El artista Marino Santa María estuvo en el Abasto, una vez más, para dejar su huella en forma de Zorzal Criollo: hizo cuatro murales tangueros en la estación Gardel (Línea B).

Como es usual en Santa María, trabajó con mosaicos venecianos. Más de 6000 venecitas ahora se lucen inmortales y elegantes con motivos arrabaleros en andenes y boleterías.

Con un toque de bohemia, el artista trabajó de noche junto a dos ayudantes, para no interrumpir el servicio de subtes, que este verano tuvo días enteros sin funcionamiento por la instalación de nuevos coches.

Uno de los murales muestra a Gardel en la típica pose de perfil que Santa María inmortalizó tantas veces. A su vez se le acopla un cielo con manchas amarillas y naranjas. Completan la escena cúpulas tradicionales del barrio.

El segundo, es un homenaje al Abasto y su tradición tanguera: se muestra el arco con reloj del ex Mercado Proveedor junto a un bandoneón y un pentagrama de fondo. Los colores que prevalecen son el naranja y el violeta, en varias gamas.

El tercero no está sobre el andén, sino arriba, donde se ubican las boleterías. Es un rojo pleno con un Gardel perfilado y trajeado en naranja y amarillo.

El último mural, ubicado en la misma zona, muestra a una pareja de baile entre motivos curvos y coloridos que van desde los rojos y naranjas hasta los grises y azules.  

Este trabajo se complementa con otros mosaicos ya hechos sobre la peatonal Zelaya, cerca del Centro Argentino de Teatro Ciego. A lo que hay que sumar las decenas de pintadas en muros, frentes y vitrales sobre el Morocho del Abasto. 

T.L.

Fotos: Prensa Subte