No
pasás control de
alcoholemia, no pasás
volante
La modificación al
Código de Tránsito
fue aprobada ayer en La
Legislatura porteña.
Quedó establecido
que los autos de los infractores
serán remolcados.
De ahora en más,
quien no pase el control
de alcoholemia no podrá
ceder el volante, por lo
que el vehículo será
removido del lugar y acarreado
a un depósito.
El cambio, sancionado por
57 votos a favor, establece
que la medida rige para
los conductores que tengan
un mayor índice de
alcohol en sangre permitido
y también para aquellos
que se nieguen a realizar
el control correspondiente.
La
modificación
fue impulsada por
Daniel Amoroso
(PRO), presidente de la
Comisión de Tránsito
de la Legislatura porteña.
Allí se aclara un
tema que generaba dudas
y discusiones entre conductores
e inspectores de tránsito.
El
texto modificado enuncia:
“Si el resultado de
la prueba (de alcoholemia)
indica mayor nivel de alcohol
en sangre que el permitido
o si el conductor se niega
a efectuar dichas pruebas,
el agente de control debe
prohibirle continuar conduciendo
y ordenar la remoción
del vehículo".
El
legislador porteño
advirtió: "Entregar
el rodado a un acompañante
no reduce los riesgos ya
que muchas veces lo conducen
por pocas cuadras y luego
se lo devuelven al conductor",
por entender además
que "esto no permite
prevenir de manera eficaz
los accidentes viales. Esperar
para la realización
de una prueba posterior
tampoco encuentra sustento
legal ya que se produce
la obstaculización
del normal uso del espacio
público y resulta
improcedente que las fuerzas
de seguridad tengan la obligación
de permanecer en el lugar
custodiando el rodado".
Tras
argumentar que "si
el acarreo se lleva a cabo
ante los rodados que se
encuentran mal estacionados,
siendo ésta una falta
de carácter leve,
no se justifica la imposibilidad
de hacerlo ante aquellos
que conducen alcoholizados",
opinó de ese modo
se mantenía "una
relación de proporcionalidad
inversa entre peligro causado
y pena correspondiente,
lo cual es contrario a los
principios generales del
derecho".
En
los considerandos de la
norma, Amoroso destacó
que se produjo un descenso
del 20,5 por ciento en la
cantidad de controles con
resultado positivo, al comparar
los resultados obtenidos
los cuatro meses anteriores
a la aplicación del
acarreo (enero-abril de
2008) con los posteriores
(mayo-agosto). Amoroso también
citó cifras de la
Policía Federal Argentina
para demostrar que desde
la aplicación del
acarreo se redujo un 33
por ciento la cantidad de
muertes por accidentes de
tránsito.
J.M.C.
Buenos
Aires, 6 de marzo de 2009