Cruces
de poder, en el medio la
gente
Los vecinos de la Villa
31 rechazaron el plan oficial
que propone demoler las
viviendas que corren peligro
inminente de derrumbe. Por
otra parte, aseguraron que
los funcionarios promotores
de la iniciativa "desconocen"
la verdadera problemática
del lugar.
Amalia
Aima, de la Mesa de Trabajo
de Urbanización de
la villa porteña
pidió la intervención
del Instituto de la Vivienda
(IVC), la reubicación
de las familias y que se
vuelva a construir las edificaciones
que sean riesgosas. Lo que
representaría al
menos 600 viviendas en altura,
según un estudio
del Gobierno.
Al
mismo tiempo, existe una
puja entre las autoridades
de la Nación y las
de la Ciudad por el control
del ingreso de materiales
de construcción al
asentamiento.
Macri,
y el ministro de Justicia
y Seguridad, Aníbal
Fernández, tuvieron
un ida y vuelta de declaraciones
en un tono bastante subido,
y por que no, poco productivo
para resolver el problema
de fondo. El ingeniero pidió
a la Policía Federal
que controle el ingreso
de camiones con materiales.
Por otro lado, el ministro
Fernández sugirió
que Macri "demuestra
que aparte de vago, aparte
de inculto, ni siquiera
tiene la vocación
de escuchar a sus ministros
para que le cuenten cómo
se sale de esta situación".
Luego, afiló la puntería
contra el jefe de gobierno:
"¡Por lo menos,
aunque más no sea
entre los momentos en los
que no trabajás,
agarrá un libro que
no muerde, te lo pido por
Dios!”
Macri
había dicho al canal
C5N que "por primera
vez en años alguien
se está ocupando
de la Villa 31. Algunas
decenas de viviendas corren
en un serio peligro. El
ingreso de materiales a
la villa se controla si
el ministro Aníbal
Fernández cumple
la orden que le dio la justicia".
El jefe de Gobierno dijo
que Fernández debe
"cerrar todos los accesos
de nuevos materiales a la
villa", pero no lo
hace porque "siempre
tiene alguna excusa rápida
para dar. Es su responsabilidad
y tiene que llevarla a cabo.
No es tan difícil".
Mientras
ambos siguen con el énfasis
en mostrar sus diferencias
ideológicas, los
vecinos de la Villa 31 viven
en hogares hechos sin los
resguardos necesarios, ¿se
podrá llegar a buen
puerto antes de que estas
condiciones riesgosas de
vida se cobren alguna víctima?
J.M.C.
Buenos
Aires, 20 de enero de 2009