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Mucho tuvimos que escuchar y ver en los medios masivos sobre “los desmanes” del recital de El Indio. Acá, un intento de aclarar la neblina.
El Indio Solari no da recitales en esta ciudad desde la muerte de Walter Bulacio, detenido y muerto a golpes por la policía al salir del último recital de los Redonditos de Ricota en esta ciudad en el año 91. Dada su postura por una política de libertad e inclusiva no fue casual que antes del recital en Olavarría mandara un mensaje de lo que veía venir: “(...) no pequen de inocentes. Cuiden a quién tienen al lado. Este es un momento especial. Hay intereses oscuros que con pocos miembros pueden alterar la fiesta. A bailar y cantar es a lo que vamos y eso haremos. El sábado, a cuidarse y a cuidar de quienes nos rodean, aunque no los conozcamos. Cierta gente de mierda (debería puntualizar: PODEROSA gente de mierda) se regodearía si alguien sale lastimado. No le demos el gusto”.
A la madrugada, inmediatamente después del recital, la agencia oficial Télam publicó que “Hay 7 muertos y decenas de heridos por una avalancha en el recital del Indio Solari en Olavarria”. Pronto los medios fueron escalando la cantidad de muertos siendo el tema de lo único que se habló durante días, olvidando paros docentes, paritarias, desalojos y cuentas offshore. Recuerdo los diez muertos de Infobae que habrían sido aplastados por el pogo y/o las avalanchas. Luego de haber generado semejante desinformación tóxica, Télam puso un pedido de disculpas. Es que no habían enviado corresponsal y los hechos posteriores demostraron que hubo dos fallecidos por infarto, ninguno aplastado, pero sí mucha confusión, más que nada a la salida del recital.
La terrible experiencia sirvió para una vez más saber bajo qué medios de desinformación masiva nos vamos enterando de lo que sucede y como hoy por hoy las fuentes más fidedignas son las voces directas, muchas de ellas se encuentran en las redes sociales. Aclaremos también que ese caos de noticias mató a un padre, que desesperado por su hijo “atrapado” en ese espacio pintado por los medios de desinformación prácticamente como tomado por el Estado Islámico, tomó su coche y se lanzó a la ruta camino a Olavarría falleciendo en un choque frontal por San Miguel del Monte.
A todo esto -y sin memoria fresca como cuando hace un año, en la fiesta electrónica Time Warp organizada por el GCBA en Costa Salguero (¡en un predio de una legisladora del PRO!) murieron cinco chicos deshidratados entre 11 mil concurrentes- el presidente Mauricio Macri explicó por las redes sociales que lo que sucedió en Olavarría era “por no respetar las normas”.
El joven intendente PRO de Olavarría, Ezequiel Galli, lamentó los hechos con un simple “Se nos fue de las manos”, mientras se declaró irresponsable de la tragedia: “Si bien no tenemos responsabilidades legales, me siento responsable de la situación“. Según El Disenso había tramitado los permisos para habilitar el predio en nombre de la Municipalidad, sin aprobación del Concejo Deliberante, ya que “La Colmena”, que fue alquilado por dos cuotas de $150.000, se encuentra bajo concurso de acreedores. Ante la prensa dijo que: “No se esperaba tanta gente realmente. Se esperaban unas 150 mil personas y realmente fue impresionante lo que pasó“. Audios (FM 96.3 de Necochea) de hace unos meses demuestran otra cosa, “como mínimo, esperamos 200 mil personas“.
Por otro lado habría que ver la responsabilidad de la empresa En Vivo SA de los hermanos Matías y Marcos Peuscovich que fue la contratada para realizar el concierto.
Los hechos en la que confluyen los testigos directos es que a la salida del recital había vallas por todos lados y nadie que guiara, menos policías. Se armó como un embudo y eso generó empujones, ansiedad y angustia... Y que fueron los vecinos de Olavarría los que dieron auxilio en forma de espacio, llamados, agua, etcétera.
Días después, el lunes, se hizo presente el actual ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, Cristian Ritondo, implementado un “Protocolo Especial de Búsqueda de Personas”. Así finalmente el Gobierno de la Provincia, que no había realizado tareas de prevención ni vigilancia, se vio finalmente envuelto en un enorme operativo en vano, rastrillando campos y buscando fallecidos en morgues. Al momento de mandar a imprimir no habían encontrado ni a uno, pero el tema siguió dando noticias.
Y por casualidad divina, en estos días, se vieron mendigos del Arte de Vivir merodeando, entre otros lugares, por el Once (véase placa del Facebook de Radio Mitre) y se los confundió con visitantes del recital del Indio perdidos y atormentados por aquel caos. Sin embargo, esto resultó ser un simple y oportuno “testeo de empatía” realizado por el gurú del presidente Macri, Ravi Shankar.
Otros venían comparando Cromañón con Olavarría. Para muchos opinólogos parece que El Indio merece prácticamente el paredón. Encima “tiene guita y defiende a los pobres”, con la extraña lógica de que para defender a un indefenso tendrías que vos también estar indefenso.
No puedo más que ver que este “humo” sirvió para ocultar otras noticias, generar bronca contra todo lo popular y cuestionar todo lo que se arrime a la autogestión que plantea el under… Y está claro que desde los medios serviciales la llama se fue avivando adrede. Pegarle al Indio -y por ende a lo autogestionario- es golpear un modo de encarar la vida.
Sin embargo, a la larga la verdad sale a la luz. Porque no se puede tapar el sol con la mano. Ni con un globo.
Rafael Sabini
[email protected]