El plan de movilidad urbana, creado e impulsado por el gobierno de la ciudad, se puede ver en varias calles porteñas. La instalación de ciclovías, o bicesendas, es cada vez más notoria. En la zona, entre las comunas 3 y 5, ya hay carriles dobles y exclusivos para ciclistas en Perón, Virrey Liniers, un pequeño trabamo de Bulnes, Potosí, entre otras.

Ahora, la novedad que asombra y alerta a los vecinos de Boedo es la intención del gobierno de instalar un carril exclusivo para bicicletas en la apacible y tradicional calle Tarija, al sur del barrio.

La cuestión de fondo, según expresaron los comuneros locales del Frente para la Victoria, Raúl Sánchez, Carlos Benítez y Laura Corvalán, radica en que la instalación de ciclovías representa un cambio de fisonomía en el sur de Boedo.

Es más, “los vecinos no fueron consultados de esta arbitraria decisión y los preocupa, entre otras cosas, la pérdida del patrimonio cultural ya que se sacaría el adoquinado. Además, el asfalto disminuye la capacidad de filtrar el agua de las lluvias”, tal como detallaron a través de un comunicado.

“Muchos vecinos no pueden pagar una cochera y si se construye bicisenda no podrían estacionar. Además, habría mayor tránsito pesado lo que aumenta el riesgo de rajaduras y grietas en las paredes de las casas”, añadieron para comprender la situación.

La finalidad del mencionado petitorio firmado por los vecinos de la calle es para impulsar una convocatoria y así discutir esta iniciativa gubernamental, apreciando todos los puntos de vista.

Se espera que así se llegue a una solución en beneficio de los vecinos, quienes, a fin de cuentas, son los que radican en la zona y podrán disfrutar los beneficios o padecer las complicaciones que conlleve la puesta en marcha de las ciclovías. 

Todo este debate, claro, se deberá dar antes de que una sola pala toque el adoquinado de Boedo.

T.L.