Tras veinte años de olvido y deterioro, este miércoles la Cámara de Diputados trató la expropiación del edificio donde funcionó la confitería El Molino. Con 218 votos positivos convirtió la iniciativa en ley.

La vieja confitería será concesionada para financiar con esos ingresos el armado –en el resto de los pisos del edificio– de un anexo del Congreso, en el que funcionarían un museo y un centro cultural.

Pasadas las 17, los vecinos se reunirán junto a organizaciones barriales para festejar.