Revista N°202

Marzo revuelto

Editorial

Terminó marzo con una serie de manifestaciones fuertes que deberían ser consideradas por la agenda política, desde el repudio a la mirada complaciente y el intento de vuelta a la teoría de los dos demonios, hasta el paro nacional con todas las centrales obreras activas. Sin dejar de mencionar los paros y marchas de los docentes que exigen una paritaria acorde a la inflación.
     Comenzó este mes con un desfile, de mucho menor magnitud que las anteriores, que habían movilizado hasta medio millón de personas, de unos veinticinco mil simpatizantes del gobierno actual. Eso es un adelanto para la gestión, más pensado que casi nadie fue a la asunción y que parece imposible que haya gente que defienda cuando la cosa empeora… pero tal vez sea una sensación.
     Una sensación de ver cada vez más gente en la calle, cada vez más desocupados, que cada vez -nuevamente- le cuesta más a los comerciantes… Ver docentes desalojados por la fuerza, para luego –fiel al estilo de Cambiemos; arremeter y luego meter reversa– permitir lo que hasta hace 24 horas merecía gases y palazos.
     Seguro que hay gente que no piensa como yo. Sé, porque hay llamados cobardes que ni siquiera se atreven a deletrear una carta de lectores, que opinan que somos “Ka”. Les recuerdo que hace un par de años nos pasó eso varias veces con militantes “Ka”. Todo no es blanco o negro, hay matizes. ¿No gustó lo del desdoblamiento del dólar? A mí tampoco, pero si le daba de comer a niños, que sino no podían, no lo veía tan mal. ¿No gustaban las cadenas nacionales? A mí sí, me gusta saber el por qué de ciertas medidas y hacia dónde pretenden que vayamos…
    Deseo que este gobierno no se exceda en la derechización. Tanto en materia económica, así como también, que sepa diferenciar cuatro tipos encapuchados que cortan una avenida –cuestión que para mí es de lo más molesto- de una movilización nacional con paro... donde es lógico que se llenen las rutas, calles y avenidas con gente… Ojalá terminen su mandato más parecido a lo que prometieron de lo que en realidad están haciendo. “Diálogo”, “valorar la profesión docente”, “un país en serio”, etcétera.

 

R.S.

Comentarios