Espacio de mujeres de
El Gran Sur
Feminismo popular en
Boedo
Los lunes hay
talleres de arte y los martes de folclore
para las vecinas en el espacio cultural
de Boedo y Rondeau que integra la Corriente
Juana Azurduy. A la par hay un espacio
de niñez. El sábado 19 de
noviembre habrá una feria callejera
para mostrar sus producciones.
Construir un “feminismo
popular, amplio, diverso y amoroso”.
Es la máxima de la corriente Juana
Azurduy que abrió El Gran Sur,
un espacio cultural en Boedo y Rondeau.
A pasos de Pompeya y de Patricios, esta
casa de esquina con techos altos y muros
de ladrillo, donde funcionó el
histórico Café de la Paz
y Huracán, apuesta por el trabajo
de género. Los lunes a las cinco
de la tarde hay talleres de arte. Los
martes a la misma hora dan clases de folclore.
“La idea es generar un espacio de
confianza y pertenencia a través
del hacer y de abrir un espacio para hablar
de nostras, de cuestiones y preocupaciones
que tenemos”, explica Eugenia Vacatello,
docente y referente del espacio cultural.
“El Espacio
de Género de El Gran Sur inició
a fines del año pasado, tras el
Encuentro Nacional de Mujeres, con reuniones
internas de la corriente junto a muchas
personas que estábamos interesadas
en este tipo de propuestas. Durante
meses debatimos sobre dónde nos
parábamos para pensar cuestiones
de género en el barrio, de feminismo
popular y barrial. En mayo empezamos con
el taller de arte que hacemos todos los
lunes desde las cinco de la tarde. Primero
fue quincenal, ahora lo hacemos todas
las semanas. Hace algunos meses empezamos
con un espacio de danza folclórica
los martes dentro del Espacio de Género
para abrir otra oferta a las mujeres del
barrio y dar cierta continuidad a lo que
pasa los lunes”, agrega Virginia
Viollaz, trabajadora social, vecina de
Boedo y referente de la casa cultural
de Boedo y Rondeau.
“La propuesta es ofrecer
diferentes técnicas artísticas.
Hoy se enseña encuadernación.
Buscamos dar un oficio a las mujeres interesadas
y también compartir ese espacio
para hablar de cuestiones que nos atraviesan
por ser mujeres. No se plantea como un
interrogatorio con preguntas “¿Cómo
te sentís en este sistema patriarcal?”,
buscamos compartir vivencias pasadas o
presentes, desde el espacio de confianza,
escucha y dialogo. También hay
un objetivo de trabajar situaciones de
violencia y poder intervenir llegado el
caso”, suma Virginia.
“Para informar
sobre el Espacio, montamos mesas de difusión
en la esquina, aparte de ir a la puerta
de los colegios a volantear y charlar.
En el barrio, vemos tras estas salidas,
hay una preocupación latente acerca
del acoso callejero, las distintas violencias
en el hogar, provengan de familiares o
parejas. Sin embargo, pese a que la mayoría
de las mujeres encontraron la confianza
para dejar sus datos, en muchos casos
no se llegó a la instancia de hablarlo;
por eso es importante fomentar la confianza
y el clima de contención”,
detalla Viollaz al respecto.
Giobanna, vecina hace
más de veinte años del edificio
de Boedo 1959/1961, expropiado por la
Legislatura para hacer viviendas sociales
(Ley 4480), se volvió habitué
de El Gran Sur: “Vine porque me
invitaron y me convencieron que era un
lugar donde te enseñan cosas. Son
jóvenes profesores, la idea es
que haya actividades para mujeres, manualidades”.
“Me gustó mucho el trabajo,
cómo se mueven ellos. Desde que
empezó el lugar no dejé
de venir”, añade la vecina.
“A la misma hora
y en paralelo funciona un Espacio de Niñez
con distintas actividades, para que las
mujeres puedan venir con sus hijos”,
explica Eugenia. “Hay todo un proyecto
de niñez en torno al concepto de
infancia digna en el centro cultural;
además la idea es que las mujeres
que se acerquen al lugar tengan garantizada
la posibilidad de que sus niños
y niñas estén en actividades
en ese rato”, agrega.
“Los instructores
son buenos, hay apoyo escolar. Mis hijos
vienen casi todos, les gusta mucho también.
Los chicos vienen con gusto, no se sienten
forzados; te das cuenta cuando lo hacen
por gusto. Pasan las tardes mientras nosotras
aprendemos manualidades y charlamos”,
explica Giobanna.
Un momento clave en
la vida de este Espacio de Género
fue el Encuentro Nacional de Mujeres que
este año se hizo en Rosario. “Fuimos
un montón dentro de la Azurduy.
Tuvimos encuentros previos para poder
llegar como un grupo a ese viaje y también
para juntar fondos. La experiencia fue
zarpada. Allá fue intenso, en general
por los talleres, las charlas, las marchas.
Este año fuimos 90 compañeras,
entre ellas vecinas del barrio que van
a los talleres. Estaban todas muy satisfechas
con lo que se armó. Eso es gratificante”,
dice Eugenia.
Muchos de los trabajos
hechos en estos meses en el taller de
encuadernación se expondrán
en una feria callejera el sábado
19 de de noviembre. “Es una forma
de mostrar al barrio lo que las vecinas
hacen acá, también de que
ellas vean la repercusión de todo
lo aprendido en este espacio”, añade
Virginia y concluye: “Es positivo
para el barrio que exista un dispositivo
como el Espacio de Género, por
eso nuestro objetivo es consolidarlo a
través de actividades artísticas,
pero sobre todo mediante la confianza
para repensar un feminismo popular y barrial”.
J.M.C.
Día internacional
de la No violencia hacia la mujer
Por 5º año consecutivo la
Escuela de Psicología Social y
la Asociación Todos por la Plaza
de Boedo a través del Ecomuseo
participativo barrial, organizan en forma
conjunta un foro abierto el próximo
martes 22 de noviembre de 18 a 20 en el
Salón de la Sede Comunal 5 (Carlos
Calvo y Loria), bajo la consigna Ni una
menos-Vivas nos queremos. En el año
2014 participó de la actividad
la Comisión por la Memoria de la
Red de Cultura de Boedo y en 2015 la Comisión
de la Mujer del Consejo Consultivo 5.
En 2016 participará la Comisión
de Mujeres de EPS y el Centro de Estudiantes
de Psicologia Social.