Delirios democráticos
Todo lo absurdo ocurre hoy
en la ciudad, en el país, con la
misma naturalidad con la que sale el sol.
Buscando a Dolina por
el dial, me encontré con el pastor
Jiménez reconvertido en pastor de
guerra y emitiendo el mismo discurso que
los programas de TV. Un mercachifle, vendedor
de supercherías, que creí
erróneamente, superado.
Horas después aparece un señor
con no sé qué representatividad,
diciendo que van a solicitar que el monumento
a Colón vuelva a ocupar su lugar…
no deja de ser coherente con los tiempos
que vivimos gracias al voto popular.
Después me entero
de los recortes presupuestarios que el gobierno
hace en educación, salud, ciencia…
Y como si todo esto fuera
poco, el ministro de Trabajo anuncia un
bono de fin de año para las jubilaciones
mínimas y los representantes de la
CGT lo agradecen. Los mismos dirigentes
que hace un año pedían no
pagar ganancias.
Días antes el ministro
Bullrich había cerrado Tecnópolis
para esparcimiento de los hijos de los funcionarios
y la canciller Malcorra anunciaba que ahora
sí iba a trabajar por los ciudadanos…
ambos ministros utilizan los bienes del
estado para su uso personal… Eso no
es legal.
Y de todas estas cosas
hay un responsable, el pueblo argentino
que enriquece supuestos religiosos, venales
e hipócritas. La raza maldita de
los mercaderes del templo, como los llamo
Jesús.
Es el mismo votante acrítico
que cree que piensa y solo repite lo que
otros quieren que piense.
Va siendo hora que cada
uno se haga responsable del desastre que
ha hecho con su voto, y deben saber que
gracias a ellos estamos ante un retroceso
fenomenal, casi único en la historia.
Son ellos los responsables de seguir cobrando
una jubilación que ya no alcanza,
de pagar un tarifazo irracional, de no tener
medicamentos sin costo, de comer un asado
solo una vez por mes, de ver las vacaciones
en fotos viejas, de que estemos ante un
futuro tenebroso. Y sobre todo son culpables
de creer que esto es así porque no
tenían derecho a vivir mejor.
Muchas veces dije que
los pueblos se equivocan, y que muchas veces
se suicidan. Estamos ante ello.
Viviana Campos
[email protected]
Jesús echando a los mercaderes del
templo. circa 1618. Valentin de Boulogne.