“Queremos y necesitamos
un colegio digno”
Ayer por la mañana la comunidad
educativa del Liceo Nº 10 Ricardo Rojas,
ubicado en Jujuy 150, realizó un
corte en ambas manos de la avenida. El reclamo
esa que el colegio “no presenta las
condiciones mínimas para funcionar”.
“En invierno de
2010 como en otros años nos recibe
con estufas que no funcionan, pisos rotos,
falta de agua, agujeros en los techos, paredes
con humedad… esto sucede por desinterés
de nuestros gobernantes”, denuncia
un comunicado hecho por la comunidad educativa.
“Queremos y necesitamos un colegio
digno”, concluía el llamado
al corte de la mañana.
Otro de los reclamos que
hacen los estudiantes es que en al lado
de la escuela, en la esquina, hay una estación
de servicio. “No puede estar acá,
cuando estamos en clase hay un olor a gas
que te descompone”, contaban a este
medio varios estudiantes.
“Las paredes están
escritas, no pueden pintar, no hay sala
de profesores. Pongamos las cosas en su
lugar, la enseñanza esta establecida
hace años, por lo tanto si pagamos
impuestos, que vuelvan al pueblo. Como docentes,
en el marco de paz y tranquilidad, reclamamos
eso. Me contaron que las autoridades hacen
pedidos, casi diarios, a las autoridades
pero no tenemos respuesta”, contaba
la profesora de lengua Julia Kleiman.
Algunos vecinos, molestos con
la iniciativa de los alumnos, profesores
y padres, hicieron mostrar su desagrado
de la peor forma. “un tipo venía
con sus nene, lo dejó en un cordón
y enseguida lo apuró a uno de los
chicos, así de la nada”, relataba
Tulio, uno de los alumnos del secundario
del Liceo. “Un hombre (mientras señala
un balcón sobre la avenida Jujuy)
nos tiró unas macetas”, añadió
el estudiante mientas mostraba el asfalto
machado de tierra.
La noticia tomó gran
notoriedad en la mañana mediática.
Más allá de que el tema principal
haya estado centrado en el corte de calle,
se logró poner en evidencia una situación
que desde hace semanas hace eco en el ministerio
de Educación porteño: todavía
hay más de cuarenta escuelas sin
gas y en condiciones deplorables para el
estudio.
J.M.C.
Buenos Aires, 8 de junio
de 2010