Lucero es dueño de El After, bar de mala muerte en el corazón de una barriada humilde. Sueña con presidir el club de la zona, aunque, luego se verá, no es el vecino más popular. A falta de votos, para llegar a la cima apela a la magia negra: las bondades de El Pibe de Mierda, una especie de santo chorro con poderes místicos.

Lucero no quiere ser un presidente bueno, uno que haga crecer al club ni mejorar la vida en el barrio. Su maquiavélica trama postula que al ser electo, hará reuniones de socios en El After para vender más cerveza. Siente que eso es tocar la gloria, salvarse, hacerla bien.

Para dar con su objetivo lo acompañan su novia travesti Priscila, dueña de la rata-mascota Pablito (llamador de El Pibe de Mierda); el Guacho, hijo no reconocido de Lucero (no lo sabe) que encima está enamorado de Priscila; y Beto, cipayo de Lucero que sueña arrebatarle el bar.

 El cuarteto, mientras ultima detalles para los ritos en nombre de El Pibe de Mierda (para mal de Pablito), pasa por todos los estadios emocionales. Se pelean, traman planes personales, desdeñan la compañía en El After.

La obra muestra personajes bien definidos, criados en la supervivencia, ajenos a reglas o compasiones. Errantes y advenedizos. Una suerte de matones venidos a menos que por momentos inspiran más ternura y verguenza ajena que miedo o enojo. Las perspectivas de redención para cada uno están cuerpo a cuerpo con la traición o el crimen. Aún así, cada cual se las rebusca para exponer sus ansias, ya sea en momentos de soledad o en susurros para no levantar la perdiz.

La obra es dinámica, ágil, con momentos de gracia y pasajes con subtexto hacia dentro del lenguaje teatral. Va y viene y queda bien perfilada para un cierre marcado por la tragedia, el entredicho y una idea de circularidad cruel: todo pasa, pero siempre habrá un Pibe de Mierda a quien acudir para soñar en medio del barrio bajo.

El texto fue premiado por el Corredor Latinoamericano de Teatro, con un jurado integrado por Luis Cano y Andrés Binetti, y como premio se presento en EDIE (Encuentro Internacional de Dramaturgia Estudiantil 2015) como semi montado en la sala Solidaridad del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini.

Ficha técnica:
Actuación: Fernando Gabriel Lozano (Lucero), Pablo Jesús Gatto (Priscila), Iganacio Nazareno Ciminari  (El Guacho), Ivan Mauricio Zwenger  (Beto)
Diseño de Escenografía: Jair Bellante
Diseño de Luces: Esteban González
Diseño de Vestuario: Antonela Fucenecco
Música: Lucas Patricio Davis
Diseño Gráfico: Lucas Avigliano
Fotografía: Ramiro Fumero
Producción Ejecutiva: Pablo Yurrebaso
Asistente de Dirección: Romina Mignano
Prensa: Correydile
Dramaturgia: Emiliano Carlos López
Dirección: Emiliano Carlos López
Duración del espectáculo: 65 minutos
Fan Page: After Hell

Sábado 24.30 hs (media hora después de medianoche)

Espacio Sísmico
Lavalleja 960
Entrada: $120 / $100 (Jubilados y Estudiantes)
Reservas: 4776-3490

J.C.