El largometraje dirigido
por Lorena muñoz
y protagonizado por Natalia Oreiro
Gilda, una película
filmada en el barrio
La gran obra dirigida
por Lorena muñoz y protagonizada
por Natalia Oreiro rescata paisajes urbanos
de la Revoca del Once y convirtió
a IMPA en un boliche bailable. El 25 de
este mes hay una expo en el Bar Emergente
de Gallo 333 para recordar a la abanderada
de la bailanta.
Veinte
años atrás el nombre Gilda
estaba pintado en lo afiches de colores
saltones que riegan las paredes de Once
con las fechas de los bailes locales. Hoy,
el nombre de la figura popular llena las
salas de cine de todo el país. “Gilda.
No me arrepiento de este amor” es
la obra cinematográfica que el público
y la crítica entronizan, pero también
es una mirada a días de un pasado
tropical que marcó la vida social
y cultural del barrio.
La mitología
popular asegura que Myriam Bianchi, maestra
jardinera de Devoto, llegó al mundo
de la cumbia caminando el Once. Así
lo recrea una toma de la película:
Natalia Oreiro-Gilda camina la Revoca del
Once (Rivadavia y Pueyrredón), postal
pluricultural de todo lo que pasa en el
barrio. La obra dirigida por Lorena Muñoz
recrea el primer encuentro de Myriam con
Toti Giménez, compositor y tecladista,
quien había puesto un aviso en el
diario en busca de una cantante. Formarán
junto a varios músicos la banda con
la que Gilda cantará sus éxitos
como “La puerta”, “Corazón
valiente” y “Se me ha perdido
un corazón”.
Allí, a metros
de Plaza Once, comenzó todo. Allí,
a una año de su muerte, en 1997,
los fans, rescatan las crónicas periodísticas
de época, evocaron a la cantante
entre el dolor de la pérdida, pero
también en la onda expansiva de lo
que iba a ser el legado de canciones que
son parte de la cultura popular.
Otro sitio
reconocido por vecinos es la fábrica
recuperada IMPA de Almagro. En la película
se usaron sus pasillos para recrear una
bailanta. Con planos y contraplanos entre
Gilda y su público, bañados
todos por luches chillonas y envueltos en
la melodía movediza, este tramo del
film muestra cómo los temas de la
abanderada empiezan a calar en las multitudes.
Y de ahí al mito.
En su conjunto,
la película convence, gusta y hasta
da ganas de verla varias veces. Se puede
vivirla como una biografía de una
figura célebre de la cultura popular,
como una historia de superación personal,
como la pintura de una época y un
sentir.
En tanto,
el 25 de octubre desde las 20 se vivirá
una gran fecha cultural en honor a Santa
Gilda en el Bar Emergente de Abasto. “Es
un homenaje hecho por y para los amantes
y gustosos de la carismática cantante
tropical argentina”, adelantan los
organizadores.
Una de las
grandes visitas al barrio será la
de Alejandro Margulis, periodista y escritor,
autor de “Gilda. Abanderada de la
bailanta” (2012) y “Santa Gilda”
(2016). Sus libros contienen crónicas
que ahondan en la vida de Myriam Bianchi
y en la gama de familiares y personajes
que nutrieron el camino hacia Gilda.
También habrá
tiempo para disfrutar de varias manifestaciones
artísticas. Habrá música
en vivo de Las Santa (Lía Raggamuffin
& Alma de Diamante); Guadalupe y Lautaro
Passadore y Sudor Marika. Las del Palo (Silvina
Florencia Rey y Mariana Alejandra Méndez);
Nataniel Uner Sbriller y Maxo Garrone y
Princesa estarán a cargo de las performances
de la jornada. Se podrán ver trabajos
visuales de Paula Perini, Yanina Foco, Mailén
Álvarez, Hugo Alejandro, Meraki,
Dinda y Vanesa Morales. Cantarán
durante la velada Sil, Yanina y Marcela
del Prado.
J.M.C.
El Fanta Norteño
y el Picaflor:
bailanta de la vieja escuela
En los últimos años
se han puesto de moda nuevas formas de vivir
la cumbia. Karina, la Princesita, luego
de años de furor en los escenarios
y ganarse el mote de artista popular llegó
a cantar en el Colón y junto a Giego
y otros mitos vivientes por causas como
AMIA. Bandas como Rombai o Marama, la llamada
“cumbia cheta”, llenan grandes
reductos como el Luna Park. Aristas que
fueron furor en los 90 renacen del ayer
y son voceados por multitudes en las palermitanas
(de espíritu) Fiestas La Mágica
o la D-Lirante. Nuevas y generaciones levantan
las manos y menean en la noche porteña.
En paralelo a este
rico ir y venir de tendencias, en Abasto
continúa la vieja escuela de la bailanta
pura y dura. El Fanta Norteño –ex
Fantástico Bailable donde cantaron
entre otros Rodrigo y Gilda- sigue de puertas
abiertas y los fines de semana hace subir
a escena a una rica gama de músicos.
Consagrados en la lengua popular como Damas
Gratis y Jambao copan escena junto a grupos
del norte como El Misil Norteño,
Willy Campero, Grupo Libera2, Malkriados.
Del boom de la cumbia villera a los regionalismos.
De modo similar
sucede en El Picaflor. Esta bailanta está
sobre Corrientes, casi Bustamante. La entrada
es libre y gratuita hasta la una de la mañana
(mujeres toda la noche). Hay bailes y tocan
referentes musicales de la colectividad
norteña y peruana. También
se puede escuchar a grandes consagrados
de la movida tropical como Sebastián
Mendoza o el Chili.
Unas cuantas cuadras
al sur, ya en San Cristóbal, un clásico
que da pelea es La Nueva Casona de San Juan
2926. Otro sitio de la vieja escuela, es
el Montecarlo Bailabe (México, casi
Entre Ríos), donde también
se puede ir en la semana a aprender a bailar
bachata.