A Jugar en la Vereda: transformar una problemática social en encuentro comunitario

Esta fiesta comunitaria en Almagro se hizo el domingo en Don Bosco y Quintino Bocayuva.
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Este domingo se hizo una nueva edición de A jugar en la vereda, un encuentro comunitario en el espacio público, una jornada de actividades hechas por y para vecinos de Almagro.

 

El patio de juegos fue el asfalto de la calle Don Bosco, entre Quintino Bocayuva y 33 Orientales. A los costados de los cordones se montaron mesas donde se desarrollaron talleres para hacer instrumentos y atrapa sueños. Hubo maquillaje artístico y un rincón de narración. Hubo almuerzo y merienda comunitaria. El cierre fue un espectáculo de murga para grandes y chicos a cargo de Los Quitapenas.

 

Desde 2014 se hace este evento social y cultural. Son, en promedio, tres ediciones al año. Se replicó, a través del trabajo de la gente del teatro El Archibrazo (Mario Bravo 441), sobre la calle Valentín Gómez. Allí también son tres encuentros por año.

 

Previo al inicio del A jugar en la vereda del domingo, hablamos con Leila, profesora de teatro, docente y referente de Espacio Crearte (Don Bosco 4124), impulsora de este festejo.

 

Leila nos contó sobre el origen de este encuentro comunitario y autogestivo: “En esta cuadra pasaban cosas que no nos gustaban mucho, secuencias feas. Habían matado a dos personas. En ambos casos no fueron robos, sí hechos de violencia. Estábamos todos preocupados. Con la gente de Espacio Crearte preguntamos cómo dentro de la casa nos sentíamos tan libres y afuera había tanta violencia'.

 

'No queríamos que quedara esa onda en la cuadra. Entonces dijimos en el Espacio de encontrarnos entre vecinos y vernos las caras. Teníamos que hacerlo para cosas buenas, no solo cuando pasaba algo malo. Cuando lo empezás a hacer te sentís de otra forma. Nos vamos conociendo en la cuadra, sabés que pase lo que pase le podés tocar la puerta a tu vecino. Nos encontramos jugando para que la onda de la cuadra fuera otra y no de violencia. Esto hizo que se generen lazos entre personas', añadió. 

 

Desde entonces se hacen los festejos en forma periódica. Un mes antes hay reuniones entre vecinos, artistas, talleristas: “Se convocan a la gente de la cuadra. Durante cuatro semanas se decide qué hacer. Primero se pide el permiso en la Comuna, se paga el seguro, buscamos donaciones para hacer la comida y los talleres”.

 

“Esta buenísimo lo que sucede. Hay gente que a lo largo de estos años se hizo parte de la organización porque un día pasó y se quedó tomando mate. Una chica del edificio de enfente vio los carteles y empezó a proponer un montón de cosas. En el Archibrazo una familia festejó el cumpleaños del hijo con una torta inmensa de bizcochuelo que repartieron entre todos”, celebró Leila.

 

“Te empezás a conocer con los vecinos y vecinas. Juegan los más chicos, los grandes. Nos vamos conociendo a medida que organizamos cada A jugar en la vereda. Son lazos comunitarios y concretos los que creamos sobre una historia secuencias feas”.   

 

J.C.

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