Alertan por la situación de la confitería El Molino

La integrante de la Junta Comunal 3 María Suárez hizo un repaso del estado del histórico inmueble de Balvanera.
el

Con el título “La confitería del Molino. Abandono y desidia gubernamental”, la integrante de la Junta Comunal 3 María Suárez hizo un repaso sobre la situación actual del histórico inmueble de Rivadavia y Callao.

 

En los últimos días surgieron dos noticias al respecto. Una trata que hay personas en situación de calle que duermen entre los andamios y la otra refiere a que, pese a la compra reciente por parte del Estado nacional del edificio, aún no hay partidas como para iniciar el profundo proceso de restauración que necesita la centenaria edificación.

 

El texto de Suárez agrega: “El envío desde el Ministerio del Interior, Obras Públicas y Vivienda al Congreso de unos $ 500 millones para la restauración y posterior transformación en un centro cultural con museo, como lo estipuló la ley de expropiación de 2014, al día de hoy no se concreta”.

 

Suma que “se deduce que el Estado compra un edificio y luego lo abandona”: “Denuncian falta de seguridad en el edificio y su entorno, los andamios son una rampa de acceso para cualquiera que quiera subirse y entrar a robar por los huecos de las paredes, las letras de la marquesina y las aspas del molino se encuentran oxidadas y a punto de desprenderse”.

 

La representante local contó que está por hacer una presentación en la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires para que allí se trate la situación que atravieza este histórico lugar de Balvanera.

 

J.C.

 

 

Texto completo:

 

Situación Actual de la Confitería del Molino

 

El gobierno nacional compró la Confitería del Molino:

 

'Inscríbase en el Registro de la Propiedad Inmueble de la Capital, a nombre del Estado Nacional, la titularidad del dominio del inmueble ubicado en avenida Rivadavia 1801/07/15 esquina avenida Callao 10/20/28/30/32 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires', señala el artículo 2 de la resolución que indica que luego de la tasación efectuada por el tribunal se procederá finalmente a desembolsar el dinero que reclamaban las dos familias descendientes de los fundadores de la confitería.

 

Debido a su mal estado, una malla y una bandeja de contención lo cubren desde hace décadas para evitar desprendimientos de vitrales y mampostería.

 

Por esta razón, el equipo del Plan Rector de Intervenciones Edilicias del Congreso Nacional (PRIE) se encargará de la restauración del edificio.

 

La situación hoy. El Estado nacional gastó en marzo más de $ 180 millones en la compra de la histórica Confitería del Molino, pero no se hizo cargo aún de su puesta en valor. El emblemático edificio de Callao y Rivadavia continúa en ruinas, abandonado y con riesgo de derrumbe en los sectores más afectados.

 

El envío desde el Ministerio del Interior, Obras Públicas y Vivienda al Congreso de unos $ 500 millones para la restauración y posterior transformación en un centro cultural con museo, como lo estipuló la ley de expropiación de 2014, al día de hoy no se concreta.

 

Arquitectos del Plan Rector de Intervenciones Edilicias del Congreso -organismo que debería encargarse de la puesta en valor de la confitería, que integra el área conocida como Manzana Legislativa- lamentaron que aún ni siquiera se les haya permitido ingresar en el lugar para realizar un relevamiento técnico de su estado.

 

El inmueble, clausurado hace dos décadas, sufre graves patologías, típicas de las construcciones deshabitadas por tanto tiempo. 'Sólo cuando Interior nos pase la partida podremos empezar a funcionar', dijeron fuentes del Senado.

 

Por su parte, la Comisión Bicameral destinada al seguimiento del proceso de restauración tampoco se creó aún.

 

Fuentes del ministerio que conduce Rogelio Frigerio explicaron que no fue incluida en el presupuesto de este año una erogación de fondos para las obras. Por lo tanto, la Presidencia o la Jefatura de Gabinete deberían reasignar una partida, hecho que consideraron poco probable.

 

En cambio, una alta fuente gubernamental reveló a LA NACION que 'Interior no le gira dinero al Congreso porque teme que luego se floreen como únicos autores de la puesta en valor de una joya arquitectónica de tamaña envergadura'. Y adjudicaron las trabas a un posible distanciamiento entre el presidente Mauricio Macri y Frigerio, por un lado, y el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, por el otro.

 

Por lo anterior, se deduce que el Estado compra un edificio y luego lo abandona. Denuncian falta de seguridad en el edificio y su entorno, los andamios son una rampa de acceso para cualquiera que quiera subirse y entrar a robar por los huecos de las paredes, las letras de la marquesina y las aspas del molino se encuentran oxidadas y a punto de desprenderse.

 

Un informe técnico elaborado por empresas privadas alertó del peligro de desmoronamiento del pináculo, los vitrales y la mampostería de la centenaria construcción, de casi 7000 m2 cubiertos, declarada Monumento Histórico Nacional en 1997. Luego de ese estudio, se lo envolvió con una fuerte malla protectora azul que oculta sus peculiares características arquitectónicas.

 

En el interior se suceden desprendimientos de vitrales, caños rotos, cables eléctricos precarios, escaleras intransitables y ascensores descompuestos.

 

Afuera, la vereda que lo circunda continúa siendo peligrosa de transitar: tiene baldosas flojas y está cubierta por andamios, puestos de venta ambulante, pasacalles, quioscos de revistas y gente en situación de calle que se cobija en el edificio, a pesar de ser un sitio inseguro.

 

No hay un solo responsable, nadie se hace cargo.

 

Consultado, un funcionario del área advirtió: 'El tercer subsuelo de la confitería, donde funcionaba la panadería, está inundado desde hace años. Tenemos miedo de que si empezamos a trabajar en la vereda se venga todo abajo y sea mucho peor'.

 

Esta situación revela el nivel de abandono y desidia de parte del Gobierno de Buenos Aires para con los históricos espacios de la Ciudad.

 

María Suárez, Comunera FpV, Comuna 3

 

Foto: Clarín

Comentarios