Revista N°200

Broma de mal gusto

Lapicera de promoción...

A veces creo y siento que son sólo bromas de mal mal gusto con todo lo que eso implica…
     Hace unos días llegó a mis manos esta lapicera de promoción. Sinceramente un chiste de mal gusto. Muchos de Uds. saben bien lo que pienso y no por un mero afán de perfil opositor a un sistema ni mucho menos sino por plena convicción. Por si alguien no sigue la columna regularmente hace un tiempo atrás escribí algo así como que… lo esencial era invisible al Estado… y la nota decía más o menos esto…
    Pareciera que vivimos en la era donde el estado solamente tiene la figura de recaudador, descuidando todo lo que relacionado con el bienestar de los habitantes, y cuando habló de Estado me refiero al gobierno Nacional, Provincial y Municipal, además de todos sus organismos dependientes. Este último fin de semana hubo tormentas en la Ciudad de Buenos Aires y alrededores, el número de personas en situación de calle cada vez es mayor, y no se vio ningun gesto y mucho menos una acción importante que resuelva el tema de fondo para aquellos que desde los ajustes y las devaluaciones viven en plena situación de calle…
     Hoy la situación, un año después, me preocupa más y más y debería preocuparnos: a todos en las puertas de los bancos, las esquinas, en cada frente no habitado se produce un acampe nocturno; mientras tanto el Estado municipal pareciera que se golpea el pecho y saca chapa diciendo resolver la irregularidad de la venta ambulante, cosa que para mi crea más dudas que certezas, pero eso es harina de otro costal. Mientras tanto no puedo sentir otra cosa que indignación cuando en nuestro barrio el Estado está cada vez más ausente en lo social. Prefiero tomarlo como una broma de mal gusto donde la realidad supera la ficción

 

Párrafo aparte quiero felicitar a todo el equipo de la Revista El Abasto, que está cumpliendo 200 números de edición. Eso como contrapartida de lo anterior. Me llena de orgullo y placer haber conocido este gran equipo de trabajo donde priman la libertad de expresión y el talento. Es realmente un privilegio que excedió mis expectativas.
Felicidades, felicitaciones y desde el personaje hasta Rodolfo Walsh.
¡¡¡Que viva el periodismo barrial!!!

 

Eduardo Scofu
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