El Velorio: prohibido enloquecer ante los muertos

La obra de Gabriel Rosas muestra logradas actuaciones en una narrativa ágil, conmovedora y cómplice sobre el paso al más allá. Se puede ver los sábados a las 23.15 en el Camarín de las Musas (Mario Bravo 960).
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No queda bien reírse en un velatorio. Incluso si éste se ubica al otro lado de la cuarta pared teatral. Así parece en la obra que Gabriel Rosas exhibe en El Camarín de las Musas. En la sala se huele un extraño cortocircuito: los tres protagonistas dan los primeros esbozos de tristeza ante el ataúd de un amigo o familiar y la audiencia capta la conmoción. Los llantos en la sencilla sala velatoria se distorsionan en grotescos que alimentan la complicidad del público. Los primeros se animan y largan carcajadas. Desde entonces queda marcado el ritmo de la obra.

Si la muerte es uno de los grandes tabúes a la hora de la reflexión y la creación, El Velorio surca sobre sus incógnitas y ausencias con un lenguaje propio, con desparpajo y frescura. Testimonio de esto es la atención del público, que festeja cómo los actores intercalan con elegancia el vaivén de alegrías y tristezas. Son momentos contundentes que pueden dejar la sala muda o poblarla de carcajadas. Se trata de un gran acierto y alude al talento actoral y al diálogo con la dirección.

El velatorio dura más de lo previsto y los protagonistas se alteran. Hay una nueva tensión, que se acopla al dolor de perder un ser querido. Con tintes de locura, el trío deja expuesto retazos de sus traumas y miedos. Son pinceladas justas, que muestran una interesante construcción de personajes. Hay un diálogo de obsesiones entre los tres que da vitalidad a la historia y e impulsa la narración.

El Velorio entonces se muestra como una obra atractiva, con brillo propio y un logrado poder de atención: el público también se funde en este grotesco de reír y emocionarse ante un ataúd, más atento a las penas y miserias terrenales, que al paso al más allá del susodicho finado. 

Ficha técnica:

Actores: Kairiana Núñez Santaliz (mujer), Martín Amuy Walsh (hombre 1), Lucas Roma (hombre 2)

Diseño de Escenografía: Colectivo El Rizoma

Diseño de Luces: Alejandro Galerti

Diseño de Vestuario: Colectivo El Rizoma

Diseño Gráfico: Martin Amuy Walsh

Fotografía: Guadalupe Lorenzo

Prensa: Correydile

Asistente de Dirección: María Lola Sanchez

Dramaturgia: Colectivo El Rizoma

Dirección: Gabriel Rosas

Duración del espectáculo: 60 minutos

 

Fan Page: El Velorio Obra Teatral

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