colchones
carbonizados.
Algunas semanas
atrás, el jefe de Gobierno, Horacio
Rodríguez Larreta, lanzó el
Operativo Frío de este año.
Se trata del programa Buenos Aires Presente
(BAP), donde operarios del Gobierno de la
Ciudad reciben llamadas al 108 sobre alertas
de personas en situación de calle.
Hay dispuestos varios móviles (que
aparcan en Entre Ríos, bajo Autopista
25 de Mayo en San Cristóbal) para
la pronta atención. Sin embargo,
organizaciones sociales denuncian que falta
infraestructura, inversión y articulación
como para dar contención integral
y que, en el largo plazo, las personas no
vuelvan a la situación de calle.
Hay agravantes como el cierre de La Balsa,
que daba atención a niños
y adolescentes en situación de calle.
Además, varias
parroquias de Balvanera y el Ejército
de Salvación ofrecen comida y bebida
caliente a los sin techo. Pasa en Plaza
Congreso y también en Miserere. Varias
veces a la semana también se ven
las largas colas en el Hogar San José
de la calle Moreno, donde se da asistencia
a desvalidos.
Pilchas para una
noche fría
En los últimos tiempos se puso de
moda el “Perchero Solidario”.
Es de doble entrada: si uno tiene ropa para
donar, la deposita en el perchero, instalado
siempre en el espacio público; si
uno tiene frío, puede servirse de
alguna prenda para capear con más
entereza la noche helada a la intemperie.
En el Abasto, a
la altura 720 de Anchorena (y Tucumán),
sobre un zócalo de mármol
de una casa tapiada se clavó un madero
con las indicaciones y varios ganchos donde
cuelgan camperas, sacos, buzos y hasta calzado.
“Ayudémonos entre todos”,
reza el terciado en letras de marcador negro.
La iniciativa no inmuta a propios y ajenos
que van y vienen. El perchero, a pesar de
todo, al día siguiente se ve con
prendas, lo que quiere decir que quienes
se sirven de sus prendas al menos dejan
material para una próxima persona.
Otro lugar donde
hay un perchero similar es en la Casa de
la Reforma, en Billinghurst y Sarmiento.
El mismo está disponible, eso sí,
en los horarios en que esta casa cultural
y política del radicalismo local
está abierta, que suele ser entre
la tardenoche.
Esta idea viene a darle
forma a una costumbre que se ve en los cestos
y contenedores de basura. Muchos vecinos,
quienes se deshacen de prendas en buen estado,
suelen dejarlas en bolsas separadas, en
forma notoria, a un costado de los cestos
para alertar a cartoneros o sin techo para
que retiren y usen las prendas.
Tanto con las fogatas
callejeras y como con la idea de los percheros
de ropa libre, queda de manifiesto.
J.M.C.

Foto: @MalenaStein
Murió
de frío
El 10 de junio nos enteramos por los diarios
que un joven de 25 años murió
de frío en Mar del Plata. La víctima
fue identificada como Juan Pablo Ramos.
Desde la Secretaría de Desarrollo Social
-explican en el portal 0223- dicen que "Era
bastante conflictivo, golpeó al personal
municipal, por lo que se convocó a
la policía y tuvo que ser retirado
del parador". Como fuere la sociedad
no pudo contenerlo. Es el segundo caso en
esa ciudad en menos de 15 días.
Revista
El Abasto, n° 192, junio 2016