Historia para entender
el presente
Ayer comenzó el ciclo de charlas
“Verdades y mitos de la Revolución
de Mayo y el Bicentenario” en el ND
Ateneo, Paraguay 918, a cargo del historiador
Norberto Galasso. Convoca el Centro Cultural
del barrio “Enrique Santos Discépolo”.
Continuarán los martes a las 19,
hasta el 11 de mayo.
Galasso acerca la historia
de otro modo. Reniega de la enseñanza
de “datos y fechas” sin “interpretación;
uno de los pilares de esta disciplina”.
Durante esta primera disertación
se encargó de introducir la importancia
de la historia. Más aún, en
momentos donde nos encontramos frente a
un festejo patrio. “¿Por qué
festejamos el Bicentenario en 2010 y no
en 2016?”, fue uno de los interrogantes
que dilucidó.
El punto interesante de la presentación
del historiador, que además preside
la Santos Discépolo en el barrio,
fue cómo la ciudad de Buenos Aires
planteó un modelo de país
durante la época colonial. “La
Argentina desde las chacras de Buenos Aires
y la ciudad marcaron un país hacia
el Atlántico”, en alusión
a la mirada argentina puesta en lo europeo.
El ejemplo que puso fue las importaciones
que se realizaban desde Reino Unido, lo
que truncó la industria del interior
del país. “Hecho que culminó
con las movilizaciones encabezadas por Facundo
Quiroga porque las políticas de la
ciudad había dejado en la calle a
mucha gente del interior”, puntualizó.
También planteó
que desde la ciudad siempre se negó,
de algún modo, el origen latinoamericano.
El hecho de desligarse de su relación
con el resto de los países para mirar
a Europa “aún repercute en
el modo de pensar el país”.
“De este modo, se puede analizar la
postura de Pepe Mujica”, graficó
en relación al actual presidente
uruguayo con respecto al “perdón”
a los militares y la apertura del vecino
país a las inversiones extranjeras.
“Pensar que la Revolución
de Mayo tuvo un carácter meramente
comercial y no hubo ningún contexto
latinoamericano de revueltas, que se realizó
sólo para el libre comercio con Gran
Bretaña, hace que hoy mucha gente
vote a Macri y todo lo que él representa”,
fue una de sus acotaciones finales, entre
el aplauso del público.
J.M.C.
Buenos Aires, 7 de abril
de 2010