Inauguraron un Centro Integral de la Mujer en Pichincha 1765

El CIM Pepa Gaitán está en el límite entre Parque Patricios y San Cristóbal.
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Este lunes el vicejefe de Gobierno, Diego Santilli, y la ministra de Desarrollo Humano y Hábitat, Guadalupe Tagliaferri, inauguraron el Centro Integral de la Mujer (CIM) número 11 de la Capital Federal. Se llama Pepa Gaitán y está ubicado en Pichincha 1765, en Parque Patricios, en el límite con San Cristóbal. Funcionará con una gestión asociada entre Ciudad y La Fulana, un espacio de lesbianas y mujeres bisexuales fundado hace 18 años.

 

“Estos centros reciben y brindan ayudan a todas las mujeres que sufren algún tipo de violencia de género”, expresó Santilli en la apertura de este espacio en la Comuna 4. Tagliaferri sumó: “Seguimos trabajando para ofrecer asistencia integral y gratuita a víctimas de violencia de género en todas las comunas”.

 

El 7 de marzo de 2010 Natalia “La Pepa” Gaitán (27 años) fue asesinada de un escopetazo por el padrastro de su novia en el Parque Liceo 2º de la Ciudad de Córdoba. En su recuerdo se evoca el Día de la Visibilidad lésbica; en otras regiones del mundo se hace el 26 de abril.

 

Los Centros Integrales de la Mujer (CIM) son espacios de asistencia, orientación y acompañamiento a mujeres que sufren o hayan sufrido violencia de género. Según fuentes porteñas, las mujeres se comunican con los CIM telefónicamente, vía correo electrónico o personalmente. Luego, se pautan entrevistas -ya sea con turnos programados o por demanda espontánea cuando las mujeres llegan al Centro sin turno-. Los encuentros se realizan en presencia de una trabajadora social, una psicóloga y una abogada en los casos en que sea necesario.

 

Luego se acuerda el acompañamiento y asesoramiento que cada mujer necesite. Algunos ejemplos son: terapia individual, grupos de ayuda mutua, redes de apoyo a través de instituciones (escuelas, centros de salud, espacios de fortalecimiento laboral y económico, entre otros), patrocinio jurídico, etc.

 

También se conforman grupos para generar redes de apoyo, dirigido a familiares, amigos o cualquier persona significativa para la mujer que se evalúe confiable y positiva. Estos espacios son coordinados por una psicóloga y una trabajadora social. Su objetivo es “brindar información sobre las características propias de la problemática, su dinámica y los efectos a nivel psicológico y social de las mujeres que han sufrido violencia, así como también fortalecer su rol de apoyo y acompañamiento de la mujer”. 

 

También se construye “un espacio de empoderamiento con el fin de favorecer el proceso de recuperación emocional de la mujer, y así superar la disociación generada por la violencia entre el cuerpo, el pensamiento y las emociones”. Se proponen diferentes técnicas vivenciales, ejercicios de relajación, respiración, expresión corporal, yoga y recursos audiovisuales.

 

J.C.

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