Policía
Metropolitana con división anti-piquete
Próxima a salir a las calles, la
Policía Metropolitana asoma con una
sección antipiquete, para frenar
protestas sociales. Ante un panorama de
fuertes reclamos en puntos clave de la ciudad,
esta es la estrategia del gobierno porteño
para “garantizar el transito vehicular”.
Si
bien el mote anti-piquete es de carácter
ilustrativo, lo cierto es que el objetivo
concreto de este segmento es actuar frente
a los cortes viales y las protestas sociales
que “impidan u obstaculicen el flujo
vehicular” en la Capital Federal.
Aunque no haya una fecha definida, se estima
que comenzará a funcionar entre fin
de año y comienzo de 2010; luego
de dar un curso a cargo de especialistas
en conflictos sociales y de tránsito.
Esta división
especial, entre agentes de tránsito
e infantería, formará parte
de la Policía Metropolitana, que
con un cuerpo de 850 agentes saldrá
a las calles en octubre. Ambos cuerpos,
el de tránsito y el de infantería,
responderán directamente a las órdenes
de fiscales y jueces con capacidad de intervenir
en desalojos o despejes de calles cortadas.
Es probable que por la poca cantidad de
agentes, al principio deban trabajar junto
con la Policía Federal", afirmaron
en el gobierno a La Nación.
Por su parte,
el ministro de Seguridad de la Ciudad de
Buenos Aires, Guillermo Montenegro,
en diálogo con la prensa explicó
cómo funcionará este cuerpo:
"No hay una oposición entre
el derecho constitucional a reclamar y el
derecho constitucional a circular, el Estado
está en el medio para poder regular
estas dos situaciones".
"La idea es
que, en el caso de que tenga que actuar,
tiene que tener un protocolo de actuación,
como en cualquier lugar del mundo, que es
librar las calles, cumplir la ley, y obedecer
las órdenes judiciales", aseveró
el funcionario.
Montenegro ante la prensa detalló
que esta división actuará
"liberando de la mejor manera posible,
dos o tres carriles, para que la gente pueda
transitar" antes cualquier protesta.
Además, sentenció
que "esto es algo que el gobierno necesita
para que la ciudad pueda moverse",
ante la situación actual, por la
que es el estado nacional el que dispone
de la seguridad en el ámbito porteño,
lo que limita el accionar de la gestión
Macri. En otras palabras, las fuertes manifestaciones
que repercutieron en la ciudad en los últimos
días reavivaron el viejo conflicto
entre la Rosada y Ciudad por el papel que
debe jugar la policía para garantizar
el libre tránsito. Por su parte,
Rodríguez Larreta, aclaró
que se trata de "un proyecto a largo
plazo que en su momento dará resultado"
Diego Santilli,
vicepresidente primero a cargo de la Jefatura
de Gobierno, ayer frente a las cámaras
de televisión declaró que
la actitud de dicha fuerza es el “respeto
de las manifestaciones, pero también
de los vecinos que quieren transitar. “Se
pide racionalidad, no se actúa bajo
represión, sino bajo el derecho a
manifestarse y a transitar por igual”.
Entre el año
pasado y lo que va éste se labraron
cerca de 800 actas por la justicia contravencional
porteña por obstrucciones en la vía
pública, según dio a conocer
La Nación. De este modo, el
gobierno pretende contar con un método
concreto para controlar las calles y disuadir
los cortes. Esto se debe en gran parte a
que, según denunciaron fiscales y
funcionarios porteños, la Policía
Federal (que responde al gobierno nacional)
no actúa de oficio ni tampoco obedece
las instrucciones de la justicia porteña
frente a estos cortes.
El Código
Contravencional de la ciudad especifica
en su artículo 78 que "quien
impide u obstaculiza la circulación
de vehículos por la vía pública
o espacios públicos es sancionado
con uno a cinco días de trabajo de
utilidad pública o multa de $ 200
a 1000". También aclara:
"El ejercicio regular de los derechos
constitucionales no constituye contravención.
A tal fin deberá, con razonable anticipación,
darse aviso a la autoridad competente, debiendo
respetarse las indicaciones de ésta,
si las hubiere, respecto al ordenamiento".
Según una
alta fuente del Ministerio de Justicia y
Seguridad de la ciudad a la cual tuvo acceso
el diario La Nación, Macri
posee el Plan Trienal, es decir, los pasos
a seguir con la policía en el corto
y mediano plazo, hasta 2011. Así,
la fuerza porteña se dividirá
en seis superintendencias: Seguridad, Investigaciones
y Policía Científica, Planeamiento,
Personal, Logística y Comunicaciones
y Servicios Técnicos. La de Seguridad
tendrá una Dirección General
de Orden Público, que estará
subdividida por el cuerpo de policía
de tránsito urbano y la guardia de
infantería, esta última equipada
con escudos y cascos, aunque no será
montada.
J.M.C.
Buenos Aires,
29 de septiembre de 2009