El sábado por la noche en La Quince, flamante espacio de Villa Crespo social y cultural que responde a la organización Seamos Libres, organizaba una fiesta. Pero el rato de encuentro y distensión viró luego en un amargo trago al recibir la clausura por parte de inspectores porteños; tal como ocurrió en casi una veintena de centros culturales capitalinos desde fines de junio.

“El sábado pasado volvimos a ser clausurados por la Agencia Gubernamental de Control (AGC); un capítulo más en la historia de persecución que ejerce el Gobierno de la Ciudad sobre nuestro espacio”, confirmaron desde La Quince. “Los motivos de la clausura fueron cuestiones de índole burocráticas, ya que en términos de seguridad nuestro espacio cumple con todos y cada uno de los requerimientos que se nos exige”, aclararon.

Esta situación se dio en la mayoría de los casos antes citados. Por tal motivo, “el interés del gobierno porteño no es velar por la seguridad de quienes acuden a nuestro espacio sino, a través de costosas multas, fortalecer una política recaudadora usando como instrumento a sus organismos de control”, analizaron desde La Quince.

“A lo largo del último mes, más de 15 espacios culturales fueron clausurados por el Gobierno porteño. Actualmente, en la Ciudad no existe una figura legal que permita que los Centros Culturales y Sociales (CCyS) autogestivos sean habilitados mediante una ley que contemple su propia especificidad”, repasaron.

 “Estas clausuras constituyen uno de los síntomas de la política macrista, que concibe al arte como una mercancía y al público como un mero actor pasivo cuyo interés se limita al consumo. De esta forma, la cultura queda circunscripta a la lógica de mercado y de los mega festivales, dejando de lado todo tipo de construcción generada a partir de las diferentes identidades barriales”, denunciaron. 

Desde Seamos Libres concluyeron: “Estamos convencidos de que sólo desde un abordaje integral se pueden pensar y desarrollar políticas culturales que tengan como protagonistas a los artistas, los jóvenes, los vecinos, y los trabajadores. Porque nuestra apuesta cultural es también una apuesta política”.