Provoquemos al poder

El posporno está en tapa de todos los diarios. Lucía Romano, presidenta del Centro de Estudiantes de Ciencias Sociales dará su opinión sobre el evento porno en Sociales marcando la diferencia con su origen revolucionari
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El posporno está en tapa de todos los diarios argentinos y en boca de todo el país. Los periodistas de todas las redacciones andan desaforados buscando que alguien les cuente de qué pasó en Sociales, quiénes lo organizaron y para qué. Veamos de qué se trata.

 

Un movimiento contestatario 

Pues bien: el posporno tiene su origen en una época de grandes convulsiones sociales. 1969 es un año revolucionario: mientras obreros y estudiantes protagonizaban el Cordobazo en nuestro país, el movimiento LGTBIQ se levantaba en Nueva York contra la represión gubernamental en lo que pasó a la historia como los "Disturbios de Stonewall". Con esta experiencia, el posporno se desarrollará en la década de los '80 en Estados Unidos, para luego ser furor en España a mediados de los 90. El posporno se plantea como una búsqueda por revolucionar la sexualidad y el concepto de la pornografía tradicional. Los activistas del posporno no buscan un fin masturbatorio, sino paródico o crítico. Denunciaron la irresponsabilidad de la industria del porno yanqui, a la que atribuían crisis como la del SIDA. El posporno es, definitivamente, contestatario, subversivo, feminista, y va en contra de la heteronomía. Las performances que realizan los militantes del posporno intentan romper con "las buenas costumbres" y resistir la opresión social en el terreno de las relaciones sexuales. Sus activistas reivindican a Foucault y sus escritos sobre la vigilancia del cuerpo en las sociedades disciplinarias. El posporno retoma la experiencia de movimientos artísticos como el surrealismo, que con sus intervenciones públicas se valía de la provocación como un medio para denunciar el carácter opresivo del estado de cosas imperante. 

 

Una bufonada kirchnerista

La performance posporno que se desarrolló en nuestra facultad no puede reivindicar este pasado. Lejos de tratarse de una escena rupturista o contestataria, se trató de un espectáculo organizado por las autoridades kirchneristas de Sociales, defensoras del régimen universitario y del gobierno que mantiene la ilegalidad del aborto como "política de Estado". El montaje se realizó sobre las mesas de las agrupaciones de izquierda, y sus proclamas estaban dirigidas contra el centro de estudiantes. 

En las redes y en los medios se dio larga difusión a algunas imágenes, pero muy poca a los volantes que distribuyeron los organizadores (ver adjunto). En vez de atacar al sistema y al poder que lo sostiene, los materiales que repartían los artistas estaban plagados de consignas del tipo: "si esta asamblea no está sexualizada, no es mi asamblea", "si esta revolución no es sexualizada, no es mi revolución". Si nos abstraemos de las referencias al sexo, sólo quedan frases contra el movimiento estudiantil y la izquierda. 

Esta ausencia de crítica al régimen vigente es una constante en el lenguaje de nuestras autoridades de Carta Abierta, que organizaron esta performance desde la carrera de Comunicación que dirige NEXO, la agrupación del decano Postolski. Son los defensores de una política nacional contraria a los derechos de las mujeres y de la liberación sexual. ¿No sería más provocador dirigir las denuncias contra el gobierno que pactó la reforma del Código Civil con el Vaticano para darle a la Iglesia Católica el status jurídico de "entidad pública"? ¿O cuestionar, por ejemplo, la ausencia de educación sexual laica, científica y obligatoria en los colegios clericales?

 

Violencia e inmadurez 

Que la gestión haya decidido organizar su actividad en las mesas de la izquierda -y definitivamente no en las de las agrupaciones como La Cámpora o La UES con quienes organizan su intervención política en Sociales- representa una nueva violación de los espacios estudiantiles, a la que nuestro centro es sometido constantemente. Algunos compañeros no han exagerado al referirse a este punto como una extensión de la violencia institucional sobre los espacios de organización de los estudiantes. Cuando no hay ataque al poder y se trabaja para ellos, los artistas corren el riego de convertirse en bufones del rey. La herramienta emancipadora se banaliza. 

Los bufones son además inmaduros, y pecan de pequeñoburgueses: se retiraron sin limpiar el semen ni el pis. Obligaron a estudiantes y trabajadores de la facultad a hacerlo por ellos. Los materiales de difusión sobre los cuales desarrollaron su arte, y que se financian con el aporte de los militantes, debieron tirarse a la basura.

 

El arte por la revolución

Las premisas del posporno fueron traicionadas en Sociales. Para desarrollar una sexualidad, una militancia y un arte libre se requiere independencia y organización contra quienes ejercen la dominación sobre nuestros cuerpos y sobre nuestras decisiones. La abolición del régimen social que oprime a las grandes mayorías será la que logrará la plena emancipación de  las relaciones entre hombres y mujeres. De nuestra parte, esta es la lucha en la que estamos embarcados. Como escribieron indican André Breton y León Trotsky en el manifiesto por un arte independiente: "He aquí lo que queremos: la independencia del arte –por la revolución; la revolución –por la liberación definitiva del arte".

 

Lucía Romanopresidenta del Centro de Estudiantes de Ciencias Sociales

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