Con propuestas culturales y una gran concurrencia se hizo el Museo Vivo por las calles del Abasto

La actividad, en su tercera edición, recorrió siete sitios históricos.
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Ayer más de 130 personas participaron de la tercera edición del Museo Vivo por las calles del Abasto, hecho por vecinos e instituciones del barrio en el marco de la Noche de los Museos. Durante casi dos horas se visitaron siete lugares históricos a través de música, interpretaciones teatrales y semblanzas. Organizaron y difundieron Casona Cultural Humahuaca, Cooperativa Cultural Archibrazo, Comisión de Patrimonio del Consejo Consultivo Comunal 5 (Almagro y Boedo), Cultura Almagro. El barrio en Red, Proteger Abasto, Banco Credicoop sucursal Abasto, Revista El Abasto.

 

La apertura se hizo frente a la Casona Cultural Humahuaca (Humahuaca y Bustamante). Allí el Grupo de Teatro Comunitario de Almagro-Abasto, que ensaya los sábados a las 11 de la mañana en Archibrazo (Mario Bravo 441), interpretó una escena de creación colectiva sobre la vida cotidiana de las personas que poblaban el viejo mercado en los años cuarenta. También cantaron Melodía de arrabal.

 

Tras el aplauso del público, y el anuncio de los vecinos actores de que el 26 de noviembre se presentarán en Plaza Almagro, empezó la marcha del Museo Vivo. Los organizadores entregaron un folleto a cada participante con el mapa del recorrido, una postal fotográfica de Proteger Abasto, canciones que se entonaron en la jornada (Mañana en el Abasto, Volver, Melodía de Arrabal, Se dice de mí) y un Pasaporte Abasto para pegar estampillas entregadas en cada parada. La misma reza: “El portador del presente es un ciudadano que valora la identidad cultural del Abasto y su patrimonio, disfrutando del paseo por sus calles, y los lugares que recuerdan su historia. El Abasto, un barrio de Buenos Aires con identidad propia. Un pueblo sin memoria está condenado al olvido, a la falta de todo. Sin ella no es factible la conservación de conocimientos para trasmitir formas de cultura. Ciudad de lugares –espacios con sentido- y no meros espacios de tránsito”. Ilustraba la postal una foto de Sánchez de Bustamante al 700, estructura del Anexo Minorista construida en 1928. 

 

La primera parada fue en la esquina suroeste de Gallo y Humahuaca, en el edificio donde vivió Luca Prodan (hay una placa de la Legislatura porteña), era la casa de su novia. Luego de cantar a capela “Mañana en el Abasto”, el centenar de vecinos cruzó hacia la esquina noroeste, donde está emplazado en la ochava el Bar El Amanecer, lugar que Luca frecuentaba. Se hizo una recreación del Pelado del Abasto. Charlaba con un mozo y auguraba un éxito para la canción que reza: “Tomates podridos / Por las calles del Abasto / Podridos por el sol / Que quiebra las calles del Abasto / Hombre sentado ahí / Con su botella de Resero / Los bares tristes y vacíos ya / Por la clausura del Abasto”.

 

Luego caminaron los participantes media cuadra hacia el norte, por Gallo. Al lado del flamante bar Casa Colombo (Gallo 557) se hizo la actividad “Puentes de Fronteras”. Se contó que la calle Gallo separa las Comunas 3 (Balvanera y San Cristóbal) y 5 (Almagro y Boedo). Refirieron que el Abasto está en medio de estas dos Comunas. Al no ser un barrio oficial, su geografía es difusa y abarca parte de Almagro y de Balvanera. La noción de puente, que se metaforizó con telas coloridas de lado a lado de la calle para cruzar, implicó unidad entre vecinos y habitúes.

 

En este tramo la integrante de la Junta Comunal 3, María Suarez, entregó a Guillermo Castañeda de la Casona de Humahuaca una copia de la declaración de Interés Comunal que aprobó la Junta para distinguir al Museo Vivo. Fue firmada por los siete miembros: presidente Carlos Breyaui, comuneros Nicolás Mansilla Asen, María Santiago, María Suárez, Gabriel Zicolillo, Verónica Bruk, Lucas Nuñez.

 

Los vecinos luego se apostaron frente a Casa Colombo, que desde hace tres meses es un bar cultural que ofrece comidas y cervezas artesanales. El año pasado el Museo Vivo en esta parada había hecho una interpretación teatral para pedir el resguardo patrimonial del edificio, que estaba cerrado. Perteneció al comerciante italiano Gino Benvenutti y fue diseñado por el célebre arquitecto Virginio Colombo (autor de, entre otros, la Casa de los Pavos Reales y la Casa Gromoldi, hitos arquitectónicos de Balvanera).

 

Miembros de Proteger Abasto y la Comisión de Patrimonio de Almagro y Boedo hicieron una interpretación teatral sobre el barrio en aquel entonces. Mientras una pareja bailaba swing, dos mujeres vestidas de época, pelo carré y vestido negro, narraban cómo era la vida de trabajadores y vecinos en el viejo Mercado (cuando estaba hecho de hierro y vidrio, antes de la construcción de hormigón armado que se ve sobre Corrientes). Explicaron que Gino tenía su local comercial en la planta baja y la vivienda en el primer piso. Reflexionaron que “interpretar el pasado desde el presente no es nostalgia” sino el ejercicio ciudadano de resguardar la historia.

