Pasaron denuncias, reclamos, quejas y un escrache, pero se terminó. “A la Casita Feliz la cerramos los vecinos con mucho coraje y con la unión de todos”, introdujeron en un comunicado la ONG Buenos Vecinos Once. “Nos mantuvimos en contacto telefónico permanente con los habitantes del edificio mientras sufrían situaciones tremendas con los proxenetas que manejaban el lugar. Llamaron al 911 decenas de veces”, sumaron al respecto.

“Hicimos reuniones, asambleas, más denuncias, reclamos en la comisaría 7a. durante meses y en los juzgados que tenían las causas (más de 10 causas!). La fundación La Alameda nos apoyó de inmediato y dos abogados voluntarios de esa organización se acercaron a ver las causas a las fiscalías”, repasaron.

“Les pedimos a nuestros valientes vecinos que ahora más que nunca no bajemos la guardia, tenemos todo por hacer y estamos organizando un movimiento que nos incluye a todos. Juntos somos poderosos”, cerraron de cara al futuro.

T.L.