Margarita deshojada;
Calumnias sí, ideas
no;
calumnias sí, ideas
no;
calumnias sí, ideas no;

Por la misma época
en que el Dr. Florencio Escardó
sostenía que los médicos
se habían transformado en meros
agentes de venta de los laboratorios,
decía también que las estadísticas
eran una forma de la mentira.
Recordé
esta reflexión cuando escuché
a la Lic. Analía del Franco decir
que Margarita Stolbizer tenía un
alto grado de conocimiento en la población,
las encuestas entonces son otra forma
de la mentira.
No se puede evaluar
el conocimiento que una población
tiene de un político si este personaje
se dedica a salir de gira por los medios,
sin hacer nada parecido a la actividad
política.
Margarita Stolbizer
no es conocida por la población,
por su obra… ¿Quién
se acuerda que en su momento voto a favor
de la Ley de Flexibilización laboral?
Su labor parlamentaria es berreta, o inexistente.
Tampoco muestra un bagaje ideológico
descollante.

Su repentina fama deviene
de su desconocida, hasta ahora, capacidad
para la injuria. Que era algo bastante
común entre otras mujeres radicales,
con excepción de la Dra. Florentina
Gómez Miranda.
Supongo que el rencor,
la frustración y la envidia, sobre
todo, son un acicate lo suficientemente
poderoso para no temer al ridículo,
y olvidarse cuál es su porcentaje
de votos.
Y me pregunto, ¿A
quién le sirve el circo de la dupla
Stolbizer-Bonadio? Al PRO, seguro que
no, y su ala política lo sabe,
como sabe, perfectamente que un personaje
así puede destruir la poca construcción
política que hasta ahora lograron,
aunque, todavía hay muchos del
PRO que creen que se gobierna sin política.
Al Frente Renovador, si es que tal cosa
existe, menos, ya que Stolbizer le aporta
menos votos que Facundo Moyano. Y el Peronismo
en todas sus vertientes no la necesita.
¿Entonces? Solo
la necesitan los medios masivos para continuar
con su sainete diario. Porque si hay algo
que se ha demostrado con creces es lo
fácil que resulta idiotizar a los
pueblos. Lograr ser los únicos
referentes de la realidad, armada con
un elenco estable de periodistas sin escrúpulos,
delincuentes que parecen abogados y lavadores
de dinero de cuarta que deben provocar
horas de carcajadas entre los verdaderos
mafiosos. Ancianas conductoras, ignorantes
y platinadas siempre dispuestas a ser
parte del aquelarre. Todos ellos igual
de despreciables que mienten a sabiendas
llevados por su odio y necedad.
Como no puede ser de
otra manera hay que variar de personajes
para que no se aburra el auditorio. Y
entonces aparece Margarita Stolbizer que
rifa lo único que tenía…
ser una persona respetable…
Viviana Campos
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