 

Esta idea-fuerza se retomó en la tercera parada. Se hizo en la esquina noroeste de Guardia Vieja, casi Agüero, en la vereda del supermercado COTO. El Museo Vivo lo llamó el “Mirador del tiempo”. Integrantes de Proteger Abasto señalaron hacia el Viejo Mercado y le mostraron a los vecinos las distintas etapas de su construcción. Se vio la primera etapa, cuya estructura de hierro quedó en pie sobre Lavalle y Agüero. La contrapuso al edificio de hormigón que da a Corrientes, hecha por el arquitecto Viktor Viktor Sulcic, también creador de La Bombonera. Dijeron que este inmueble fue el primero en tener escaleras mecánicas y representó un salto de calidad en cuanto a medidas de higiene para la venta de frutas y verduras en la ciudad. En el centro se nota la estructura actual que se montó para el shopping. También cantaron Se dice de mí para homenajear a Tita Merello y recordar la película Mercado de Abasto (1954).

 

Luego los vecinos cruzaron Agüero y se apostaron al pie de las escalinatas del shopping. Allí se hizo la cuarta estación. El grupo de Teatro del Oprimido de la Casona montó una “función fugaz” que invitó a reflexionar sobre el momento político actual: un obrero, una médica y una docente se rebelaban a dos funcionarios que les hacían saltar una cuerda, que agitaban cada vez con más intensidad. Esta metáfora sobre ajustes y desempleo, contaron luego los actores a este medio, empezó con el conflicto docente de este año. Luego se amplió el concepto, ante el proyecto de reforma laboral que impulsa el Poder Ejecutivo de la Nación. Agregaron los actores que esta pieza fue una creación colectiva y que estaban satisfechos por la concurrencia al Museo Vivo.

 

La quinta etapa fue en la esquina de Agüero y Humahuaca, donde se emplazó hasta 2008 el Bar O´Rondeman, que perteneció a los hermanos Traverso. Cuenta la leyenda que Carlos Gardel, cuando era adolescente, cantaba allí para los vecinos. Los dueños querían cerrar las ventanas para que solo la clientela disfrutara su voz, pero el Morocho les pedía que las dejaran abiertas para que escuche toda la barriada.

 

Esta parada incluyó una interpretación actoral que condensó el duelo sobre la cuna de Gardel. Un francés atribuía para su patria el nacimiento del tanguero, mientras una uruguaya voceaba que era de Tacuarembó. Como en Star Wars, ambos personajes se trenzaron en un duelo de espadas, pero acá el francés usaba una baguette de plástico y la uruguaya un termo. La acción terminaba con una tercera vecina que a los gritos decía: “Gardel es del Abasto”.

 

En este tramo, los vecinos del Museo Vivo contaron que este año reabrió el Museo Casa Carlos Gardel (Jean Jaurés 735), luego de varios meses de obras. Primero hicieron notar que ninguna instalación del lugar habla sobre la versión uruguaya. Después dijeron que parte de la barriada está disconforme con la renovación estructural, que barrió con la recreación de la casa chorizo de los años veinte. Se sumaron así a los gardelianos que piden al Ministerio de Cultura local que vuelva a instalar los elementos de época.

 

La sexta parada fue en Agüero y Corrientes, en la esquina sureste donde está emplazada la sucursal Abasto del banco Credicoop. Su comisión, integrada por trabajadores, contó la historia de la caja de ahorro Dante Aliheri, surgida a principios del siglo pasado para ayudar a los trabajadores del Mercado y sus alrededores. Por orden de la última dictadura militar se tuvo que constituir en banco. Junto al Pasaporte Abasto se entregaba un “billete Dante Alighieri”, que se canejó en esta esquina por una copa de vino. También regalaron ecobolsas del banco. 

 

En un edificio lindero las Madres de Plaza de Mayo tuvieron su primera sede. Durante la recorrida informaron que la Junta Comunal 3 instalará pronto una placa recordatoria. El año pasado se había hecho una interpretación teatral sobre la lucha por la memoria, la verdad y la justicia.

 

Los vecinos caminaron por avenida Corrientes y doblaron por Anchorena hacia el norte, hasta tomar el Pasaje Carlos Gardel. Caminaron entre las mesas de los bares de la peatonal, las estatuas del Paseo del Tango y se apostaron frente a la Casa Pantano. Es un edificio centenario que estuvo décadas ocupado por más de 30 familias que fueron desalojadas porque allí se montará un edificio de viviendas de más de 30 metros. La fachada será conservada, según el cartel de obra.

 

Al lado de la estatua de Osvaldo Pugliese, una de las más nuevas del Paseo del Tango, se celebró la última parada del Museo. Se cantaron tangos de Gardel y se destacó la diversidad cultural del Abasto.

 

El Museo Vivo 2017 culminó con una foto colectiva con el Mercado de fondo. Luego varios participantes se dispersaron y otros tantos regresaron a la Casona de Humahuaca para tomar y comer algo.

 

J.C.

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