Mario Amaya homenajeado en Boedo

La Comisión de Homenaje a Mario Abel Amaya, abogado chubutense asesinado durante la dictadura, será recordado con la puesta de una placa en la plaza que lleva su nombres, ubicada en Constitución y Colombres. Será el 19 de oc
el

Disertarán el 19 de octubre en la plaza de barrio, entre otros, el dirigente radical porteño Luis Rodríguez Fontán, el legislador porteño Rubén Campos y el senador Hipólito Solari Yrigoyen, que fue amigo de Amaya y compartió con él el secuestro y el cautiverio. 

La comisión de Homenaje a Mario Abel Amaya estableció la fecha de su muerte para recordarlo. A 35 años de su fallecimiento se decidió instalar en su plaza una placa y así dejar testimonio de la vida de este abogado sureño, defensor de los derechos humanos.

El texto de la placa, rezará: “Mario Abel Amaya-Dolavon, Chubut 3/8/1935-Cárcel de Devoto, Buenos Aires 19/10/1976 A quien fue ejemplo de militancia popular y abogado, a quien sólo le importó la justicia, la vigencia del estado de derecho, el compromiso con su pueblo y los DD HH, llevando a lo más alto de la vida el ejercicio de la noble actividad política, a quien demostró que
“en política no se hace lo que se quiere o se puede, se hace lo que se debe””.

Según reseña un artículo de Noticias Urbanas, el 17 de agosto de 1976, un grupo de tareas, integrado al parecer por personal de la Policía de Chubut, detuvo en su domicilio de la calle Pecoraro, en Trelew, al abogado radical Mario Abel Amaya, quien fue diputado hasta el 24 de marzo anterior, momento en que se inició la dictadura más sangrienta que logró imponer su metodología de miedo y exterminio en pos de intereses privados y sectarios.

Con respecto a Amaya, considerado por esta Comisión como un defensor de presos políticos y un inclaudicable promotor de la lucha por los derechos humanos, según rescata el artículo citado, durante los meses posteriores a su detención clandestina permaneció como prisionero en el centro de torturas de La Escuelita de Bahía Blanca y luego en las cárceles de Villa Floresta y Rawson.

Además de estar privado de su libertad, Amaya, tal como plantea el texto firmado por Horacio Ríos, fue torturado por los agentes que vigilaban el centro clandestino. Le habían quitado su inhalador (era asmático) y además lo habían mantenido durante varias noches de pie y desnudo en el frío clima patagónico.

A este trato se sumaron las golpizas por parte de la gente mandada por orden del mayor Carlos Alberto Barbotta, jefe por entonces del Área Militar 536 Chubut.

Debido a estos tormentos, el 28 de septiembre debió ser trasladado al Hospital Penitenciario Central ubicado en la Cárcel de Villa Devoto. Allí murió el 19 de octubre de 1976 a las 22:20 por “una insuficiencia cardíaca aguda no traumática”, según rescata el texto.

Más de treinta años después, El 22 de noviembre de 2010 el juez federal Hugo Ricardo Sastre decretó la elevación a juicio oral de la causa por el asesinato de Amaya. De este modo, procesó a Barbotta, a los penitenciarios Osvaldo Fano y Jorge Steding y a los médicos Juan Carlos Saleg y Luis García.

En esta línea, de justicia y memoria, el barrio de Boedo será testigo de la colocación de una placa en recuerdo de quien fue un abogado que defendió los derechos de los presos político en momentos en que en país se hundía en la violencia y el silencio. 

Fuente: Boedo Web

Comentarios