Casas
tomadas y desalojos por
doquier
Imagen ilustrativa tomada
de Infobae
Según
estimaciones oficiales hay
más de 12.000 casas
tomadas en la Ciudad de
Buenos Aires. El 40% pertenece
al gobierno y el resto a
particulares. Como mínimo,
en estos inmuebles viven
más de 10 personas
-en algunos casos hasta
200- lo que indicaría
que unas 100.000 personas
habitan en casas tomadas.
Obviamente
no solamente el Abasto está
en esta situación,
según un mapa online
de lanacion.com Balvanera
y Almagro enteros (con el
Abasto) encabezan, junto
con San Telmo y La Boca,
lo barrios con mayor índice
de edificaciones ocupadas.
Luego están los barrios
Palermo, Villa Crespo, Monserrat,
Floresta y Mataderos.
Pero
el tema involucra a toda
la ciudad. El Clarín
de hoy tiene una nota, de
Pablo Novill, titulada “En
Villa Urquiza sacan a ocupantes
de casas tomadas y las demuelen”,
en la bajada aclaran: “Es
el corredor de Holmberg
y Donado, de Avenida de
los Incas a Congreso. Les
dan subsidios de hasta $
96.000 a las familias para
que se vayan. Luego licitarán
los terrenos vacíos
para construir edificios
de clase media y espacios
verdes.”
El
problema ocupacional es
serio. No hay verdaderas
políticas de vivienda
desde ningún gobierno,
ni nacional ni porteño.
Cuando arrancó esta
nueva gestión le
quitó funciones al
IVC que no daba abasto para
palear las necesidades más
básicas. A la clase
media trabajadora nadie
lo ayudó ni ayuda
desde hace mucho tiempo.
Y peor aún, los bancos
privados han incrementado
las cuotas hipotecarias
de manera escalofriante.
La
actual gestión de
gobierno que se jacta de
recuperar el espacio público
ha tenido una campaña
inédita en cuestión
de desalojos de familias.
Esto se debe a que el
macrismo vetó la
ley de Emergencia Habitacional,
que prohibía los
desalojos de edificios que
pertenecieran al gobierno
porteño.
Mientras,
el jefe de gobierno porteño,
Mauricio Macri,
sigue tirando la pelota
al gobierno nacional. Reconoce
a lanacion.com que la Ciudad
está en emergencia
habitacional, pero
se ataja: “Esto debe
ser encarado nacionalmente.
La ciudad de Buenos Aires
no puede seguir recibiendo
semejante cantidad de corrientes
masivas de gente. Se debe
armar un plan nacional que
involucre a todas las autoridades.
En una década, las
personas viviendo en una
situación irregular
pasaron de 80.000 a 350.000;
la mitad vive en villas,
la otra, en casas usurpadas”.
Muchos
vecinos tildan a las casas
ocupadas por problemas de
delincuencia. Otros vecinos
comprenden que se trata
de un problema por falta
de intervención estatal
en un sistema excluyente
hacia los de más
abajo. En Europa los ocupas
no son los más excluidos
sino personas que elijen
una casa en una zona costoza
y toman el espacio desocupado
sin necesitar pagar alquiler.
Muchos vecinos los aceptan
porque le dan vida a viviendas
deshabitadas, las remodelan,
mantienen y evitan que malhechores
usen el espacio para cuestiones
ilegales.
El
legislador Facundo
Di Filippo (ARI)
ha presentado recientemente
un proyecto de ley
para con la intención
de que se prorrogue “la
Emergencia Habitacional
en la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires declarada
por Ley 1408, por un plazo
de tres años a partir
de promulgación de
la presente”. Entre
los fundamentos sostiene
que “la vivienda constituye
un medio insoslayable para
alcanzar condiciones dignas
en la calidad de vida de
las personas. En Argentina
la vivienda es un derecho
de todos los ciudadanos,
sin distinción alguna.
La Ciudad de Buenos Aires
cuenta con el "derecho
a una vivienda digna y a
un hábitat adecuado"
reconocido legalmente en
el Art. 31 de su propia
Constitución”.
A su vez hace mención
a la Constitución
Nacional, a la Declaración
Universal, a los Derechos
del Niño, etcétera.
Luego hace mención
a leyes y decretos que han
favorecido a personas en
esta situación. Y
denuncia que “Motorizado
por los negocios que se
encuentran detrás
de los predios desalojados,
el avance desdemedido sin
coordinación entre
Nación y Ciudad,
sin la generación
de un censo socio ambiental
previo, sin la conformación
de una alternativa de vivienda
genera que estas personas
se encuentren automáticamente
en situación de calle,
víctimas de la falta
de políticas publicas
económicas y sociales
que resuelvan el problema”.
Mientras
el estado no ayuda y el
sistema económico
no da posibilidades es de
un derecho irrefutable el
grafitti de las paredes
de casas del Abasto:
"Ni casas sin gente,
ni gente sin casas".
U.K.
Buenos
Aires, 6 de febrero de 2009