Alta posicionamiento en buscadores y directorios Abasto

 

 

            

Agregar a Favoritos | Buscar | Preguntas | Mapa del sitio | Contactar |

INICIO HEMEROTECA CARTELERA LINKS CONTACTO BUSCAR


 


 


 

La noche de Carlitos


Su casa fue la cara abastence de la Noche de los Museos. Este es el cuarto año en que la Casa Museo Carlos Gardel participa de este evento cultural. Con una gran concurrencia, se pudo disfrutar de un evento a todo tango hasta altas horas de la madrugada. El color de la noche, además de los músicos, lo puso la escultura inflable del Morocho de arrabal, puesta en el medio de la calle Jean Jaurés al 735. Y dice así…

Volver. Antes del anochecer, comenzó la programación con el inflable de Gardel, intervención urbana de Alejandro Mañanes (quien ofreció solidariamente su obra a los organizadores), frente al Obelisco. Luego de un largo peregrinaje por la ciudad, éste culminó frente a la casa donde el tanguero vivió con su madre, dónde más sino en el Abasto.

Callecita de mi barrio. La cuadra estaba adornada con lamparitas de colores, estaban presentes los filetes en las paredes de las casas y los faros que iluminaban la vereda (al mejor estilo del 900), Para nostálgicos y no tanto. Unos aires de peña de antaño invadieron el barrio. De la mano del museo se levantó el escenario, con pantalla de fondo para hacer proyecciones; de la otra, la gente de a poco se hizo presente en la velada, junto a dos carretas de la época, fileteadas por artistas locales. El “Carlos gigante” estuvo en el medio de la calle, su gigante sonrisa se levantó en lo alto; moviéndose al compás del tango y el viento, en su base, la leyenda “Soy Gardel”.

Viejo rincón. Dentro de la casa, la gente deambulaba por las habitaciones, llenas de objetos de la época del Zorzal: discos, recortes de diarios, fotos... Cada media hora se hicieron visitas guiadas, los/as guías comentaron a los interesados la historia del tanguero a través de las pertenencias de la Casa. Un detalle notables es que al fondo, en una de las habitaciones se mostraron películas donde inmortalizó su voz.

Barrio Viejo. El Abasto habló con Carola Sánchez, organizadora. “Hubo muchas expectativas, el publico es mayor que el de años anteriores”. Destacó, además, que “en esta edición hubo una mayor organización de producción”. Reconoció que “gracias al inflable y a la donación de carretas hecha por Cultura Abasto se logró una mayor convocatoria”. Con la selección de artistas, dijo: “Siempre se trata de convocar a artistas que nunca hayan cantado en la Noche de los Museos, se trata de abrir ese espacio”.

Guitarra, guitarra mía. El nutrido cronograma de presentaciones estuvo encabezado por Tito Alonso, quien brindó un lúcido concierto poco antes de la caída del sol. El tango ya estaba en las calles. Luego, “Tangos Reos” subió a escena, donde en el escenario brillaron Lucrecia Merico y el guitarrista Daniel Pérez; abajo, sacaron viruta los bailarines del Abasto Plaza Hotel.
    La Sra. Gloria Díaz llevó a cargo Alma corazón y tango, un espectáculo dónde mostró toda su vitalidad y su impecable voz de tanguera. De los parlantes salían las melodías de Armando Portier y el Sexteto Mayor; emotivo show en su recuerdo. Luego, El Abasto habló con ella, se mostró “contenta por el hecho de haber visto a la Casa desde otro modo”, ya que ella trabaja allí. La cantante, que en una ocasión participó en un concierto de Pugliese, contó: “Ante tantas cosas no buenas que pasan en la vida, esto es como una recompensa para mi”. Se mostró muy impresionada por haber cantado en la calle, frente al público del barrio.
     Más tarde fue el turno de Hernán “Cucuza” Castiello y Maximiliano “Moscazo” Luna, en guitarras. Un dúo de jóvenes que pusieron su nota personal en cada tango. Con un carisma especial entablaron a lo largo de su presentación un ida y vuelta con el público que sentó muy bien. Dieron un espectáculo desacantonado para todas las edades. Una vez terminado el último tango, “Mariposita”, dijeron: “estamos muy contentos, esta es la primera vez que cantamos en la Casa de Carlos, antes habíamos venido sólo a mirar. Estamos contentos con la propuesta de La Noche de los Museos”. Por otro lado, les pareció positiva “la presencia de un público de distintas generaciones”. El detalle: “Cucuza” cantó en botines, “Yo antes jugaba en Argentinos Jrs., el tango y el fútbol son mis dos pasiones”, argumentó.
     Medianoche. Luego de unos minutos, Tanguetto rompió el silencio con sus acordes; entre el bandoneón y los samplers. A esta altura de la noche el público se había crecido enormemente desde que comenzó el evento. Éste contó con una gran presencia de turistas, a quienes se los vio prestar mucha atención en los shows. Un proyector reflejaba videos en la pantalla de fondo. Una fusión entre música e imágenes. La apuesta al tango electrónico tuvo una gran convocatoria y repercusión.
    Adiós muchachos. Así, culminó la Noche de los Museos, una noche que sacó a flote la mística del barrio. Los que no vivieron en los tiempos del Morocho del Abasto, esos días que son recordados con una mirada nostálgica por los locales más viejos, esa madrugada de domingo pudieron disfrutar de ese ambiente. La gente en las calles, la música, los chicos corriendo entre el público; casi una escena perdida de Mercado de Abasto.

J.M.C.

Buenos Aires, 17 de noviembre de 2008

 
 


 

 

 

 

 

 

Copyright www.revistaelabasto.com.ar - Mientras mencione la fuente permitimos su reproducción.