La fiesta más triste se celebra después del horario de trabajo. Así lo descubrirán los tres hermanos y protagonistas de Warnes. Tal como su nombre fierrero alude, la historia transcurre puertas adentro de un taller mecánico.

De este modo, entre la intimidad de tuercas y motores se puede husmear qué se esconde detrás del culto al macho. La testosterona automovilística y el rito del almanaque con la mina en bolas revelan un mundo frágil, con más silencios de los ansiados y penas difíciles de llevar.  

El paneo es amargo y torna en dramático cuando se revela la noticia que altera a los protagonistas: hay un padre que regresa para festejar una última noche con sus tres hijos. La celebración está empapada por la ambivalencia entre la alegría del reencuentro y la larga sombra del pasado por donde escurren heridas incurables. En medio, cumbia a todo lo que da, borrachera y un carnavalesco jolgorio.

Con esa premisa, el director hace notar un paralelismo entre la historia de Warnes y el Fedón del filósofo Platón, “que narra la última noche de Sócrates (…), la situación de los discípulos reunidos en pos de la muerte del maestro”.

Es que en la obra, en resumidas cuentas, el director recurre certero a la ironía, incluso la exageración, para hacer tolerable al espectador una historia de aberraciones, fracasos e infamias donde queda expuesto cómo el alma humana nunca habrá de funcionar como un burro de arranque o un motor, esos fierros que pueden ser arreglados sin más por el macho, en cualquier momento, en cualquier taller perdido de Warnes.

Ficha técnica-artística:

Elenco: Mariano Agnone, Mariano Clemente , Pablo Navarro, Adrián Verdaguer, LeonardoVolpedo

Iluminación: Claudio del Bianco

Diseño de Espacio: Colectivo El Arenal

Realización Motor: Nieves Baldaccini

Realización de Máscaras: Colectivo El Arenal

Vestuario: Melisa Califano

Fotografía: Juan Risso

Diseño: Leonardo Volpedo

Producción Ejecutiva: Rosario Alfaro

Prensa: Correydile

Asistencia Artística: Noelia Prieto y Mara Ticach

Dramaturgia y Dirección: Martín Urruty