EL DRAGÓN DE ORO
Lo picante de la comida
thai-chino- vietnamita
Con una obra que cruza las
vidas de los habitantes de un mismo edificio
cuya planta baja ocupa un pequeño
restaurante thai-chino-vietnamita, donde
trabajan cinco asiáticos ilegales,
Roland Schimelpfenning, autor de El dragón
de oro, instala la escena. Aquí,
en el Teatro Beckett, en una de las 104
puestas que se vienen haciendo en todo el
mundo desde la publicación de la
obra, en 2009, cinco actores muy convincentes
jugarán alternativamente los papeles
de un cocinero joven que sangra por una
muela extraída con una tenaza; un
grillo explotado sexualmente por una hormiga
cafishio; una azafata fascinada por un diente
que cayó en su plato; dos borrachos,
uno violento y el otro obsesivo-acumulador;
varias mujeres con baja autoestima; todos
ellos fluirán en una vorágine
que no plantea ninguna concesión
al espectador en su proyecto de dejarlo
alelado y descompuesto. Allí, la
sangre será el elemento en el que
naveguen las historias, que muestran de
manera inobjetable la soledad, el vacío,
la crueldad y la explotación del
hombre por el hombre. En un relato donde
nada está en el lugar y la forma
que corresponde, lo que sería “la
buena forma” de la gestalt, también
los roles sexuales serán intercambiados
en una propuesta que combina la intertextualidad
de lo literario y lo dramático. Muy
hablada, en una anticipación constante
de lo actuado, la repetición colabora
en provocar en quien asiste el mismo agobio
de estas vidas. El dragón de oro
se presenta los sábados a las 22
horas en Teatro Beckett, Guardia Vieja 3556.
Liliana Fijtman
FICHA TÉCNICA. Obra: El
dragón de oro. Dirección:
Uriel Guastavino. Actúan: Victoria
Solarz, Andy Vertone, Gerardo Serre, Julio
Hirsch y Sebastián Marino. Asistencia
de dirección: Ariel Lutzker. Escenografía:
Magalí Acha. Música original:
Alejandro Nuin.