Estrategias
en defensa de un genocidio
Acá,
en Buenos Aires, acusan
de “antisemitas”
a grupos que han protestado
contra el genocidio del
pueblo palestino por parte
de las fuerzas armadas israelíes.
Mezclan Israel, sionismo
y judaísmo de una
manera muy conveniente para
justificar lo injustificable.
Cuando
la realidad se tergiversa
y el manejo moral permite
transgredir límites
como los derechos de los
seres humanos pueden pasar
muchas cosas extrañas.
Y lo más triste es
que medios de desinformación
masiva se preocupan por
dar micrófono a voces
manipuladoras que en defensa
de derechos inherentes al
ser humano –como no
ser discriminados–
terminan defendiendo gigantescas
matanzas que en términos
de prioridad encabezarían
las necesidades.
Tras
las acusaciones
que están sufriendo
tanto María
José Lubertino,
titular del Instituto Nacional
contra la Discriminación,
la Xenofobia y el Racismo
(INADI) -por no considerar
las protestas delante de
la Embajada de Israel como
actos de xenofobia, sino
como una reacción
ante un hecho durísimo
como la “Operación
Plomo Fundido” que
aniquiló muchísmas
personas, incluidos muchos
niños, en Palestina-
se creó una cadena,
en su defensa, además
de un Facebook. Pero el
caso es que hasta el mismísimo
jefe de Gabinete,
Sergio Massa, se
preocupó por tomar
cartas en el asunto y cuestionar
a Lubertino.
El
piquetero Luis D´Elia,
como siempre carente de
diplomacia y sin pelos en
la lengua, lo llamó
“lamebotas de los
Yankees” y de otros
imperios como Israel e Inglaterra.
Por
otro lado, según
Infobae, Bernardo
Kliksberg, asesor
de la ONU para América
Latina, opina que “los
grupos de izquierda que
realizan marchas antisemitas
en la Argentina son los
Tacuara de 2009”.
Ahora,
¿qué
anda pasando que por hacerse
marchas contra ese estado
se tilda a las agrupaciones
de antisemitas? Seguramente
habrá algún
manifestante pelotudo, con
perdón por la expresión,
que confunde y generaliza.
O pero aún, algún
service infiltrado…
Pero por un pelotudo, o
un infiltrado, no se pude
cuestionar una protesta
que se realiza en contra
de que maten niños,
mujeres, hombres, un pueblo,
ciudades… Seguramente
los mismos que se manifiestan
hoy en contra de ese genocidio
se hubiesen manifestado
en contra de un régimen
como el nacionalsocialista.
Porque el común denominador
en esas marchas no es la
xenobia, sino todo lo contrario,
valorar la humanidad y ponerle
fin al genocidio.
U.K.
Buenos
Aires, 30 de enero de 2009