Topadoras
contra la autogesión
Esta madrugada el gobierno porteño
hizo desalojar, sin orden judicial, o sea
de modo ilegal y encima de manera violenta,
a la Huerta Orgázmika de Caballito,
situada en Rojas y la vía del Sarmiento,
espacio ecológico autogestivo nacido
en la época en que piquetes y cacerola
se unían en una sola lucha.
Me acerqué
y pase los encintados y filas de efectivos
de la Policía Federal situados con
la intención de impedir el paso hacia
lo que hace apenas unas horas fue, y por
unos siete años, la Huerta Orgázmika.
A pocos metros del director del CGPC6, Marcelo
Iambrich, me detiene un uniformado
de rango y me dice que me tengo que retirar.
Sin titubear le digo: “Prensa. Soy
del Registro de Medios Vecinales del Gobierno
de la Ciudad”. Y agrego, “registro
de prensa del gobierno” mientras chapeo
con una credencial otorgada por dicha entidad.
Claro que lo hice con clara entonación
en las palabras “Gobierno de la Ciudad”
y luego “gobierno” a secas.
El milico duda, pero me deja acercar, sin
dejar de custodiarme, se adelanta dos pasos
e informa al director de la Comuna 6: “dice
que es de prensa del gobierno”. Iambrich,
me mira, no me reconoce y eso lo dice. Le
digo que yo sí lo reconozco y de
una le pregunto si había orden de
desalojo. Me contesta que “sí,
que todo fue legal”. Pero insiste:
“vos no sos del gobierno”.
Le aclaro, del Registro de Medios Vecinales
del Gobierno de la Ciudad que me extendió
la credencial que le acabo de mostrar para
cubrir temas inherentes al barrio y/o la
ciudad” y a boca de jarro le tiro
“a qué hora pasaron con las
topadoras”. “Seis de la
mañana. Pero vos no podés
estar acá” insiste mirando
al cana. Éste reacciona inmediatamente
y me dice: “retírese señor,
no puede estar acá”. Con
trato firme, me conduce hacia fuera del
parque y del perímetro vallado. A
pesar de mis quejas, de que “tengo
derecho a estar acá, estoy autorizado
por el gobierno porteño para cubrir
eventos de este tipo”, me lleva al
otro lado del vallado de la calle Rojas,
hacia Giordano Bruno y le susurra algo a
sus súbditos. Supongo diría
“este se coló, no dejen pasar
a nadie” por el modo en que los cinco
uniformados se detuvieron a ficharme mientras
yo emprendía mi retirada para hablar
con el bando de los damnificados.
Tomo unas fotos
y en seguida una chica me pregunta quien
soy y por qué saco las fotos. Me
presento. Recuerda la nota que salió
en El Abasto hace unos meses y
aprovecho para preguntarle sobre la situación.
Y ella, Pato, me dice que:
“No hay orden de desaolojo, ni
ningún informe ni nada".
“Iambrich dijo que había…”
intento mechar.
“¿Él
dijo que había? ¡Pero no es
cierto! Lo que hubo fue un decreto, pero
nosotros presentamos un recurso de reconsideración
al que el gobierno no respondió.
Por lo tanto no puede desalojarnos. La mesa
de diálogo que había hace
veinte días la rompió el gobierno
argumentando que estaban muy ocupados con
el dengue”.
Luego le pregunto si había
gente en el momento en que llegaron del
gobierno y me dice que no. Otra persona
me comenta que se enteraron por una vecina
que vive cerca. Veo una pareja filmando
con un equipo profesional y me acerco. Resulta
que es una productora independiente y me
comentan que hay una abogada. La buscamos
entre la gente que no llega a un centenar,
siquiera contando a los transeúntes
y a los policías que en números
no sé si no superan a los de la huerta.
Pronto
doy con la abogada, María,
“que ayuda a los chicos de la huerta
en algunos temas”. Y ella explica
técnicamente lo que la chica minutos
antes había sintetizado:
“En este caso específicamente
no hay ninguna una orden de desalojo. A
lo que se refiere Iambrich es un decreto
de desalojo que salió en el año
2008 por el cual se emitió un recurso
de reconsideración porque estaba
mal redactado. No afectaba a la huerta.
La Plaza [Geordano Bruno] estaba mal configurada
en el decreto que la fundamenta. Ese recurso
de reconsideración no fue resuelto.
Estábamos a la espera de la notificación
y en la medida que esperábamos estábamos
en continuas conversaciones con el gobierno.
El gobierno nos ofrecía ceder una
parte más de la huerta para extender
la plaza. Negociaciones, idas, vueltas,
todos los miércoles. Hasta que nos
dijeron que la huerta no era el problema,
el problema era el dengue. Había
elecciones y el gobierno debía ocuparse
de otras cosas. Hoy vinieron a las 5:30
con un informe del Ministerio de Salud donde
el 11 de mayo -nadie los vio- dice que estuvieron
investigando y en la zona de la huerta y
que había peligro de epidemia del
dengue. Y que había ´tomar
medidas en forma inmediata´. De todas
las medidas que podían tomarse, la
que eligieron y sin orden fue la topadora.
Desarmar todo, rompieron todo. No había
riesgo de contagio, ya lo habíamos
revisado. No vinieron profesionales, no
vino un fiscal”.
Ahora,
esto ya está destruido, ¿legalmente
ésto como sigue?
“Ahora vamos a meter una medida de
no innovar para que no construyan la plaza,
porque estos terrenos no pertenecen al Gobierno
de la Ciudad, ellos no tienen legitimidad.
No son titulares. Dicen que los chicos tampoco,
por eso dicen que no les muestran las órdenes,
porque no son titulares. Pero el Gobierno
de la Ciudad tampoco. Esto es del ONABE
pertenece al Estado Nacional, hubo una sesión
de derechos en el año 2000, esa sesión
está caduca. Nosotros tenemos los
papeles, ellos no, pero se los presentamos.
Entre otras cosas, en eso se basó
nuestro recurso de reconsideración.
Porque no había legitimidad. Le vamos
a hacer una acción de daños
por los siete años de trabajo que
tiraron a la basura de un día para
otro de una manera ilegal y violenta porque
hay chicos que han sido golpeados hoy de
mañana”.
¿Golpeados?
“Sí. Cuando nos enteramos cuatro
o cinco chicos vinieron enseguida e intentaron
llegar por a la huerta por el lado de las
vías pero los frenaron y los golpearon.
Uno está bastante golpeado, está
en el Hospital Duran ahora. Cuando salga
iremos a la Cámara Criminal a arraigar
la denuncia por lesiones y por apremios
ilegales. Y luego seguiremos legalmente
impidiendo que el gobierno construya sobre
tierras que no le pertenecen y que resarcen
a los chicos por todo el trabajo que hicieron
estos años”.
Rafael
Sabini
Buenos Aires,
18 de mayo del 2009
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